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Capítulo
Punto 406
El plano de tu santidad · Punto 406

Aquello fue un fracaso, un desastre: porque perdiste nuestro espíritu.

—Ya sabes que, con miras sobrenaturales,
el final (¿victoria?, ¿derrota?, ¡bah!) sólo tiene un nombre: éxito.

Comentario

Este punto fue redactado por San Josemaría probablemente durante su estancia en la Legación de Honduras, en Madrid. El texto es como el contrapunto de los dos anteriores. Allí se afirmaba que «no fracasamos nunca». Ahora se dice que «aquello fue un fracaso».

La tesis de los dos puntos es exactamente la misma. El éxito pende de la «confianza en Dios» (punto 404). Viene el hundimiento –«fracaso», «desastre», dice San Josemaría con palabras fuertes– cuando se introducen «miras humanas».

El punto vuelve a afirmar que no hay «fracaso» nunca, si se tiene «visión sobrenatural». Durante su estancia en la Legación de Honduras en Madrid predicó sobre este tema:

«Hay, sin embargo, quien después de haber implorado la ayuda de Dios y puesto su coraje y sus fuerzas en el combate, es vencido una y otra vez. Algunos terminan, después de sucesivas derrotas, por desanimarse, y se sienten invadidos por el deseo de no afrontar la pelea. ¿Es que Dios no tiene calculado hasta el último grado de resistencia y fuerza de nuestros músculos? ¿Es que no nos conoce plenamente?

Luchemos, pues, llenos de perseverancia y de confianza, sin desalentarnos por no poder desarraigar de nosotros tal defecto o acostumbrarnos a la práctica de tal virtud, sabiendo que Dios no permitirá que nuestras fuerzas se agoten sin lograr lo que sólo por su gloria emprendimos.

¿Acaso cuando estamos más desalentados, no vamos ya alcanzando la victoria? Si hemos respondido a la prueba, que quería contrastar nuestra paciencia o nuestra esperanza, y nos hemos esforzado lo que podíamos, el triunfo, sin duda, se acerca ya a nuestras manos» [1].

Parece esta predicación un reflejo de la noche oscura de San Josemaría con las tentaciones acuciantes de desaliento y pérdida de la esperanza que sufrió durante su estancia en la Legación. Sobre esto, leer el punto 151 y su comentario, con los puntos allí citados.



[1] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, «Militia est vita», 21-VI-1937, pg 120s; XIX.