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Cómo se hizo
Consideraciones Espirituales, 1932 II

Consideraciones Espirituales: Madrid, 1932. II

Pedro Rodríguez

 

 

2. Consideraciones Espirituales, 1932 (Cem32)

Se trata de un conjunto de 17 cuartillas mecanografiadas, apaisadas, escritas con una máquina de mala calidad –y por un mecanógrafo o mecanógrafa no experto– y después multicopiadas a velógrafo. Contiene 246 consideraciones numeradas (40) .

La primera cuartilla del fascículo, sin número, hace de cubierta y lleva el título Consideraciones Espirituales: así, en letras mayúsculas. En el dorso de esta cuartilla se incluye una Fe de erratas que tiene doce correcciones (Dice / Debe decir).


Sigue el texto, en hojas numeradas en el anverso (de la 1 a la 15) y escritas por ambos lados. La cuartilla 1 tiene un título, que no es igual al de la cubierta; allí se lee, también en letras mayúsculas: Consejos Espirituales – Consideraciones Espirituales (41) .

Dos líneas más abajo, sin solución de continuidad, comienzan los citados consejos o consideraciones, que el Autor numera del 1 al 246 (42) . Después de la última consideración, la fecha: Diciembre de 1932. Una última cuartilla –en blanco, sin numerar– tiene al dorso, a manera de contraportada, este colofón: Deo omnis gloria. No consta en parte alguna el nombre del autor: el fascículo es anónimo. No hay tampoco una palabra –prólogo, advertencia al lector– que dé razón de ese elenco de textos.

El Autor ultima la composición de Cem32 después del 27 de diciembre 1932. Así de exactas son las fechas. Los cinco últimos textos que el Autor incorpora a sus papeletas proceden de notas de Apínt datadas ese día: pasarán a ser las cd/155, 156, 160, 221 y 224 de Cem32. A continuación –estamos en 5 de enero de 1933– termina de ordenar los materiales hasta entonces seleccionados y comienza la operación de pasar las papeletas a máquina (43) , tarea que corre a cargo de un colaborador. Es lógico pensar que a lo largo del mes de enero el Autor fue distribuyendo el fascículo entre las personas de su contexto apostólico (44) .

La máquina utilizada es vieja y deteriorada y la mecanografía –ya lo apuntamos– menos que discreta. Mi opinión personal es que no es el Autor el que teclea, pues hay algunos errores –no erratas– que un autor no puede cometer en su propio texto.

Se ve que está hecho con cariño por manos inexpertas: hay numerosos errores, que aumentan –nos parece– conforme el texto avanza. Además, el velógrafo distorsiona y apaga el texto con alguna frecuencia, por lo que el Autor se ve obligado a completar a mano letras y palabras defectuosas. Así lo observamos en el ejemplar que –después de una cuidadosa corrección autógrafa– enseñó al P. Sánchez y que servirá de base al Autor para la corrección posterior del texto.

Si hemos hecho ese recorrido previo por los «cuadernos» y las «cuartillas» de Apínt, ha sido precisamente con la intención de indagar cómo compuso el Autor, a partir de los Apínt, este fascículo Cem32 y, en última instancia, una extensa parte de C: la que terminará imprimiéndose en Cuenca. ¿Trabajaba directamente sobre los Cuadernos? ¿Lo hacía sobre las «cuartillas de mediación» allí transcritas, que guardaba para su utilización autónoma? Pero no eran lo normal estas «cuartillas de mediación», como hemos visto.

Lo más frecuente era pasar de la papeleta al Cuaderno. Personalmente pienso que el Autor, cuando prepara el fascículo de 1932, disponía de la colección de «cuartillas» que había mostrado a su Confesor (45) , y se sirve para Cem32 de las que le parecen adecuadas. Pero, tanto si estas cuartillas se conservaban como si no, es obligado imaginarse al Autor, releyendo sus Cuadernos y copiando en fichas los pasajes que le interesaba seleccionar para el fascículo. Esto, por lo demás, es lo que rememora el propio Autor muchos años después:

«Camino está tomado, en parte, de una especie de diario –no, no, no es diario: me revientan los diarios– hecho en honor de Santa Catalina. Cada una de esas cosas recuerda un suceso o es un hecho de alguna persona. Esas fichas las ordené en el treinta y tres y las llevé a imprenta en el treinta y cuatro (46) .

Cierto que se trata de una rememoración genérica, que no pretende describir técnicamente su trabajo, pero la secuencia parece clara. Están los Cuadernos, las «catalinas». De ahí se toma –sólo «en parte», agrega el Autor: la parte de Cec– el contenido de C. El resultado es unas fichas (otras podrían ser «cuartillas de mediación»). Esas fichas se ordenan. Es el germen de los caps.

Ya hemos hecho notar que el contenido del fascículo procede en su casi totalidad de Apínt. Sólo seis consideraciones de Cem32 no se han podido localizar en ese fondo literario (47) . Tengo la fundada convicción de que esas seis estaban también en los Cuadernos: concretamente en el Cuaderno I (48) . Todas las demás tienen su origen redaccional, a veces casi literal, en las notas manuscritas de los Cuadernos, como iremos viendo punto por punto en el Comentario crítico-histórico.

Una primera comparación de Cem32 con Apínt pone de relieve que el Autor no trasladó mecánicamente las notas de Apínt a los puntos de Cem32: quiero decir, que no sigue la disposición cronológica con la que están escritos los Cuadernos de Apuntes. La secuencia de textos en Cem32 es completamente distinta: es, de manera clara, fruto de una determinada ordenación hecha por el Autor.

En los Cuadernos Josemaría Escrivá inserta sus notas –parece obvio– conforme «acontecen» en el día tras día de su relación con Dios. En Cem32, por el contrario, aparece ya una «lógica» que ordena y dispone. Cosa muy distinta es si –en la fase del texto que se ofrece en Cem32– estamos en condiciones de captar ese ordo con toda claridad. Máxime si se tiene en cuenta que esa lista de 246 puntos mecanografiados se presenta en una secuencia ininterrumpida, sin que los textos se agrupen en caps o secciones, y ni siquiera estén divididos por títulos o ladillos intermedios. Por lo demás, ya se comprende que la cuestión del ordo o estructura del texto –de C y de sus anticipos– hay que estudiarla por sí misma y con el necesario detenimiento. A ello dedicaremos el § 11 de esta IntrodGen.

 


40 Ejemplares en AGP, sec A, leg 54, carp 1, exp 1. En nuestra investigación este pequeño fascículo será nombrado una vez y otra con la sigla Cem32 (es decir: Consideraciones Espirituales, Madrid 1932) seguida, si es el caso, del número de la consideración (por ej: Cem32/24). El texto de este primer fascículo se reproduce infra Anexo I.

41 En esta época el Autor se referirá con frecuencia a este fascículo (y al siguiente) llamándoles así: Consejos.

42 En realidad son 247, pues en la cd/239 el mecanógrafo fundió dos números claramente autónomos, que ya el autor corrigió en algunos ejemplares, concretamente en el que entregó al P. Sánchez, del que luego hablaremos, donde, de su puño y letra, asignó a la segunda frase de esa consideración el nº 239 bis. Las dos frases corresponden a los actuales p/944 y p/852 de C.

43 En Cem33 encontraremos consideraciones que se basan ya en notas de 5 de enero de 1933.

44 Isidoro Zorzano los tenía desde antes del día 18 de enero del 33.

45 El confesor se quedaba con ellas y se las devolvía, una vez leídas, unas semanas después. Es prácticamente seguro que lo que San Josemaría llevaba cada cierto tiempo a su confesor, en petición de consejo y discernimiento, no eran los Cuadernos mismos sino –como hizo la primera vez– «las cuartillas» que le servían de base. Un dato documental abona lo que decimos. En el ejemplar de Cem32 que lleva a su confesor, el Autor hace una anotación marginal a la altura de esta frase del n 194 (= C p/779): «Hijos, como nosotros lo somos del Padre Nuestro...». La anotación dice: «Antes ponía ‘Hijos, tanto como...’ y lo corrigió V., Padre». La corrección del P. Sánchez –que pasa a Cem32 (y después a C)– fue hecha sin duda sobre la papeleta que en su día le mostró el Autor, no sobre el Cuaderno IV (Apínt, nº 270), donde permanece intocada la redacción originaria. A su confesor, como dije, no le llevaba los Cuadernos, pues de ser así, quedarían bloqueados para nuevos apuntes mientras estaban en poder del P. Sánchez.

46 Notas de una tertulia, Roma 22-III-66; texto en AGP, sec A, leg 51.

47 Son las cd/46, 54, 119, 198, 200 y 201, que se corresponden, en C, a los p/81, 115, 284, 784, 657 y 658.

48 El Cuaderno I de estos Apínt, que llegaba hasta marzo de 1930, lo destruyó el Autor años después, como ya hemos dicho. Ninguno de esos puntos figura en el manojo de fichas pertenecientes al Cuaderno I citadas supra en nt 23.