Menú
Capítulo
Punto 516
La Virgen · Punto 516

¡Madre! —Llámala fuerte, fuerte.
—Te escucha,
te ve en peligro quizá,
y te brinda,
tu Madre Santa María,
con la gracia de su Hijo, el consuelo
de su regazo,
la ternura
de sus caricias:
y te encontrarás reconfortado
para la nueva lucha.

Comentario

Esta octavilla, la última del capítulo, es la 12 de la serie que escribió San Josemaría en la Legación de Honduras en Madrid. En la predicación de aquel periodo puede leerse:

«¡Madre nuestra! ¡Madre! Sólo ese grito purifica el alma. Llamarte así es agua lustral que lava, fuego sagrado que consume todo lo que mancha nuestros labios y nuestro corazón» [1].

El punto, más rico que el texto, es como una síntesis de toda la piedad y doctrina mariana contenida en este capítulo.

«La ternura de sus caricias». Vid, en el comentario al punto 22, la nota 85; y el comentario al punto 859.



[1] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, «Virtud de la obediencia», 8-VI-1937, pg 110; XVII.