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Capítulo
Punto 825
Cosas pequeñas · Punto 825

 Sigue en el cumplimiento exacto
de las obligaciones de ahora.
—Ese trabajo —humilde, monótono, pequeño— es oración cuajada en obras
que te disponen
a recibir la gracia
de la otra labor —grande, ancha y honda—
con que sueñas.

Comentario

 

Este texto se encuentra en íntima relación con una carta escrita a finales de 1938 en la que se daban noticias acerca del pequeño grupo que vivía Burgos y se resumía el encuentro que el domingo día 4 de diciembre habían tenido Álvaro del Portillo y Eduardo Alastrué -que estaban en la Academia de Ingenieros de Fuentes Blancas- con San Josemaría, en el Hotel Sabadell de Burgos,

La carta tiene un notable valor para nosotros, ya que testifica tres puntos de Camino surgidos en el calor de aquel encuentro: son los puntos 825, 91 y 968.

Al día siguiente, Alastrué escribió a un amigo que se dirigía con San Josemaría, contándole aquel encuentro por carta. Reproducimos los pasajes de esa carta que están relacionado con los tres puntos citados. La frase que he subrayado sirve a San Josemaría como punto de partida para este punto 825:

«Ahí van las ‘Noticias’ [1]. Y aquí, las suplementarias, algunas de las cuales quizá conozcas ya; la primera, que Pedro [Casciaro] se marchará hoy a las 2 a Bilbao. ¿Hasta cuándo esa separación? No sabemos; pero Mariano [San Josemaría] se ha quedado más solo. Hay que esperar –bueno, tenemos la seguridad de que será así– que Juan [Jiménez Vargas] y Álvaro [del Portillo] podrán en breve trabajar a su lado. Entre tanto, la dispersión sigue; y junto al Padre, uno: Paco [2]. Pero, ¿hasta cuándo?

El deseo tan grande que todos tenemos de que esto marche, se dilate, parece que se va a convertir en impaciencia. Pero, ¿cuándo salta esto, cuándo rompe, cuándo veremos nuestra a la gente? De algo así hablábamos ayer en el [Hotel] Sabadell; y, Alvaro, con una sonrisa [...] dice, muy devoto, un: ‘Dios sabe más’.

Bueno, pues como es verdad, a achantarse, y a seguir tranquilamente con el cumplimiento exacto –¡ya estará bien, si hacemos eso!– de las obligaciones de ahora. Pero, claro, el deseo no será inútil: y si lo desfogamos en coaccionar, en importunar a D. Manuel [Dios Nuestro Señor] entonces tendremos un tiempo formidablemente ganado.

No cabe duda, el porvenir es seguro, quizá a pesar de nosotros. Luego, esta época es de gestación. Vamos a ver si dejamos a Mariano con alguno más en la tarea de favorecer y apresurar la futura expansión de vida. Y, claro, para esto ya no hace falta estar a su lado; es decir, sí hace falta, pero en espíritu, uniendo a su oración y a su sacrificio el nuestro» [3]

San Josemaría prolonga la frase primera con un pensamiento que de muchas maneras va explicando a lo largo de todo el capítulo y que es muy vivo en la tradición espiritual. Santa Teresa de Jesús lo formulaba así:

«de cosas muy pequeñas se pueden, como he dicho otras veces, acostumbrar para salir con victoria en las grandes» [4].

El aparato crítico testifica una fuerte batalla en las ediciones –también en las ediciones póstumas– a la hora de elegir entre la doble lección «dispone» y «disponen». Hemos preferido «disponen» para el texto crítico, pues esa es la lección de la edición 29, última antes de la muerte de San Josemaría ; lección que estaba ya en vigor desde la edición 19.



[1] El pequeño boletín con noticias de los alumnos, residentes y amigos de la Academia DYA y de la Residencia de Ferraz.

[2] Francisco Botella, que permaneció con San Josemaría en la pensión de la calle Concepción nº9, hasta el final de la guerra.

[3] Carta de Eduardo Alastrué a Enrique Alonso-Martínez, Burgos 5-XII-1938; AGP, sec N-2, leg 146, carp D, exp 2; la cursiva es mía.

[4] Camino de perfección, 15, 3 (cod. Valladolid); BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 294.