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Capítulo
Punto 355
Estudio · Punto 355

Los que andan
en negocios humanos dicen que
el tiempo es oro.
—Me parece poco: para los que andamos en negocios de almas
el tiempo es ¡gloria!

 

Comentario

Esta es otra ficha sin interrelación documental. Pudo haber salido esta idea de aquellas conversaciones llenas de intimidad sacerdotal que San Josemaría tenía con San Pedro Poveda, que en un antiguo escrito suyo formuló un pensamiento semejante:

«Suele decirse que el tiempo es oro; para los cristianos es más: más que todas las cosas de la tierra» [1].

San Juan de la Cruz se expresaba así:

«Pues que en la hora de la cuenta te ha de pesar de no haber empleado este tiempo en el servicio de Dios, ¿por qué no le empleas y ordenas ahora como lo querrías haber hecho cuando te estés muriendo?» [2].

San Josemaría, con su concepción optimista –profundamente teológica– de la gracia, salta del tiempo a la eternidad: el tiempo –el tiempo «aprovechado», es decir, «redimido» (cfr Ef 5, 16)– es gloria.

Late en la formulación de este punto el tema de San Juan 6, 55: «ya tiene la vida eterna...». Teológicamente, la gloria, como señalaba Tomás de Aquino [3], no es sino la gracia plenamente desplegada y la gracia, el anticipo de la gloria.

Vid p/325 y com: «el negocio de la vida eterna».



[1] Pedro Poveda, En provecho del alma, pg 20.

[2] Dichos de Luz y Amor, nº 76; BAC 15, 13ª ed, 1991, pgs 158 y 166.

[3] Summa Theologiae, IIª-IIae q. 24. a. 3 ad 2: «similiter etiam gratia et gloria ad idem genus referuntur, quia gratia nihil est aliud quam quaedam inchoatio gloriae in nobis».