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Capítulo
Punto 998
Perseverancia. Punto 998

 ¡Bendita perseverancia la del borrico de noria! —Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. —Un día y otro: todos iguales.
Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín.
Lleva este pensamiento a tu vida interior.
 

Comentario

Texto escrito en fecha posterior al 20-XII-1938. El tema del borrico es constante, autobiográfico, en los Cuadernos de Apuntes íntimos de San Josemaría, como hemos visto en los comentarios a los puntos 57, 80, 98, 176, 420 y 493 (borrico sarnoso), 571, 592, 596, 606, 677, 691, 729, 731, 801, 852, 874, 882, 933. Vid Forja, 380 y 381.

Hans Flasche señala el carácter alegórico tradicional de estos puntos, insertos en la tradición de la laus asini (libros escritos a lo largo de los siglos en alabanza del asno) [1].

El uso de esa tradición es sumamente moderada en Camino, peroes extraordinariamente abundante en los Apuntes íntimos de San Josemaría, como puede verse en los textos que hemos transcrito en los comentarios a los diversos puntos.

Garrido Gallardo hace notar [2] que el uso alegórico de la figura del borrico se produce a partir de una experiencia mística de San Josemaría, que se documenta en la tradición de la laus asini.

En cambio, la expresión «borrico de noria» aparece por primera vez en un documento de San Josemaría de 1935, que es un esquema de lo que será este punto 998 de Camino:

«¡Bendita perseverancia, llena de fecundidad, del pobre borrico de noria!: siempre lo mismo, monótonamente, escondido y despreciado, a su paso humilde..., sin querer saber que son sus sudores el aroma de la flor, la hermosura del fruto en sazón, la fresca sombra de los árboles en el estío: la lozanía toda del huerto, y todo el encanto del jardín» [3].

Este texto era sin duda el que San Josemaría tenía en mente –dudo mucho que lo pudiera tener en su escritorio, ya que ese documento, en principio, había quedado en Madrid– cuando redactaba este punto penúltimo de Camino.

Aunque pudo basarse quizá en este apunte de sus guiones de meditación:

«Nemo repente fit sanctus. Ut jumentum (Ps LXXII, 23,24). El burro de noria...» [4].

En 1938 volvió a aludir al tema del «borrico de noria» durante el viaje que hizo a Santiago de Compostela para ganar el jubileo, acompañado de Ricardo Fernández Vallespín, que estaba convaleciente de una herida de guerra.

Durante aquel viaje hizo escala en León para visitar a Mons. Carmelo Ballester, Obispo de la diócesis. El 17 de julio, domingo, celebró la Misa muy temprano en la casa de las Teresianas. Un ilustre sacerdote de León, don Eliodoro Gil, que también le acompañaba a Santiago, es el que lo narra:

«Llegaron a la estación cuando ya estaba pitando el tren. Un taxista, feligrés mío –de nombre Cartujo–, nos llevó hasta Veguellina de Órbigo, a unos 30 kms. de León, donde alcanzamos el tren. Durante aquel trayecto el Padre nos dirigió la meditación y nunca se me olvidarán sus palabras. Incluso se le grabaron al taxista, que me las recordó muchas veces. Allí, desde las ventanillas del coche, contemplábamos la preciosa vega del Órbigo, donde se cultiva remolacha y lúpulo.

El Padre nos habló con la imagen del borrico, que se la debió inspirar aquel campo, en el que se veían muchas norias con sus borricos. Es ese trabajo esforzado y continuo –monótono, si se quiere–, pero eficaz: es ese trabajo el que va llenando los cangilones que derraman el agua a los campos que se cubren de verdor y de fecundidad.

'Fijaos –nos decía– que el pobre burro está dando nada menos que todo lo que tiene, con toda paciencia. Y nos da ejemplo de cómo tenemos que servir a Dios'» [5].



[1] Hans Flasche, Geschichte der spanischen Literatur, III, Francke, Bern/Sttutgart 1989, pg 95.

[2] M. A. Garrido Gallardo, «Literatura espiritual...», 1993, pg 641.

[3] Instrucción, 9-I-1935, nº 221.

[4] Ejercicios Espirituales, Plática «Perfección en las cosas pequeñas», Vitoria 22-VIII-1938; guión nº 107.

[5] Eliodoro Gil, Testimonios, Madrid 2-II-1979 y 23-IV-1996; AGP, sec A, leg 100-25, carp 2, exp 1. El 18 ganaron el jubileo y el 19 regresaban. El día 20 ya estaba el Autor de C en Burgos.