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Capítulos de Camino
La voluntad de Dios

 

La voluntad de Dios

Este cap tiene como clima histórico de fondo la convicción del Fundador de que el Opus Dei responde a una determinada manifestación de la voluntad de Dios, y esto pide en los cristianos corrientes que Dios llama a la Obra una disponibilidad total y sin fisuras, para que Dios haga en cada uno su «obra». El mensaje para todos los lectores, que no tienen por qué saber del Opus Dei y de su historia, es el mismo: la docilidad y el amor a la voluntad de Dios, cada uno desde su vocación personal y en el contexto de su experiencia humana y cristiana. En todo caso, la doctrina de este cap funda y dirige de manera muy expresa el resto del libro. El cumplimiento de la Voluntad de Dios es –como no podía ser menos– uno de los grandes temas, tal vez el gran tema de la vida y de la doctrina del Autor de C, como hemos tenido ocasión de ver en com/691, que es una anticipada síntesis del cap que ahora comienza. Ésta era la aspiración de Josemaría Escrivá:
«Señor, tu borrico quiere merecer que le llamen ‘el que ama la Voluntad de Dios’» .


Son veinticinco los puntos que lo integran: catorce proceden de Cec y en Burgos se añaden once nuevos. El cap de Cec es prácticamente transcripción de un bloque perfectamente determinado en Cem32, en su zona final, como ya hemos apuntado: Cem32/203-215. Esto quiere decir, entre otras cosas, que los textos proceden de los años 1930-32 y que los tenía constituidos a manera de cap desde el fascículo a velógrafo, donde vienen precedidos de los dedicados a «Gloria de Dios»: en Cec (y en C) será inversa la posición de ambos caps.


La reestructuración del texto en Burgos es, sin embargo, intensa. En contra de lo que hasta ahora era habitual, aquí no incluye la serie de Burgos a continuación de la de Cuenca, sino que va distribuyendo los nuevos puntos en el lugar más apto dentro de la serie de Cec. Esto le lleva a situar en cabeza del cap dos de los puntos nuevos: el primero marca el tema desde su fundamento bíblico y el segundo alude veladamente al «clima» espiritual al que antes me he referido .


754* Ésta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: «qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum»1 —el que hace la voluntad de mi Padre..., ¡ése entrará!


Texto escrito sobre una octavilla Jef en la última fase redaccional, partiendo, como tantas otras veces, de un apunte de los guiones de predicación, en este caso el que da título al cap:
«Jesús. Su doctrina: Non omnis qui dicit Domine, Domine, intrabit in regnum coelorum, sed qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum (Matth, VII, 21)» .
Por lo demás el tema de la Voluntad de Dios y de la obediencia como «llave» del Reino es de viejo abolengo en la literatura espiritual y el versículo de San Mateo gravitaba sobre San Josemaría desde hacía mucho tiempo, como consta en sus Apínt. A raíz de una visita a una piadosa monja en 1931, en la que ésta le prometió rezar por él, escribe en su Cuaderno:
«Yo también encomiendo a Madre Esperanza : me rogó que pidiera a Jesús que haga ella siempre la Voluntad de Dios. –Hoy, al leer el cap. 7º de San Mateo, he comprendido bien por qué quiere eso: ¡como que es la llave para entrar en el Reino de los Cielos! Así lo dijo nuestro Señor: «...qui facit voluntatem Patris mei..., ipse intrabit in regnum caelorum». ¡Ojalá haga yo también tu Voluntad! Quiero hacerla: eso pediré, en lo sucesivo, a quienes me encomienden» .
Al concluir los EjEsp de Segovia, con fecha 10-X-1932, escribía para su confesor, siguiendo el cuestionario que éste le había hecho para el retiro :
«III. = Virtud particular = Yo no sé si esto será una virtud: sobre todas las cosas, me pide –ya lo dije– que cumpla su Voluntad. Tan es así que a veces he creído que la característica de mi vida es ‘amar la Voluntad de Dios’» .
En esto se resume todo lo que tiene que decir a su confesor tras aquel retiro de Segovia. Este pasaje de sus Apuntes me parece que da la impronta a todo el cap.


755* De que tú y yo nos portemos como Dios quiere —no lo olvides— dependen muchas cosas grandes.


Texto escrito sobre una octavilla Bl. Es un texto que el Autor toma literalmente de una de las primeras cartas que escribe desde Burgos:
«Oye, Manolote : de que tú y yo nos portemos como Dios quiere –no lo olvides– dependen muchas cosas grandes» .
«Tú y yo». Giro característico del Autor de C para subrayar la mutua implicación y el compromiso personal del cristiano.

756* Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad.
Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según Él desea, a golpe de martillo y de cincel.
No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. —Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.


Es el primer punto del cap en la edición de Cuenca. Proviene del Cuaderno V, nº 704, fechado en 22-IV-1932 El Autor rememora dos sesiones sobre la Obra que había tenido los días 17 y 18 de ese mes:
«Consideré que si se tratara de levantar una caseta de feria, la cosa era fácil y breve. Hincar cuatro palos en el suelo, unos metros de percalina, clavar las tablas de un cajón..., y ya está. Pero el edificio de la Obra de Dios es un palacio secular —durará hasta el Fin— y es el Espíritu Santo su arquitecto... Nosotros somos los sillares que Jesús quiere que se entierren en los cimientos. Sillares, que se mueven, que sienten, etc.» .


El tema de la edificación, de tanta raigambre bíblica y patrística para la descripción simbólica de la Iglesia, era muy querido del Autor para explicar el desarrollo del Opus Dei en la Iglesia, y lo prolongaba –siguiendo el texto bíblico (1 P 2, 5)– hasta el ámbito directamente antropológico, como hace en este punto: las «piedras vivas» de las que habla San Pedro «se mueven, [que] sienten, [que] tienen una libérrima voluntad». Conceptos «personalistas», que integra en la imagen «física» de las piedras para presentarnos el misterio de la omnipotente Voluntad de Dios y la apertura a ella de la libertad humana. Esto que digo es objeto de un desarrollo temático en la meditación que predicó en Honduras bajó el título «Sillares» .
«Dios mismo es el cantero». El tema de la edificación se funde con el del escultor y la talla: vid p/56. Via Crucis, 6ª Estación, 4: «Los golpes son necesarios para arrancar lo que sobra del gran bloque de mármol. Así esculpe Dios en las almas la imagen de su Hijo».

Nótese en el apcrít el texto del Cuaderno que no pasa a C. San Josemaría, como se ve por el texto, está hablando del Opus Dei, que daba los primeros pasos. El párrafo que sigue a continuación pone de manifiesto la disponibilidad que Escrivá pedía a aquella primera generación, que debía hundirse y ocultarse en Dios y en el trabajo profesional:
«¿Qué hemos de hacer, mientras llega la hora? Preparar la maleta de nuestra santificación. Dejar obrar al Espíritu Santo en nuestras almas, ser dóciles a la gracia y estudiar, trabajar cada uno cuanto pueda en su profesión, dispuestos siempre a dejarlo todo al instante en seguida que Jesús disponga».
«Mientras llega la hora». El Autor está pensando, de manera inmediata, en el momento que anhelaba: cuando el Opus Dei pudiera tener sus primeras obras apostólicas: serían, al año siguiente, la Academia DYA y, en el 1934, la Residencia de Estudiantes de Ferraz, que simbolizan la expansión e implantación del Opus Dei por todo el mundo. El criterio que San Josemaría da a aquellos primeros vale, claro está, para todos los que habrían de venir después.


757* ¿Resignación?... ¿Conformidad?... ¡Querer la Voluntad de Dios!


Texto del Cuaderno V, nº 469, fechado en 10-XII-1931 . Su tenor literal es idéntico al de C. A pesar de ser un texto tan antiguo, el Autor no lo había seleccionado para las cuartillas a velógrafo del 32 ni del 33. Fue incluido directamente en el impreso de Cuenca.
Vid p/774, que presenta en forma de «escalones» la doctrina de este punto.
Santa Teresa de Lisieux tiene un pensamiento análogo: «La resignación es todavía distinta de la aceptación de la Voluntad de Dios; existe entre ellas la misma diferencia que entre la unión y la unidad. En la unión hay todavía dos, en la unidad no hay más que uno» .


758* La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz1: la felicidad en la Cruz. —Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.


Texto del Cuaderno IV, nº 392, fechado en 15-XI-1931 e idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación.

La doctrina de este punto es como la consecuencia de la recitación de la jaculatoria del p/691. Vid com. San Pablo sitúa el gozo y la paz, en segundo y tercer lugar respectivamente, entre los «frutos» del Espíritu Santo en el alma (Ga 5, 22). Vid p/768 y com. San Agustín hablaba con el mismo tenor de espíritu:
«Tan ligera es la carga de Cristo, que no sólo no oprime, sino que alivia. Conviene que la lleves para sentirte aligerado; si te la quitas de encima te encontrarás oprimido» .
El punto que comentamos subraya que esa alegría se da «en la Cruz», en «su dulce Cruz» (p/658). Es un tema central en la espiritualidad de San Josemaría. Vid p/555 y p/163 («corazón en la Cruz»). La «carga» de Cristo (la Cruz) –de nuevo Agustín– es incluso el vuelo hacia Dios:
«La carga de Cristo es tan leve que levanta; no serás oprimido por ella. Piensa que esta carga sea para ti tal cual es el peso de las alas para las aves; si las aves tienen el peso de las alas, se elevan; si lo pierden, quedarán en tierra» .
«Felicidad en la Cruz». «Muchas veces los Santos han vivido algo semejante a la experiencia de Jesús en la cruz en la paradójica confluencia de felicidad y dolor» .


759* ¡Paz, paz!, me dices. —La paz es... para los hombres de «buena» voluntad.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. De nuevo puntos escritos en Burgos. El tema de la paz era vivo en el ambiente, el deseo de la paz embargaba todos los pensamientos. ¡El final de la guerra! El Autor, que escribe en enero de 1939, parte, como siempre, de la realidad vivida para tirar hacia arriba. El punto bien pudo ser sugerido por este apunte del guión que estaba repasando:

«Jesús: un ejemplo... coepit facere et docere: él siempre va primero –Subditus illis. –Antes, los ángeles: pax hominibus bonae voluntatis» .


El Autor quiere que su interlocutor trascienda la paz que sigue al mero silencio de las armas. La expresión «¡Paz, paz!» parece incluso hacer eco a la paz falsa que anunciaban los falsos profetas de Israel: «Han curado el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciendo: «¡Paz, paz!», cuando no había paz» (Jr 6, 14). Frente a una paz meramente humana sitúa el cántico de los ángeles en Belén. La paz es un don de Dios para cada hombre y para cada mujer de «buena voluntad», que en el texto bíblico significa: «en los que Dios se complace» (Lc 2, 14). La paz se lleva dentro del alma: vid p/258. El mensaje de este punto se prolonga temáticamente en el siguiente.


760* Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: «Dominus regit me, et nihil mihi deerit» —el Señor me gobierna, nada me faltará.
¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?


Texto escrito sobre una octavilla Bl, trazos y pluma fuertes. No parece que esta «gaitica» proceda de la consulta del guión 89, donde no aparece la cita del Salmo. Los salmos los tenía en la cabeza y en el corazón brotando de continuo a sus labios, como se refleja en el consejo que da en el p/86. En el año 1931 hizo el propósito de no apuntar más textos de salmos en sus Cuadernos, porque «habría de anotarlos todos» . De éste que comentamos hay esta antigua anotación:
(11-X-1931) «Dominica XX después de Pentecostés, 1931: El Salmo de la confianza: 22, Dominus regit me. –El Salmo del propio conocimiento: 126, Nisi Dominus. –El Salmo de la fortaleza: 26, Dominus illuminatio mea» .
La frecuente repetición, en los responsorios de la actual liturgia de la Misa, de este célebre salmo –«El Señor es mi Pastor, nada me falta»– lo ha hecho muy conocido y queridísimo en el pueblo cristiano.

761* Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: «Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido».


Texto escrito sobre una octavilla Bl. Juan Jiménez Vargas, hablando de este punto en su «Relato del 77», dice que el pasaje teresiano lo envió él al Autor en una de las cartas que le escribía:
«Teníamos muy clara la responsabilidad de corresponder a la vocación, y, en la formación que el Padre nos daba, inculcaba esa necesidad de corresponder. Y por eso uno podía pensar que, por fallos personales, se podía resentir el apostolado. Eso es sencillamente lo que escribí en una ficha que envié en una carta a Burgos . Tengo que aclarar que leer a Santa Teresa a mí me costaba tanto como leer una cosa que necesitara diccionario, y quizá por leerlo despacio, se me ocurrió fijarme en eso. El Padre, como es bien sabido, conocía las obras de Santa Teresa como muy pocas personas, y no necesitaba que nadie le hiciera notas de este tipo» .


Esto último es muy verdadero y también lo es que el joven doctor no pudo leer ese texto en las obras de Santa Teresa, sencillamente porque no se encuentra en ellas. Lo más probable es que lo leyera en algún libro de espiritualidad o biografía de Santa Teresa, donde se citaran esas palabras como un «dicho» teresiano (en este caso, palabras de Cristo a Teresa), de los que hay diversas colecciones, que tratan de identificar y sopesar la garantía histórica de estos «dichos». De hecho, la investigación realizada sobre las fuentes no ha dado resultado . El «dicho» no figura en ninguna de estas colecciones. El más antiguo testimonio literal que ha aparecido en esta investigación, identificado por una Carmelita de Teruel , es tardío: del P. Luis Coloma S.J., que cierra su conocida obra Jeromín precisamente con estas palabras de Cristo a Santa Teresa .
En todo caso, el Autor –al que sin duda gustó la expresión teresiana– toma sus cautelas al citarla: «aquello que cuentan que [Jesús] dijo…».

Las palabras de Jesús a Teresa parecen hacer eco a aquellas otras, dirigidas a Jerusalén, que se leen en San Lucas (13, 34): «¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos [...], y no has querido!». Quiero hacer notar que el ritmo y la secuencia de las ideas de este punto recuerdan lo que había escrito en 1934 en un documento dirigido a los fieles del Opus Dei:
«A no ser que, por nuestra cobardía, obliguemos al Maestro a pronunciar las palabras que El oyó del paralítico, en la piscina probática: hominem non habeo!, ¡no tengo hombre!... (Ioann. V, 7).
¡Qué vergüenza, si Jesús no encontrara hombres!» .
El punto de C que comentamos plantea de manera insoslayable la cuestión de la libertad del hombre a la hora de la entrega a Dios. El hombre tiene que querer... libremente, como aparece con toda su fuerza en el punto que sigue. Vid también p/324 y com.


762* Acto de identificación con la Voluntad de Dios:
¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!


Texto del Cuaderno IV, nº 400, fechado en 18-XI-1931 , que tiene el siguiente tenor literal:
«Acto de identificación con la Voluntad de Dios: ¿Lo quieres?... ¡Lo quiero!».
Después de circular a velógrafo pasó al impreso de Cuenca. Vid p/773 y com/774.


763* No dudes: deja que salga del corazón a los labios un «Fiat» —¡hágase!...1— que sea la coronación del sacrificio.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco, y con grafía que hace pensar en las pertenecientes a la serie de la Legación de Honduras. Podría también haber sido escrita en Burgos a partir de este apunte:
«Por aquí acabaremos: se unen el principio y el fin, como broche magnífico de un collar luminoso de perlas, con un Fiat» .

Lo que en todo caso me parece claro es que a esta «gaitica» siguió redaccionalmente la del p/767, y ambas conectan, incluso literariamente, con sus apuntes previos en el guión 98.
Este punto debe ponerse en estrecha relación con p/691. Vid com.


764* Cuanto más cerca está de Dios el apóstol, se siente más universal: se agranda el corazón para que quepan todos y todo en los deseos de poner el universo a los pies de Jesús.


Anotación del Cuaderno IV, nº 392, fechado en 15-XI-1931 y seguido del que será p/758. El tenor literal de C presenta, respecto al Cuaderno, las variantes que se reflejan en el apcrít.
Texto de fuerte teología –unidad y universalidad de los cristianos desde la convergencia en Dios–, redactado tres meses después de la experiencia del 7 de agosto de ese mismo año, descrita en com/301. «Poner el universo a los pies de Jesús» es otra forma de decir «poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas». Vid com citado30b.


765* Más quiero tu Voluntad, Dios mío, que no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria.


El texto de este punto es el tercero de aquella jornada del 8-X-1932 , en los EjEsp de Segovia, en que meditaba la Gloria de Dios y su vocación (vid com/432 y 533); su meditación acababa así:
«Jesús, que no soy solo. Jesús, que son muchas almas de apóstoles. Jesús, que es tu Obra. No me dejes... […] me has escogido: ¡confírmame! Que nunca se enturbie este ardentísimo latir de mi corazón: ¡más quiero tu Voluntad, Dios mío, que, no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria!» .

El Autor se mueve en el horizonte del «amor puro» a Dios, purificado de todo egoísmo . El «si pudiera ser tal disparate» cumple aquí, desde el punto de vista teológico, la misma función «adversativa» que el recurso a la virtud de la esperanza en los p/668 y 669.


766* El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. —Di, pues: «meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus» —mi alimento es hacer su Voluntad.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, con trazos y tinta fuertes. El tenor original era casi idéntico al de este apunte del guión 89:
«Exhortación: El abandono, llave del cielo; y secreto para ser feliz en la tierra. Luego... meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus» .
El Autor tacha la expresión «llave del Cielo» (vid apcrít), posiblemente al ordenar las fichas de este cap y advertir que la expresión ya se usaba en el p/754, primero del cap.
Ya hemos encontrado el tema del abandono en los brazos de Dios en los p/113 y 498. La primera vez que en los Cuadernos encontramos la terminología «abandono» –que tendrá notable presencia en este cap– es en octubre de 1931 (unida a la de indiferencia; vid p/769):
«Estoy completamente indiferente con respecto a mis cosas personales. Me abandono –y, conmigo, su Obra, los míos y lo mío– en las manos generosas de mi Padre-Dios» .
La doctrina del «abandono» en las manos de Dios, dimensión fundamental de la vida de infancia, por otra parte tan presente en la Escuela francesa del XVII (San Francisco de Sales, Bérulle, etc.), llena los Cuadernos de Apínt y consecuentemente las páginas de C. En el abandono está una gran batalla personal de Josemaría Escrivá en su trato con Dios: abandonarse... o no abandonarse en el Señor, con efectos claros en la vida interior. Escribía en 1932:
«Por haber vuelto al abandono, he recibido, del Espíritu Santo, luces en el entendimiento y vigor en la voluntad» .
En el Autor, como digo, el tema del abandono está íntimamente unido a la praxis de su vida de infancia. Vid por ej p/853, 864, 871.

767* Ese abandono es precisamente la condición que te hace falta para no perder en lo sucesivo tu paz.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco, y con grafía que hace pensar en la serie escrita en la Legación de Honduras. Podría también haber sido escrita en Burgos a partir de este apunte:
«Abandono en la Voluntad de Dios. Gaudium cum pace es el fruto. Cuesta» .
Este apunte es muy semejante al que subyace en el punto siguiente, pero no está unido a él redaccionalmente, sino al p/763. Vid lo que decimos en com a este último punto.


768* El «gaudium cum pace» —la alegría y la paz— es fruto seguro y sabroso del abandono.


Texto escrito sobre una octavilla Jef, con trazos y tinta fuertes, iguales a los del p/766. También tiene su «borrador» en el mismo esquema de predicación:
«Abandono en la Voluntad de Dios. ¡Cuesta! –Resignarse, conformarse, querer, amar la Voluntad de Dios; son escalones del abandono. Fruto de ese abandono es el Gaudium cum pace...» .
El «clima» de este punto escrito en Burgos es el del p/774, escrito en Madrid antes de la guerra civil. Vid com/774.


La expresión «gaudium cum pace», de matriz paulina y tomada de la oración litúrgica38b, era una de las más habituales en labios del Autor. La idea y la expresión de este punto la acabamos de encontrar, con otras palabras (en castellano), en el p/758 (vid com). Ha salido ya numerosas veces en estos comentarios. En el texto mismo de C ha aparecido también en el p/308 (vid com). En este p/768 aparece en su clave

espiritual, siguiendo el texto de Ga 5, 22: como «fruto» del Espíritu Santo, del abandono a la acción del Espíritu Santo (antes dijo abandono «en los brazos amorosos de tu Padre-Dios»; p/659); abandono es la «condición» para la paz (p/767); «secreto» para ser feliz en la tierra (p/766). Abandono es lo mismo que el «fiat» de la Virgen (p/763). Amor a la Voluntad de Dios y alegría llena de paz señalan, así, el arco de la vida cristiana según el Autor de C. Vid cap «Alegría».


769* La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo.


Texto escrito sobre una octavilla Not en torno a Navidad de 1938. Tenía su «borrador» literal en este otro guión:
«La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo» .
«Indiferencia». El Autor introduce aquí un concepto nuevo para el lector. No habla ahora de «indiferencia» en el sentido negativo, peyorativo –el habitual en la conversación–, que tiene en los otros pasajes del libro (por ej, p/363: «convirtió la amistad en indiferencia»; vid también p/437, 587, 642 y 687); sino en el sentido técnico –positivo– que esta palabra toma en la literatura espiritual clásica: el status sanctae indifferentiae, que, con distintos matices, sostienen Ignacio de Loyola y después Fénelon y la escuela francesa del XVII, es indiferencia ante toda realidad que no sea Dios mismo . El Autor de C quiere subrayar que esa actitud no es insensibilidad del corazón, tener el «corazón seco», sino radicalidad y coherencia.

El traductor de C al inglés lo entendió bien, y explicitó el sentido al traducir «indiferencia» por «holy indifference» , santa indiferencia. Las traducciones italiana, gallega y catalana traducen «indiferencia» literalmente, sin ningún problema. En cambio el traductor portugués y el alemán desplazan de hecho el sentido del texto; entiendo que prefieren que se oculte el sentido espiritual de «indiferencia» –difícil para el lector actual– y traducen por una palabra «más asequible»: «o desprendimento», «Loslösung» . Pero es claro que indiferencia y desprendimiento son cosas distintas. El «desprendimiento» se mueve principalmente en el horizonte de la virtud cristiana de la pobreza . Tal vez pueda haber llevado a esta lectura del texto el tenor del punto siguiente, que es en realidad relativo a esta virtud.


770* No eres menos feliz porque te falta que si te sobrara.


No es ésta una consideración transcrita desde la «cuartilla» al Cuaderno, como suelen ser las del impreso de Cuenca. La escribió el Autor, en su Cuaderno ciertamente, pero con ocasión de narrar una peripecia espiritual en relación con la extrema pobreza de aquellos años . El texto que copio es del Cuaderno IV, nº 415s, fechado en 26-XI-1931:
«Anoche, al retirarme a casa, recibí una carta muy cariñosa de un amigo, razonándome su negativa de un préstamo, que le pedí para cubrir esta necesidad [el alquiler del piso]. Volví a la calle, para ventilarme un poco. Desde luego, sin ninguna trepidación interior. Por el contrario, diciendo con la boca y con el corazón: «hágase, cúmplase»...44b –Jesús me cerraba, al parecer, las puertas de los hombres. Por la noche, hice mi oración, algo adormilado al final. Me acosté muy tranquilo. –Después de la Sta. Misa, hoy, en la acción de gracias y más tarde en la iglesia de los Capuchinos de Medinaceli, el Señor me ha inundado de gracias. Se cumplió lo del Salmo «inebriabuntur ab ubertate domus tuae: et torrente voluptatis tuae potabis eos». Lleno de gozo con la Voluntad de Dios, siento que le he dicho con San Pedro: ecce reliqui omnia et secutus sum te. Y mi corazón se dio cuenta del «centuplum recipies»... Verdaderamente, he vivido el Evangelio del día.

Recibí la bendición con el Ssmo., en la iglesia de Jesús , y al comenzar inmediatamente la antífona y el primer salmo de Laudes, lo repetí tres veces porque era como un grito de mi alma: «Iubilate in conspectu regis Domini. Cantate Domino canticum novum» (ps. 97)... Y entonces comprendí muchas cosas: No soy menos feliz porque me falte que si me sobrara: ya no debo pedir nada a Jesús: me limitaré a darle gusto en todo y a contarle las cosas, como si El no las supiera, lo mismo que un niño pequeño a su padre»45b.
La lectura del contexto histórico de este punto ayuda a comprender por qué el Autor situó este texto, de tanta relación con la pobreza cristiana, en el cap sobre «La Voluntad de Dios» y por qué lo mantuvo allí también en Burgos, después de incluir un nuevo cap titulado precisamente «Pobreza».


771* Dios exalta a quienes cumplen su Voluntad en lo mismo en que los humilló.


Texto escrito pocos días después –1-XII-1931– en el Cuaderno IV, nº 440 . Su tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación. Unos años después en carta a uno de sus jóvenes amigos escribía:
«¿Eres bueno? No dejes tu ratico de oración. ¿Estudias? Ya verás cómo el Señor, cuando se lleva por El, exalta en lo mismo que humilla» .
No sabemos qué le pasaba al joven receptor de este consejo, que, al escribirse la carta, ya estaba impreso en la edición de Cuenca. Y tampoco sabemos, sobre todo, en qué dimensión concreta de su vida pensaba el Autor cuando subrayaba tan intensamente ese «en lo mismo» en el texto.


772* Pregúntate muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo hacer?


Apunte del Cuaderno II, nº 13, fechado en 13-III-1930, junto con el futuro p/639. El texto no tiene forma de «consideración», sino de «propósito personal» :

«He de preguntarme muchas veces al día: ¿hago, en este momento, lo que debo hacer?».
Este p/772 es el más antiguo punto de C de los que conservamos la datación .


773* Jesús, lo que tú «quieras»... yo lo amo.


Anotación del Cuaderno V, nº 615, fechada en 25-II-1932. Después transcribió el p/775. El tenor literal es idéntico al de C.
El juego de palabras «querer - amar» es interesante. El querer de Jesús expresa primariamente el acto de la voluntad del Señor al que debe seguir el acto humano de obediencia: «yo lo hago». Pero el Autor no dice eso, porque en el querer de Jesús capta no sólo el mandato, sino el Amor con que «quiere». Por eso su respuesta es «yo lo amo», es decir, me dispongo a hacerlo por Amor. Querer y amar juegan también en el punto siguiente.
Como otros puntos de este cap, el que comentamos guarda estrecha relación con el p/691 y com.


774* Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.


Texto del Cuaderno V, nº 572, fechado en 19-I-1932 , con el siguiente tenor literal:
«Escalones: Conformarse con la Voluntad de Dios: Resignarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios».

Tres días antes había escrito:
«¿Querer la Voluntad de Dios?... ¡Amar la Voluntad de Dios!» .
Como se ve, ya en las cuartillas a velógrafo cambió la redacción. «Conformarse» es etapa posterior a «resignarse».

Pero la «gradación» la tenía ya tematizada, al menos, dos meses antes, cuando escribía en el Cuaderno IV:
«Jesús, dame esa fe: quiero tener esa fe, para superar los obstáculos que se opongan al cumplimiento de tu Voluntad. Por cierto que veo con meridiana claridad la fórmula, el secreto de la felicidad terrena y eternal: no conformarse solamente con la Voluntad de Dios, sino adherirse, identificarse, querer –en una palabra–, con un acto positivo de nuestra voluntad, la Voluntad divina. Este es el secreto infalible del gozo y la paz» .

En este punto está la base del p/768. Vid com, especialmente el primer texto allí citado.


775* Señor, si es tu Voluntad, haz de mi pobre carne un Crucifijo.


Texto del Cuaderno V, nº 615, fechado en 25-II-1932. Este punto fue escrito, como hemos dicho, a continuación del p/773. Tenor literal idéntico. En vez de «Señor», en el Cuaderno la invocación era «Jesús». El tema reaparece en las notas de los EjEsp de Segovia de ese año:
«Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino. Esa es toda la obra del Espíritu Santo en cada alma –en la mía–: seré dócil, para no poner obstáculos a mi Dios, hasta que haga de mi pobre carne un Crucifijo» .
Nótese que esa «cristificación» que el Autor –y con él los lectores– pide en este p/775 se pone en el Cuaderno en relación de causa a efecto con la obra del Espíritu Santo en el alma. Vid p/57 y com.


776* No caigas en un círculo vicioso: tú piensas: cuando se arregle esto así o del otro modo seré muy generoso con mi Dios.
¿Acaso Jesús no estará esperando que seas generoso sin reservas para arreglar Él las cosas mejor de lo que imaginas?
Propósito firme, lógica consecuencia: en cada instante de cada día trataré de cumplir con generosidad la Voluntad de Dios.


Texto del Cuaderno V, nº 664, fechado en 16-III-1932. El tenor literal del texto es idéntico al de C, pero precedido del vocativo «Niño»: «Niño, no caigas, etc.». Vid com/1.
El «círculo vicioso» es como una traslación, a la praxis de la fe-confianza en Dios, del agustiniano «crede ut intelligas». El diálogo de Agustín con su interlocutor en el De utilitate credendi, cap 9 y 10, se puede resumir así:
–Creeré cuando comprenda.
–Entenderás cuando creas... .


777* Tu propia voluntad, tu propio juicio: eso es lo que te inquieta.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, trazos fuertes. El Autor sigue redactando «gaiticas» desde el guión sobre Voluntad de Dios:
«La propia voluntad: quita el mérito de las acciones: necesidad de despegarse de la propia voluntad: ella es la que nos inquieta» .
Un texto de Sulamitis, que sabemos que el Autor conocía, tiene un pensamiento semejante: «Lo que generalmente os turba es el apego a la propia voluntad, a un bien particular que en aquel momento os parece necesario» .
«Tu propia voluntad, tu propio juicio». Se entiende en cuanto dominados por el egoísmo y enfrentados a la voluntad y al juicio de Dios. La tarea del cristiano es precisamente conformar la propia voluntad y el propio juicio (la propia conciencia, contra la que no puede ir) con el juicio y el querer de Dios, en la línea de lo que se dice expresamente en el siguiente punto: ¡Piensa! (vid también p/782).

778* Es cuestión de segundos... Piensa antes de comenzar cualquier negocio: ¿Qué quiere Dios de mí en este asunto?
Y, con la gracia divina, ¡hazlo!


Texto del Cuaderno VI, nº 912, fechado en 20-I-1933 .
El cambio de «Pregúntate» por «Piensa» (vid apcrít) lo hizo el Autor sobre el texto mecanografiado, posiblemente en una relectura tranquila del cap, al ver que la expresión «pregúntate» la acababa de usar en el p/772.

 

 

Cap 36 36 [Msb: 22]. La Voluntad de Dios, p/754-778 [14 de Cec + 11 de Msb] C || 20. La Voluntad de Dios, cd/295-308 Cec
Cuaderno V, nº 711, 28-IV-1932; que luego pasó a Forja, 422: «¿No te gustaría merecer que te llamaran ‘el que ama la Voluntad de Dios’?».
Vid supra Introd a esta Tercera Parte.
754 Msb ||| y entrar en el Reino Msb add] del Reino Msb del |||| 1 Mt 7, 21
EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89.
Santa Catalina de Siena, a la que tanta devoción tenía el Autor, ponía estas palabras en boca de Dios-Padre: «Nadie puede llegar a la vida eterna sino obedeciendo, y sin la obediencia nadie entrará en ella, porque su puerta fue abierta con la llave de la obediencia y cerrada con la desobediencia de Adán. Yo, movido de mi bondad infinita, viendo que el hombre, al que tanto amaba, no volvía a mí, que soy su fin, tomé la llave de la obediencia y la puse en manos de mi dulce y amoroso Verbo, mi Verdad, y Él, como portero, abrió las puertas del Cielo. Sin esta llave y sin este portero, que es Verdad mía, nadie puede entrar» (El diálogo, cap 154; BAC 143, 1955, pg 516s). En Catalina de Siena, como es sabido, el tema de las «llaves» tiene una dimensión eclesiológica en su teología de Pedro y el Papa. Vid Pedro RODRÍGUEZ, «La teología del Papado en los escritos de Santa Catalina de Siena», en Scripta Theologica 16 (1984) 291-301.
Madre Esperanza del Amor Misericordioso (Alhama Valero), fundadora de la congregación de Esclavas del Amor Misericordioso, y promotora de la devoción al Amor Misericordioso de Jesús. En los años cuarenta pasó a residir en Roma y la Santa Sede aprobó la Congregación en 1949 y dio el Decretum Laudis en 1970. Construyó el santuario del Amor Misericordioso en Collevalenza, diócesis de Todi, que fue visitado por Juan Pablo II en 1981. Falleció en 1983 a la edad de 89 años.
Cuaderno IV, nº 314, 9-X-1931.
El conjunto de cuartillas tiene este título y este comienzo: «Estudio de las cuestiones propuestas por el confesor. Segovia — 10 de octubre — 1932. Mi Padre Sánchez me indicó, como fin de estos ejercicios, los siguientes puntos: I. ¿Qué grado de perfección me pide Dios? II. Elección de ocupación. III. Virtud particular: medios» (Apínt, nº 1692). Álvaro del Portillo, comentando a pie de página este documento, escribe que el «grado de perfección de primera clase, o de segunda, o de tercera» no es cosa que le importe al Autor de C. «Lo que quiere –continúa del Portillo– es hacer en todo la Voluntad del Señor, para que el Señor le lleve a ese nivel de perfección que desea para él: y así, dejándose llevar hasta esa altura –la que sea–, el Padre está contento, porque cumple con la Voluntad de Dios».
Apínt, nº 1698. Forja, 48 tiene aquí su matriz. El texto de Apínt continúa: «Medios: dar gracias al Señor por todo, porque todo es bueno... y es su amable Voluntad». Vid com/268.
755 Msb
Diminutivo cariñoso de «Manolo», apelativo familiar para «Manuel».
Carta de Josemaría Escrivá a Manuel Sainz de los Terreros, Burgos 17-I-1938; EF 380117-3.
756 Apínt Cem32/203 Cec/70.1-Ceb/295 ||| Nosotros somos piedras, sillares] Nosotros somos los sillares que Jesús quiere que se entierren en los cimientos. Sillares Apínt || esquinas] puntas y salientes Cem || modificándonos, según] modificándonos según Apínt Cem || desea, a golpe] desea a golpe Apínt || grava] grava, Apínt Cec Txm || que pisarán las gentes con desprecio Apínt add
Ese mismo día transcribió el p/851.
Cuaderno V, nn 703-704.
PredicHond, «Sillares», 27-VII-1937, pg 235; XXXVIII. —La terminología «sillar, sillares» en el contexto de la vida espiritual será constante en el Autor: vid p/590 y com y p/853. Vid también Forja, 472, 473 y Surco, 418, 533.
757 Apínt Cec/70.2-Ceb/296
Futuros puntos de C transcritos ese día: 897, 757, 889, 589.
Carta 65 (a Celina), 20-X-1888; MEC 5, 1996, pg 389; la santa toma esta frase de una tal Mme Swetchine; la vuelve a citar poco antes de su muerte en conversación con la M. Inés de Jesús de 23-VII-1897 (ibidem, pg 831).
758 Apínt Cem32/204 Cec/70.3-Ceb/297 ||| aceptación rendida] aceptación, rendida, Apínt |||| 1 Rm 14, 17; 15, 13; Ga 5, 22 | 2 Mt 11, 30
En ese día antes había escrito el p/764.
San AGUSTÍN, Sermón 112 A (= Caillau, 2, 11), 6; BAC 441, 1983, pg 809.
San AGUSTÍN, Sermón 68, 12 (= Mai 126); BAC 441, 1983, pg 291.
JUAN PABLO II, Carta Apost Novo millennio ineunte, 6-I-2001, nº 27, que continúa: «En el Diálogo de la Divina Providencia Dios Padre muestra a Catalina de Siena cómo en las almas santas puede estar presente la alegría junto con el sufrimiento: “Y el alma está feliz y doliente: doliente por los pecados del prójimo, feliz por la unión y por el afecto de la caridad que ha recibido en sí misma. Ellos imitan al Cordero inmaculado, a mi Hijo Unigénito, el cual estando en la cruz estaba feliz y doliente” (n 78). Del mismo modo Teresa de Lisieux vive su agonía en comunión con la de Jesús, verificando en sí misma precisamente la misma paradoja de Jesús feliz y angustiado: “Nuestro Señor en el huerto de los Olivos gozaba de todas las alegrías de la Trinidad, sin embargo su agonía no era menos cruel. Es un misterio, pero le aseguro que, de lo que pruebo yo misma, comprendo algo” (Últimos Coloquios. Cuaderno amarillo, 6 de julio de 1897: Opere complete, Ciudad del Vaticano 1997, 1003)». Vid Lucas F. MATEO-SECO, «Sapientia Crucis. El misterio de la Cruz en los escritos de Josemaría Escrivá de Balaguer», en Scripta Theologica 24 (1992) 419-438.
759 Msb |||| 1 cfr Lc 2, 14
EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89; la cursiva es del original.
760 Msb ||| razonamiento] razonamiento, Msb Txm || hecho] hecho, Msb Txm || ¿Qué … palabras? Msb add] Nada … palabras. Msb del |||| 1 Sal 23 (22), 1
Texto citado en com/86. Poco antes había escrito en la intimidad de su Cuaderno: «Todos los salmos son hermosos, aunque la hermosura, a veces, no se vea hasta que el Señor abre el sentido» (Cuaderno V, nº 625, 1-III-1932).
Cuaderno IV, nº 317.
761 Msb ||| por otros Msb add] de otros Msb del || Pero] Pero, Msb Txm
Ni la carta ni la ficha se conservan en el AGP.
Relato del 77, pg 17.
Debo agradecer a los PP. Tomás Álvarez y Julen Urkiza OCD, conocidos especialistas en Santa Teresa, el esfuerzo realizado para intentar localizar este «dicho». Especialmente entrañable es mi agradecimiento a los numerosos monasterios de Carmelitas Descalzas que han revuelto todos los papeles de sus archivos tratando de responder a mi consulta y han dado numerosas pistas. Su testimonio puede resumirse diciendo que, de forma claramente mayoritaria, aseguran que la expresión les es conocida y la reconocen como formando parte de las tradiciones teresianas recibidas. No obstante, la fuente de donde proceden estas palabras todavía no ha podido ser establecida.
La M. Ana María de la Santísima Trinidad, del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Teruel, que me lo comunica en carta de 18-X-1999.
La formulación del «dicho» en el P. Coloma –que lo cita como palabra conocida y tradicional, sin aportar fuentes– es ésta: «Teresa, yo he querido..., pero los hombres no han querido...» (Luis COLOMA, Jeromín. Estudios históricos sobre el siglo XVI, vol II, libro III, cap XXV; Obras completas, t XIV, 4ª ed, Razón y Fe – El Mensajero del Corazón de Jesús, Madrid- Bilbao 1951, pg 197).
Instrucción, 1-IV-1934, nn 96s; la cursiva es del original.
762 Apínt Cem32/205 Cec/71.1-Ceb/298
Futuros puntos de C transcritos ese día: 187, 596, 443, 762.
763 Msb ||| «Fiat» —¡hágase!...— que C7ss] «Fiat», que Msb | «Fiat» —¡hágase!..., que Txm C1-C5 | «Fiat» —¡hágase!... que C6 |||| 1 Lc 1, 38
EjEsp, Meditación «Principio y fundamento», Vitoria 18-VIII-1938 (27-VIII-1938); guión nº 98.
764 Apínt Cem32/206 Cec/71.2-Ceb/299 ||| Cuanto más cerca está de Dios el apóstol,] Cuanto más se acerca uno a Dios Apínt Cec | Cuanto más se acerca uno a Dios, a su Voluntad adorable Cem || corazón] corazón, Cem Cec Txm || y todo] y todo, Cem Cec Txm
30b La “vivencia” de este punto se prolongará en Via Crucis, VIIIª Estación, n. 5: «El corazón humano tiene un coeficiente de dilatación enorme. Cuando ama, se ensancha en un crescendo de cariño que supera todas las barreras. | Si amas al Señor, no habrá criatura que no encuentre sitio en tu corazón». —El texto de Apínt dará origen también a Forja, 877, que dice así: «Al acercarse más la criatura a Dios, más universal se siente: se agranda su corazón, para que quepan todos y todo, en el único gran deseo de poner el universo a los pies de Jesús». Agradezco esta indicación a la Dra. Ana Van Huylenbroeck (Gante, Bélgica).
765 Apínt Cem32/207 Cec/71.3-Ceb/300 ||| que no] que, no Cec
Futuros puntos de C transcritos ese día: 533, 432, 765.
Apínt, nº 1656.
Vid p/139 y 669 y com/182, 668, 769 y 788.
766 Msb ||| de Dios Txm] seq , hijo mío, Msb || el secreto Msb add] llave del Cielo y secreto Msb del |||| 1 Jn 4, 34
EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89.
Cuaderno IV, nº 324, 13-X-1931.
Cuaderno VI, nº 879, 25-XI-1932.
767 Msb ||| falta] falta, Msb Txm
EjEsp, Meditación «Principio y fundamento», Vitoria 18-VIII-1938 (27-VIII-1938); guión nº 98.
768 Msb
EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89; la cursiva es del original.
38b «Gaudium cum pace, emendationem vitae, spatium verae poenitentiae, gratiam et consolationem Sancti Spiritus, perseverantiam in bonis operibus, tribuat nobis omnipotens et misericors Dominus. Amen». Son las palabras tradicionales con las que los sacerdotes terminan la declaración de la intención «ante Missam», que pueden recitar al prepararse para celebrar la Eucaristía (vid Preces selectae, Adamas Verlag, editio secunda, Coloniae 1990, p. 31). Por lo demás, toda la Cristiandad sabe que estas palabras (vobis en vez de nobis) también forman parte del rito de la bendición «urbi et orbi» que imparte el Romano Pontífice.
769 Msb ||| seco...] seco, ... Msb Txm
EjEsp, Meditación «Principio y fundamento», Vergara 5-IX-1938; guión nº 99.
Vid p/139 y 669 y com/668 y 765. La palabra es muy característica de la ascética de San Ignacio de Loyola, que la sitúa en el «principio y fundamento» de los Ejercicios: «Por lo qual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido» (Ejercicios, 23; BAC 245, 1965, pgs 63s, con la nota bibliográfica allí incluida; la frase de San Ignacio está citada por San Josemaría en el guión nº 98). La indiferencia en los Ejercicios es, principalmente, en orden a la «elección» en función del fin: «Segundo: es menester tener por obiecto el fin para que soy criado, que es para alabar a Dios nuestro Señor y salvar mi ánima; y con esto hallarme indiferente sin affección alguna dessordenada, de manera que no esté más inclinado ni affectado a tomar la cosa propuesta, que a dexarla, ni más a dexarla que a tomarla» (Ejercicios, 179; BAC 245, 1965, pgs 15s).
«Holy indifference is not coldness of the heart, as the heart of Jesus was not cold».
«Loslösung bedeutet nicht Teilnahmslosigkeit. Jesus nahm Anteil». Como se ve, el traductor alemán se ve obligado a una «reinterpretación» del texto ante la dificultad de traducir el sintagma «corazón seco», que es el alma de este punto: «desprendimiento –viene a decir– no significa falta de interés. Jesús lo tuvo».
Aunque no sólo: cabe también un desprendimiento de los propias ideas y de los propios juicios. Pero se reconduce al sentido profundo de la virtud de la pobreza. «No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido» (p/632).
770 Apínt Cem32/208 Cec/71.4-Ceb/301
El texto se encuentra en el nivel c, no en el d, de los Apínt (vid IntrodGen § 3, 1, b).
44b Vid p/691 y com.
La iglesia de Jesús de Medinaceli.
45b He puesto en cursiva la frase que da lugar a este punto de C. La frase que sigue a ésta es el origen de Forja, 351.
771 Apínt Cem32/209 Cec/71.5-Ceb/302
Futuros puntos de C transcritos ese día: 870, 855, 771.
Carta de Josemaría Escrivá a Ángel Cifuentes Martín, Madrid 23-VII-1934; EF 340723-1. —Ángel Cifuentes era un estudiante de Medicina que frecuentaba los medios de formación
espiritual en la Academia DYA, de Luchana y, luego, en la Residencia de Ferraz. También se dirigía espiritualmente con San Josemaría.
772 Apínt Cem32/210 Cec/71.6-Ceb/303 ||| hago Cem C] hago, Cec Txm || momento Cem C] momento, Cec Txm
Sector b de los Apínt (vid IntrodGen § 3, 1, b).
Como ya se ha dicho en otras ocasiones, no disponemos del Cuaderno I de Apínt del Autor, pues lo quemó años después. A ese Cuaderno, que recogía las anotaciones del Autor anteriores a 11-III-1930, debían pertenecer los seis puntos de C (que ya estaban en las cuartillas a velógrafo y en el impreso de Cuenca) que no hemos podido identificar en los Cuadernos existentes.
773 Apínt Cem32/211 Cec/71.7-Ceb/304 ||| «quieras» CemS add] quieras Cem
774 Apínt Cem32/213 Cec/71.8-Ceb/305
Ese día transcribió también, a continuación, el p/866.
Cuaderno V, nº 566, 16-I-1932. Un excelente comentario a este punto de C en relación con el 757 en Georges COTTIER OP, «La oración y la estructura fundamental de la fe», en Santidad y mundo, 1996, pgs 91-108.
Cuaderno IV, nº 396, 17-XI-1931. Este texto dará la base al nº 1006 de Forja. El tema de la «conformidad con la Voluntad de Dios» es muy característico de San Francisco de Sales. Vid, por ej, Tratado del Amor de Dios, VII (BAC 127, 1954, pgs 270ss).
775 Apínt Cem32/214 Cec/72.1-Ceb/306
Apínt, nº 1650, 7-X-1932. Este texto pasará a ser Surco, 978 y Forja, 860, que son casi idénticos.
776 Apínt Cem32/215 Cec/72.2-Ceb/307 ||| modo] modo, Cec || estará] está Cec Txm || reservas] reservas, Cec
San AGUSTÍN, De utilitate credendi, caps 9 y 10, nn 21-24; BAC 30, 195, pgs 864-873.
777 Msb
EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89.
P. M. SULAMITIS, A los Católicos Españoles, Publicaciones del Amor Misericordioso, Imprenta de Calatrava, 2ª ed, Salamanca 1931, 16 pgs. En pg 15 se encuentra la oración «por la Iglesia y por la Patria» que Josemaría Escrivá, en circunstancias dramáticas, leyó en el Patronato de Enfermos el 13-V-1931. Así lo cuenta el propio Autor en el Cuaderno IV, nº 221, 10-VIII-1931. «Desde que, en aquel día funesto, al oír por teléfono que estaba ardiendo la iglesia de la Flor [la iglesia de la casa profesa de los Jesuitas], fui corriendo a nuestra iglesia del Patronato, cerré las puertas de la calle, subí al presbiterio... resbalé, cayendo cuan largo soy –me dolió unos días el golpe–, anuncié a los fieles el triste suceso y leí con voz emocionada las Preces del Amor Misericordioso, por la Iglesia y por la Patria; desde entonces, todos los días después del rosario, rezo esas oraciones, convencido de que orar es el único camino de atajar todos estos males que padecemos».
778 Apínt Cem33/271 Cec/72.3-Ceb/308 ||| Piensa Txm add autogr] Pregúntate Apínt Cec Txm del || de mí en] de mí, en Cec Txm
Transcritos ese día los p/7 y 778.