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Capítulo
Punto 19
Carácter · Punto 19

 Voluntad.
Es una característica muy importante.

No desprecies
las cosas pequeñas,
porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas —que nunca son futilidades,
ni naderías—
fortalecerás,
virilizarás,
con la gracia de Dios,
tu voluntad,
para ser muy señor
de ti mismo,
en primer lugar.

Y, después, guía, jefe, ¡caudillo!...,
que obligues, que empujes, que arrastres, con tu ejemplo
y con tu palabra
y con tu ciencia
y con tu imperio.

Comentario

camino 16

Sobre el término «caudillo» leer el comentario al punto 16. Este punto escrito por San Josemaría es anterior en fecha: 5-I-1933 [1]. Está en el Cuaderno VI, nº 901.

«Voluntad. Es una característica muy importante de los socios [2]. Que no desprecien las cosas pequeñas, porque con el continuo ejercicio de negar y negarse en esas cosas –que nunca son futilidades, ni naderías– fortalecerán, virilizarán, con la gracia de Dios, su voluntad, para ser muy señores de sí mismos, en primer lugar; y después, guías, jefes, ¡caudillos!..., que arrastren, que obliguen, que empujen, con su ejemplo y con su palabra y con su ciencia y con su imperio».

La redacción del punto, comparada con su original en el Cuaderno VI, muestra una de la formas recurrentes del tipo de modificación a que San Josemaría sometía a sus manuscritos originales al sacarlos de su intimidad para darlos a conocer a otras personas y finalmente echarlos «a la calle».

En el Cuaderno está hablando de algunas características del espíritu que propone a los fieles del Opus Dei. Redacta, pues, en tercera persona y en estilo indirecto: «Que no desprecien las cosas pequeñas». Al pasar a Camino, el pasaje cobra el característico estilo dialógico del libro: «No desprecies las cosas pequeñas». San Josemaría ve con toda claridad que eso que él propone a los fieles del Opus Dei puede y debe ser propuesto a todos los cristianos. «

Es una característica muy importante»... de todos los que lo entiendan [3].

La doctrina de este punto parece como el desarrollo en positivo del texto de Si 19, 1: «El que desprecia las cosas pequeñas, poco a poco caerá» [4]. Por tanto, quien cuida las cosas pequeñas... Leer este sentido los puntos 816 y 828 y el capítulo «Cosas pequeñas».

«Virilizarás tu voluntad». Es una expresión frecuente en Camino (vid los puntos 144, 615, 833 y 856), que, como se dijo, nada tiene que ver con un «lenguaje discriminatorio hacia la mujer».

En los años en que se escribe el libro, la expresión no ofrecía problema en el horizonte cultural y el sentido de los textos siempre fue patente para los lectores y las lectoras, que perciben cómo para San Josemaría Escrivá la palabra «virilizar» connota más la «vis» que el «vir» [5]. Éste es, por otra parte, el uso continuo de los términos y del tema en la gran literatura clásica, que leía con gran frecuencia [6].

Por lo demás, hay puntos de Camino, cuyo origen redaccional está en la labor apostólica directa con varones, que es a la que más dedicaba su tiempo en aquellos años a San Josemaría.

Estos puntos piden evidentemente, desde que fueron escritos, una lectura analógica por parte de las mujeres. Es el caso, por ejemplo, del punto 888. Otros puntos tienen origen autobiográfico, o son autointerpelaciones que San Josemarísa se hace a sí mismo y derivadamente a los demás, hombres y mujeres. Éste es el caso a mi parecer del punto 22, que prolonga en cierto sentido la problemática que acabamos de abordar.



[1] Ese mismo día San Josemaría escribió a continuación el punto 472.

[2] Aquí en vez de «socios» decía C.B., caballeros blancos, como al principio San Josemaría llamaba a los miembros de la Obra; terminología que desechó muy pronto. En su Cuaderno tachó después esta abreviatura y puso la que se lee, socios, que correspondía a la situación jurídica del Opus Dei como Asociación.

El texto del Cuaderno pasó al velógrafo antes de que San Josemaría desechase ese término y allí se lee C.B.

—Hoy el término adecuado a la naturaleza de Prelatura personal que tiene el Opus Dei, es «fieles de la Prelatura». Vid título I, cap II, de los Estatutos de la Prelatura del Opus Dei, promulgados por la Bula Ut sit, de 28-XI-1982. Texto en P. RodrÍguez – F. OcÁriz – J. L. Illanes, El Opus Dei en la Iglesia, 2000, pgs 311-316.

[3] En otros puntos de semejante estructura literaria, San Josemaría introduce uno de sus característicos guiones largos al comenzar el desarrollo del tema enunciado (vid, por ej, p/3, 8, 31, 54, 62, 151, 235, etc. Aquí sería: «Voluntad. —Es una característica, etc.».

[4] En Glosas marginales al Decenario 1932, pg 27 (Patmos 35, pg 41; Logos 52, pg 83), San Josemaría subrayó esta invocación: «Del desprecio de las cosas pequeñas, libradnos, Espíritu Santo».

[5] Es el lenguaje bíblico: «Tu gloria Ierusalem... quia fecisti viriliter», cantan los israelitas a Judit (15, 10-11). Con todo, es interesante notar que, en casi todos los textos citados, «virilizar» va precedido de una palabra que orienta la «hermenéutica»: «fortalecer» (p/19), «enreciar» (p/144), «templar» (p/615), «robustecer» (p/856).

[6] Erasmo, por ejemplo, hablando de la Virgen María:



«La serpiente ha quedado reducida a arrastrarse sobre su pecho. La muerte de Cristo ha quebrantado su furia; ya no le queda sino acechar a hurtadillas el calcañar. Por otra parte, la Mujer, muy varonil por la gracia de la fe, aplasta la cabeza venenosa de la serpiente»



(Erasmo, Enchiridion, cap VI: «De las dos partes del hombre»; BAC minor 79, 1995, pg 107).