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Capítulo
Punto 615
Obediencia · Punto 615

Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero.
—Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.
 

Comentario

Al ordenar los materiales del presente cap para el impreso de Cuenca, el Autor intercaló, entre los cuatro puntos del 11-X-1933, este texto, que es del 9 de enero [1] (cumplía ese día 31 años) y estaba transcrito en el mismo Cuaderno VI, nº 905. También el tenor literal del texto es idéntico al de C, con las pequeñas variantes que constan en el apcrít.

Nótese que, por medio de su recurso, tan frecuente, al lenguaje paradójico, el Autor logra expresar, cuando parece que lo está negando, que en cada acto de obediencia del cristiano a las exigencias de la fe se expresa una «fuerte voluntad». La «fortaleza» de la voluntad se manifiesta en este caso en hacer propia la voluntad del Señor, no la nuestra. La paradoja está en que, realmente, esa fuerte voluntad se manifiesta en el abandono en las manos de Dios. El mismo Autor lo explica así en p/856. Sobre el tema vid com/19 con sus referencias.



[1] Futuros puntos de C transcritos ese día: 708, 615, 22.