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Capítulo
Punto 750
Postrimerías · Punto 750

Óyeme, hombre metido en la ciencia
hasta las cejas:
tu ciencia
no me puede negar
la verdad de las actividades diabólicas.

Mi Madre,
la Santa Iglesia —durante muchos años: y es también una laudable devoción privada— ha hecho
que los Sacerdotes
al pie del altar invoquen cada día
a San Miguel, «contra nequitiam et insidias diaboli» —contra la maldad y las insidias del enemigo.

Comentario

En un guión que elaboró San Josemaría para predicar los Ejercicios Espirituales en Vitoria, en 1938, se encuentra esta anotación:

«Verdad de las actividades diabólicas. La Iglesia: Sancte Michäel Archangele...» [1].

El inciso «durante muchos años: y es también una laudable devoción privada» fue introducido por San Josemaría en 1965, en la 23ª edición española [2]. En 1960 se suprimieron en la liturgia de la Misa las «oraciones al pie del Altar» que el sacerdote recitaba, alternando con el pueblo, una vez acabada la Misa rezada. Entre ellas estaba la célebre invocación a San Miguel Arcángel a la que alude este punto 750 [3].

El inciso fue escrito en diciembre de 1964 [4].



[1] Ejercicios Espirituales, Meditación «Dos banderas. Genio militar de San Ignacio», Vitoria 21-VIII-1938; guión nº 83.

[2] La 23ª edición de Camino tiene en el colofón la fecha 2-II-1965.

[3] Dice así:

«Sancte Michaël Archangele, defendite nos in proelio. Contra nequitias et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur, tuque, Princeps caelestis militiae, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in inferno detrude. Amen».

(San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha;sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder,es nuestra humilde súplica; y tu, Principe de la milicia celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén).

Estas oraciones fueron prescritas en 1886 por el Papa León XIII para implorar el auxilio divino para las necesidades de la Iglesia.

Fueron suprimidas en la reforma de las rúbricas del Misal Romano que promulgó el Papa Juan XXIII en el Motu proprio de 25-VII-1960.

[4] La pequeña reelaboración de este punto es prototípica del modo de proceder de San Josemaría. Un italiano, miembro del Opus Dei, le había hecho notar –por si era oportuno modificar el punto de Camino– que en la liturgia de la Misa ya no se rezaba esa invocación.

Bien lo sabía San Josemaría. Sobre el papel que traía esta comunicación, escribió de su puño y letra, Roma 12-XII-1964:

«1) Decid a Joe [José Luis Soria, Director Espiritual del Opus Dei entonces] que se entere con precisión desde cuándo se ha recitado esa oración al pie del altar.

2) Después, me enviáis ese dato, y yo os daré la respuesta [XII-1964]».

Pocos días después estaba la nueva redacción del punto 750, que se conserva autógrafa en AGP, sec A, leg 55, carp 2, exp 3.