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Capítulo
Punto 35
Carácter · Punto 35

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tanto eufemismo:
a la cobardía
la llamáis prudencia.

—Y vuestra «prudencia»
es ocasión de que
los enemigos de Dios,
vacío de ideas el cerebro,
se den tono de sabios
y escalen puestos que nunca debieran escalar.

Comentario

camini¡o 35

Octavilla con el dorso en blanco, redactada por San Josemaría en Burgos, en el primer semestre de 1938. No hay otras referencias que permitan datarla con mayor aproximación. Tiendo a situar estas octavillas con dorso en blanco –a no ser que conste lo contrario por otra vía– en los primeros meses que pasó San Josemaría en Burgos: hasta junio-julio.

Seguimos en la cuestión de la verdad «operativa», del veritatem facientes paulino, que está en el trasfondo de los puntos 33-35. El punto 35 refleja otro de los motivos frecuentes en la predicación de San Josemaría desde los primeros años treinta, sobre todo al dirigirse a profesores y estudiantes universitarios: la exigencia cristiana de un testimonio firme en el terreno intelectual, sin «miedo a la verdad» (vid punto anterior).

San Josemaría, cuando esto escribe, no se refiere, parece obvio, a tantos intelectuales y científicos –algunos de ellos de notable calidad– que en España, en circunstancias políticas y sociales muy complejas, se habían alejado de la fe católica, sino a una minoría militante –«enemigos de Dios», dice–, entre los que se daba precisamente ese «vacío de ideas». El mensaje permanente es claro: Escrivá exhorta a la fortaleza cristiana y a poner de manifiesto, cuando sea necesario, la «ciencia» de ciertos «sabios» cuyo título principal de sabiduría es su oposición al Cristianismo.

El eufemismo en la vida espiritual, de una manera o de otra, es un viejo tema de la tradición:

«Sabéis cubrir el vicio con nombres bonitos (eu[fhmoi") y llamáis libertad a la riqueza, magnanimidad a la ambición de gloria, franqueza a la arrogancia, amor a lo que es disolución, valentía a la iniquidad» [1].



[1] San Juan Crisostomo, Contra los impugnadores, Discurso III, 7; BAC 169, 1958, pg 468.