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Capítulo
Punto 292
Vida sobrenatural · Punto 292

Precisamente tu vida interior debe ser eso: comenzar... y recomenzar.

Comentario

San Josemaría debió escribir este punto después del 6 de diciembre de 1938, tal vez a partir de este apunte de un guión:

«Vida sobrenatural siempre. Comenzar y recomenzar. Conversación «del cielo», de dos sacerdotes (Don Pedro Poveda y yo)» [1].

Poco después de terminada la redacción de Camino, San Josemaría en una carta a Miguel Fisac -que haría después el diseño de la portada de Camino- le animaba cariñosamente:

«¿Has olvidado que la vida interior es comenzar... y recomenzar?» [2].

En un coloquio en Madrid el año 1972 le preguntaron por qué decía eso:

«Porque ésa es mi experiencia diaria. Con mucha frecuencia tengo que hacer el papel del hijo pródigo, recomenzando. Algunos días, no una vez sola, sino muchas. No te intranquilices, si no has podido lograr el bien que pensabas llevar a cabo. Pide perdón al Señor, dile que te ayude, e insiste: ¡comenzar y recomenzar!» [3].



[1] Retiro espiritual, Plática «Vida sobrenatural», Salamanca 25-I-1938; guión nº 91. San Josemaría predicaba a las teresianas y les contaba la última conversación que había tenido con San Pedro Poveda antes de que lo asesinaran.

Se había desencadenado ya la persecución religiosa y era inminente la guerra civil. Sabiendo que tal vez ya no volverían a encontrarse y que podrían ser asesinados en cualquier momento, hablaban del «cielo» que les aguardaba y donde la mutua amistad sería todavía más fuerte.

Esa conversación está relatada en Á. del Portillo, Entrevista, 1993, pg 175s.

[2] Carta de Josemaría Escrivá a Miguel Fisac, Burgos 24-II-1939; EF 390224-6.

[3] Notas de una tertulia, Madrid 24-X-1972; AGP, sec A, leg 51; también en AGP sec P, leg 4, 1972, pg 717. En Forja, 384 San Josemaría retoma este punto de Camino para remacharlo:


«La vida espiritual es –lo repito machaconamente, de intento– un continuo comenzar y recomenzar. —¿Recomenzar? ¡Sí!: cada vez que haces un acto de contrición –y a diario deberíamos hacer muchos–, recomienzas, porque das a Dios un nuevo amor».