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Capítulo
Punto 746
Postrimerías · Punto 746

 ¿No brilla en tu alma
el deseo
de que tu Padre-Dios se ponga contento cuando te tenga
que juzgar?

Comentario

Este texto procede de una nota que escribió San Josemaría durante los Ejercicios Espirituales que hizo en Pamplona, durante las navidades de 1937:

«Meditación: mucha frialdad: al principio, sólo brilló el deseo pueril de que ‘mi Padre-Dios se ponga contento, cuando me tenga que juzgar’.

–Después, una fuerte sacudida: ‘¡Jesús, dime algo!’, muchas veces recitada, lleno de pena ante el hielo interior. –Y una invocación a mi Madre del cielo –‘¡Mamá!’–, y a los Custodios, y a mis hijos que están gozando de Dios... y, entonces, lágrimas abundantes y clamores... y oración.

Propósitos: ‘ser fiel al horario, en la vida ordinaria’, y, si me lo permite el confesor, ‘dormir sólo cinco horas, menos la noche del jueves al viernes que no dormiré’: concretos y pequeños son estos propósitos, pero creo que serán fecundos» [1].

La idea reaparece en los guiones de predicación que preparó en 1938:

«Juicio: ¡ver al Juez sonreír!» [2].



[1] Cuaderno VIII dpdo, nº 1429, 20-XII-1937; la cursiva es mía. De las notas de ese día procede también el punto 250.

[2] Ejercicios Espirituales, Plática «Humildad de los Apóstoles», Vergara 5-IX-1938; guión nº 124.