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Capítulo
Punto 533
Santa Misa · Punto 533

Humildad de Jesús:
en Belén,
en Nazaret,
en el Calvario...

—Pero más humillación y más anonadamiento en la Hostia Santísima: más que en el establo,
y que en Nazaret
y que en la Cruz.

Por eso, ¡qué obligado estoy a amar la Misa! («Nuestra» Misa, Jesús...)

Comentario

 

Texto tomado por San Josemaría de sus notas del retiro espiritual de Segovia, sábado 8-X-1932 (5º día del retiro), Apuntes íntimos, nº 1651, que es fundamental leerlo junto a los otros dos que escribió ese día, y por su orden [1]. Tenor literal idéntico, pero la última frase es así:

«Por eso, ¡cómo debo yo amar la Misa!, nuestra Misa, Jesús...».

El tema de este punto 533, escrito en clave de «humildad», da entrada al punto 432, en que la humildad de Cristo (kènosis), con las mismas etapas, aparece como Gloria del Padre y camino del cristiano hacia la Gloria a través de la Eucaristía (leer el comentario al punto 432).

La expresión «nuestra Misa» (la cursiva es del original), en relación dialogal con Jesús, ya había aparecido antes en el Cuaderno IV:

«Dominica XX después de Pentecostés, 1931: El Salmo de la confianza: 22, Dominus regit me. –El Salmo del propio conocimiento: 126, Nisi Dominus. –El Salmo de la fortaleza: 81, Dominus illuminatio mea.

La Santa Misa de hoy, en todas sus partes, introito, oración, epístola, gradual, evangelio, communio y postcommunio, respondía maravillosamente a mi estado de ánimo.

Jesús, haz que viva nuestra Misa: que celebre el Santo Sacrificio con la pausa, gravedad y compostura de un sacerdote anciano: aunque llegue la noche oscura, que no me falte la luz cuando soy otro Cristo» [2].

Es ésta la única vez que San Josemaría alude en sus Apuntes íntimos a la noche oscura, que puede llegar, a la que pone en estrecha relación con la Santa Misa y su ser «otro Cristo» en el altar.

Véanse a esta luz las «noches» de la Legación de Honduras en Madrid y de Burgos, de que se habla en comentario al punto 151 y otros allí citados.

«Nuestra Misa» es fórmula que emplea una vez y otra P. M. Sulamitis en su opúsculo A los sacerdotes [3].



[1] Son los puntos 533, 432 y 765.

[2] Apuntes íntimos, nº 317, 11-X-1931.

[3] Publicado primero en «La Vida Sobrenatural», año VII, tomo 14, nº 81 (septiembre 1927), pgs 171-172. Desde aquellos años San Josemaría hacía en la Misa, antes de la «elevación» de la Sagrada Forma –interiormente, in mente–, la ofrenda al Amor Misericordioso, con esta fórmula:

«Padre Santo, por el Corazón Inmaculado de María, os ofrezco a Jesús, vuestro Hijo muy amado, y me ofrezco a mí mismo en Él, por Él y con Él a todas sus intenciones y en nombre de todas las criaturas»

(AGP, sec P, leg 3, 1976, pg 401). Sobre P. M. Sulamitis y la «Obra del Amor Misericordioso», leer el comentario al punto 316.