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Capítulo
Punto 89
Oración · Punto 89

 «María escogió la mejor parte», se lee
en el Santo Evangelio. —Allí está ella, bebiendo las palabras del Maestro. En aparente inactividad, ora y ama. —Después, acompaña a Jesús
en sus predicaciones por ciudades y aldeas.
Sin oración, ¡qué difícil es acompañarle!
 

Comentario

camino 89

Jan Vermeer van Delft: Cristo en casa de Marta y María

De la misma época que las anteriores, este punto fue redactado por San Josemaría a partir de un guión de la predicación de agosto en Vitoria:

«(María de Magdala) Toma lugar con sus discípulos (estado apostólico femenino), le sigue; le asiste con sus bienes. 'Et factum est deinceps, et ipse iter faciebat per civitates et castella praedicans et evangelizans regnum Dei, et duodecim cum illo et mulieres aliquae... Maria, quae vocatur Magdalena...' (Luc. VIII, 1-3) ¡Aquellas estancias de Jesús en Betania!... Escoge la mejor parte... (Luc. X, 38-42)... ¡Qué buena, Marta! ... Porro, unum est necessarium!... Extática...; oración...» [1].

El texto, por otra parte, se inscribe en el interior del tema «forzosa inactividad», de tanta vigencia en la vida espiritual de San Josemaría durante los años de la guerra civil española (vid el punto 294 y su comemtario).

La expresión con la que describe la actitud de María de Betania aparece en el primer texto sobre el tema, escrito en la Legacion de Honduras en Madrid:

«La consideración de esta realidad [la ayuda que prestan los que sufren persecución] nos impulsa a un detenido examen de nuestra conducta en este lugar, que es como una prisión para nosotros. Porque aquí, en esta aparente inactividad, contamos con la posibilidad de trabajar mucho por dentro, y acompañar a cada uno de vuestros hermanos en peligro, y velar por ellos» [2].



[1] Ejercicios Espirituales, Meditación «María de Magdala», Vitoria VIII-1938; guión nº 119. San Josemaría, siguiendo una tradición espiritual, superpone en su predicación a María de Magdala y a María de Betania, la hermana de Marta.

[2] Predicación en la Legación de Honduras en Madrid, «La Comunión de los Santos», 8-IV-1937, pg 30; III. La cursiva es mía