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Capítulo
Punto 58
Dirección · Punto 58

No estorbes
la obra del Paráclito:
únete a Cristo,
para purificarte,
y siente, con Él,
los insultos,
y los salivazos,
y los bofetones...,
y las espinas,
y el peso de la cruz...,
y los hierros rompiendo tu carne,
y las ansias de una muerte en desamparo...

Y métete
en el costado abierto
de Nuestro Señor Jesús hasta hallar
cobijo seguro
en su llagado Corazón.

Comentario

Día de San Juan Evangelista, 27-XII-1932. Ese día San Josemaría escribió en el Cuaderno VI, el punto nº 899, éste y otros cinco futuros puntos de Camino [1]: por la fecha son los últimos incorporados a las cuartillas tiradas a velógrafo.

De este pasaje de Apuntes íntimos se conserva –es uno de los pocos casos– la «cuartilla» en que lo escribió antes de transcribirlo en el Cuaderno [2]. Acababa de leer una carta de un Padre capuchino y, al dorso, escribió el texto en cuestión [3].

Para San Josemaría la «obra» del Espíritu Santo en el alma es inequívoca: la cristificación. Ya lo había visto con toda claridad en los Ejercicios Espirituales de Segovia:

«Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino. Esa es toda la obra del Espíritu Santo en cada alma –en la mía–: seré dócil, para no poner obstáculos a mi Dios» [4].

En el contexto del capítulo, que se llama «Dirección», el mensaje es claro, también para los que tienen oficio de orientar y aconsejar a los fieles en los caminos del Señor. En esa «dirección» sopla siempre el Espíritu...



Sagrado Corazón de Jesús. Torreciudad

 

Interesante notar la introducción del término «llagado» en el texto impreso [5]. Ese cambio llevó a que en Camino no aparezca la expresión «Sagrado Corazón», de cuya devoción –que tenía tanta fuerza en aquellos años y que siempre mantuvo viva y operante San Josemaría– es de lo que en realidad se está hablando en éste y otros lugares del libro. Esto provocó una recensión muy crítica del libro en la revista Razón y Fe [6].

El P. Aguilar OP, con ocasión de la segunda edición de Camino, defendía al libro de estas acusaciones en La Ciencia Tomista [7].

La mística del «costado abierto» y del «corazón» de Cristo reaparece en p/884. Allí el «Corazón llagado» es el «Corazón amabilísimo». Sobre las llagas de Cristo, vid también el punto 288 y el 555.



[1] Son los puntos: 563, 571, 674, 890, 887, 58.

[2] Dos variantes dentro de la «cuartilla»: escribió «únete a Jesús», que tachó en una segunda lectura y puso encima «únete a Cristo»; en esa segunda lectura después de «siente» agregó: «con Él».

[3] Carta de Laureano Martínez de Muñecas a Josemaría Escrivá, Santander 20-XII-1932; AGP, sec E., carp 736, exp 79. La carta nada tiene que ver con el tema. Pienso que fue el papel que tenía más a mano cuando escribió esa consideración.

[4] Apuntes íntimos, nº 1650. Viernes, día cuarto de los Ejercicios Espirituales, 7-X-1932. Vid punto 755 y comentarios.

[5] A propósito de las llagas de Cristo ,vid los puntos 288 y 555 con sus comentarios.

[6] Razón y Fe, sept-oct 1944, 130 (1944) 346: «dedicando a tantas devociones numerosos apartados –a los ángeles custodios desde el 562 al 570–, no existe para este libro el Sagrado Corazón de Jesús».

[7]

«Con amplitud católica de criterio se ha dado cabida en el índice a temas variados de espiritualidad. Habrá preferencia quizá por algunos más de mejor adaptación al alma de la juventud. Pero no podemos compartir el juicio reciente de una revista al afirmar que 'para este libro no existe el Sagrado Corazón', cuando puede leerse en sus páginas esta frase: 'Y métete en el costado abierto de Nuestro Señor Jesús hasta hallar cobijo seguro en su llagado Corazón' (nº 58)»

(La Ciencia Tomista, nov-dic 1944, 62 [1944] 382). La revista a la que se refiere Aguilar es Razón y Fe.