Menú
Capítulo
Punto 244
Examen · Punto 244

 Reacciona.
—Oye lo que te dice
el Espíritu Santo:
«Si inimicus meus maledixisset mihi, sustinuissem utique» —si mi enemigo me ofende, no es extraño,
y es más tolerable. Pero, tú... «tu vero homo unanimis,
dux meus,
et notus meus, qui simul mecum dulces capiebas cibos» —¡tú, mi amigo, mi apóstol, que te asientas
a mi mesa
y comes conmigo dulces manjares!

Comentario

San Josemaría escribió este punto en una octavilla, que tenía en el dorso un trozo de una carta interrumpida a don Emiliano Amann (padre del protagonista del punto 106 de Camino) y fechada el día de Navidad de 1938. El otro trozo de la carta es el soporte del punto 632.

Aparte de una tan exacta datación de la redacción del texto, no he visto un solo papel de San Josemaría con referencia a este hermoso salmo, tan bellamente meditado en este punto.

Sin duda que está situado en este capítulo «Examen» desde la perspectiva de la contrición, del dolor de Amor, adelantando la temática del punto 246. Una vez oí decir a San Josemaría, hablando del examen de conciencia, que el alma del examen era la contrición.

Este punto es característico de esa forma de meditación/paráfrasis de ciertos salmos de la que gustaba San Josemaría [1].



[1] En Forja, 381 hay otro meditativo de técnica semejante:

«¡Ah Jesús! –díselo tú también–: 'ut iumentum factus sum apud te!' —me has hecho tu borriquillo; no me dejes, 'et ego semper tecum!' —y estaré siempre Contigo.

Llévame fuertemente atado con tu gracia: 'tenuisti manum dexteram meam...' —me has cogido por el ronzal; 'et in voluntate tua deduxisti me...' —y hazme cumplir tu Voluntad. ¡Y así te amaré por los siglos sin fin! —'et cum gloria suscepisti me!».