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Capítulo
Punto 61
Dirección · Punto 61

 Cuando un seglar
se erige
en maestro de moral
se equivoca frecuentemente:
los seglares
sólo pueden ser discípulos.

Comentario

camino 61

La idea proviene del P. Sánchez, confesor de San Josemaría, y así lo anotó éste en su Cuaderno, día 15-X-1931, nº 329 [1]:

«Oí decir al p. Sánchez que, cuando un seglar se erige en maestro de moral, se equivoca siempre. Los seglares –añadió– sólo pueden ser discípulos».

Al preparar el texto impreso, el tajante siempre del P. Sánchez se transformó en frecuentemente. La formulación del pensamiento hoy nos puede parecer chocante. Pero el mensaje de este punto se entiende bien situándolo en su contexto histórico. La teología moral que el P. Sánchez y San Josemaría Escrivá habían estudiado era la propia de la época, casuística y orientada a la confesión sacramental y a preparar confesores; una teología que, por su propio método, presupone en el docente la «experiencia» del confesor.

Es evidente que el criterio aquí asentado no excluye que seglares puedan –incluso deban– estudiar, escribir y enseñar, desde una perspectiva académico-científica, sobre cuestiones de ética, de moral, de doctrina social de la Iglesia, de bioética, etc.



[1] En el ejemplar de Consideraciones Espirituales de 1932 que San Josemaría pasó al P. Sánchez casi dos años después anota al margen de este punto:

«¿Se acuerda, Padre? ... se lo oí a V. R. en Chamartín».