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Capítulos de Camino
Comunión de los santos

 

Comunión de los Santos

Cap de nueva creación en Burgos, constituido por siete puntos, nuevos también, añadidos al libro en la redacción final. El tema sigue siendo la Iglesia, como en los dos caps anteriores, pero ahora es la cláusula eclesiológica «communio sanctorum» la que domina las consideraciones. De la Iglesia, Madre de los fieles, se pasa a la Iglesia, comunión de los cristianos. El tránsito se realiza a través del cap intermedio: la «communio eucharistica». La secuencia es ésta: los que en Cristo somos una sola cosa por la Eucaristía –son un solo cuerpo los que participan de un único pan (cfr 1 Co 10, 17)– debemos tener entre nosotros una solidaridad dinámica: cada uno cuida –debe cuidar– de los demás. Eso es también la Iglesia –fraternidad– y éste es el tema del cap que ahora comienza.
Que la estructura de la Iglesia tiene una esencial dimensión jerárquica, que al frente están los Obispos con el Papa a la Cabeza, etc.: todo eso forma parte de esa catequesis que presupone el Autor en los lectores cuando escribe el libro (vid Introd al cap anterior) . Lo que era menos conocido entre los universitarios a los que se dirigía es que la Iglesia, siendo todo eso, es, fundamentalmente, la comunión corresponsable de todos los fieles: esto es lo que el Autor quiere «comunicar» ahora a partir de su propia experiencia espiritual y pastoral. Detrás de la redacción de estos puntos se hace patente la experiencia de la fraternidad cristiana –oración y sacrificio de unos por otros, «comunicación de bienes sobrenaturales» (p/547)– que se puso de manifiesto en las difíciles circunstancias de la guerra civil, que es cuando se escribe el cap.


544* Comunión de los Santos. —¿Cómo te lo diría? —¿Ves lo que son las transfusiones de sangre para el cuerpo? Pues así viene a ser la Comunión de los Santos para el alma.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco, de la serie Lh. El Autor entra en la «communio sanctorum», como dijimos, después de tratar en el cap anterior la «communio eucharistica». La única «communio» que formamos por la Eucaristía debe expresarse en la preocupación espiritual y material por los demás.
La octavilla está escrita posiblemente en Honduras. En una de esas cartas de tan pintoresco lenguaje, que el Autor escribía desde la Legación, se lee lo que sigue:
«Me está diciendo Josemaría que necesita hacer transfusiones de sangre: que procuréis estar muy sanos y fuertes, para que seáis donantes (creo que, en el «argot» médico, se dice así). Aunque no entiendo esa clase de comunicaciones vitales, para que no se me enfade mi hermano, os lo digo a la letra» .
La guerra civil, con las destrucciones y tensiones que sembraba por todas partes, avivó en Josemaría Escrivá de manera muy acusada el sentido de la comunión de los santos que vertebra a la Iglesia y que da origen ahora al tercer cap eclesiológico de C. Esto fue especialmente manifiesto en el encierro de Honduras, donde predicaba ya el primer día:
«Ut omnes unum sint... (Juan 17, 21). Que seamos todos una sola cosa. Lo pide Jesús a su Padre en la Ultima Cena. […] Se precisa, por tanto, unidad de inteligencia, unidad de voluntad y unidad de corazón. […] Tenemos obligación de rezar por todos esos hermanos nuestros y de mortificarnos, de fastidiarnos (oración de la carne, oración de los sentidos) por ellos, para que todos seamos uno en el corazón y en la inteligencia y en la voluntad. Uno en Cristo, conservando la propia personalidad» .


545* Vivid una particular Comunión de los Santos: y cada uno sentirá, a la hora de la lucha interior, lo mismo que a la hora del trabajo profesional, la alegría y la fuerza de no estar solo.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. Como antes dije, el tema adquiere una fuerza grande en el encierro de Honduras, donde predica:
«Por la Comunión de los Santos, nunca podemos sentirnos solos, pues constantemente nos llegan alientos espirituales de las cárceles, de las trincheras, de dondequiera se encuentre alguno de vuestros hermanos» .
Dentro de la gran «communio» que es la Iglesia el Autor sabe que hay muchas moradas: en la Iglesia peregrinante lo mismo que en la Iglesia que ya está en el Cielo («en casa de mi Padre hay muchas moradas», Jn 14, 2). En este punto invita al lector a vivir «una particular Comunión de los Santos». Cada uno la interpretará a su modo, en su contexto: la que llamamos precisamente Iglesia particular (o local), la parroquia, una comunidad religiosa, una asociación de fieles, etc. El Autor, cuando redacta este p/545, tiene ante sí el «pusillus grex» del Opus Dei –que entonces se está forjando y ahora es una Prelatura personal–, que desea estrechamente unido en el seno de la Iglesia. En efecto, en una de aquellas cuartillas a velógrafo que cada mes enviaba desde Burgos a los jóvenes que trataba apostólicamente, les decía (estaban en los frentes de guerra, no se olvide):
«Vivamos una particular comunión de los santos; y cada uno sentirá a la hora de la lucha interior, lo mismo que a la hora de la pelea con las armas, la alegría y la fuerza de no estar solo» .

Es interesante el cambio redaccional. Lo que en «Noticias» era «la pelea con las armas» pasa a ser en la «gaitica», que mira al futuro, «el trabajo profesional». La comunión, la realidad profunda de la Iglesia, no es para el Autor algo reservado para templos y conventos, sino para ser vivido y expresado en la vida civil y secular.

El tema de «Noticias» estaba muy vivo y se refleja en sus cartas de aquellos días. A un estudiante mallorquín le escribía:
«Unete, con tu oración, con tus sacrificios, con todo tu vivir, a nuestros trabajos. Es preciso que sintamos una particular comunión de los Santos, con todos los que componen nuestra familia sobrenatural» .
Para Galicia salían estas letras a un estudiante de Arquitectura:
«Necesito tu ayuda: que ni el más pequeño de tus malos ratos sea estéril: ofrécelo por la Obra. Que tu oración y tu vida toda –con una particular Comunión de los Santos– participe de la oración y del vivir de los nuestros» .

Y esta otra para Emiliano Amann:

«Yo cada día me acuerdo de ti, y te mando otras cartas... ¡Bendita Comunión de los Santos! En nuestro camino, hijo mío, entra vivir esa unión de familia sobrenatural, que hace que participemos unos de las oraciones, sacrificios y trabajos de los otros» .

Josemaría Escrivá –es ése el clima de estas cartas– consideraba a todos los que trataba apostólicamente, fueran o no del Opus Dei, como si lo fueran: en todos veía realizarse, por la fidelidad en el trabajo cristianamente asumido, la comunión con Cristo que es la Iglesia.


546* Hijo: ¡qué bien viviste la Comunión de los Santos, cuando me escribías: «ayer ‘sentí’ que pedía usted por mí»!


Original sobre una octavilla Bl. Leyendo la correspondencia pasiva del Autor de aquel año 38, encontré una carta, de la que es este párrafo:
«No crea que le olvido, hoy menos que nunca. Pasé un rato muy malo, pero debió acordarse a las 8 de mí, pues a esta hora recuperé fuerzas y haciendo de tripas corazón me levanté» .
Puede ser ésta la carta que esté detrás de este punto de C, que el Autor escribe sin ocultar su emoción y su ternura.

No se trata de un solo caso en la experiencia del Autor. En uno de los guiones de Vitoria-Vergara hay una adición interlineal, que dice:
«El sacerdote que nota, durante su Misa, que oran por él; el joven ingeniero que escribe: Padre, tal día, a tal hora, estaba Vd. pidiendo por mí» .
Esta anotación da muy claramente el texto de lo que será después el p/472 de Surco, que dice así:
«Comunión de los Santos: bien la experimentó aquel joven ingeniero cuando afirmaba: ‘Padre, tal día, a tal hora, estaba usted pidiendo por mí’. Esta es y será la primera ayuda fundamental que hemos de prestar a las almas: la oración».

El Fundador del Opus Dei se refiere aquí –en el punto de Surco– a Álvaro del Portillo. Así me lo aseguraba Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, que convivió tan intensamente con ambos, y lo narra detenidamente Bernal: la circunstancia es ya posterior a la guerra civil (durante los meses de 1939 que estuvo destinado en Olot) . Para narrar un suceso tan similar al del punto de C, pudo servirse el Autor ciertamente de la expresión de su guión de 1938; pero tampoco puede excluirse que esa expresión sea una adición posterior, que recoge directamente la vivencia de Álvaro del Portillo: Josemaría Escrivá utilizó otras veces estos guiones para predicar retiros espirituales al clero (precisamente en Vergara dio de nuevo EjEsp, para los diáconos que se iban a ordenar, del 24 de junio al 1 de julio de 1939).


547* Otro que sabe de esa «comunicación» de bienes sobrenaturales, me dice: «la carta me ha hecho mucho bien: ¡se conoce que viene impregnada de las oraciones de todos!... y yo necesito mucho que recen por mí.»


Original sobre una octavilla Jef. No he encontrado esa carta. En todo caso, la idea expresada refleja el «clima» que se vivía en torno a Josemaría Escrivá en aquellos meses duros y difíciles. Escribía a Jiménez Vargas:
«De todos, sin excepción, se reciben frecuentes noticias. Ricardo –muy contento– escribió hablando de una carta tuya, que le ha hecho –dice– mucho bien» .
Y lo mismo en las cartas de unos a otros:
«Estos días he tenido abundante correspondencia, me han escrito Enrique, Sotomayor, Manolo, Miguel F. y Juan. Este último una carta que me ha venido muy bien» .
«...aquello es necesario suplirlo en lo posible por cartas. Mariano nos decía precisamente hace un par de días que una red de cartas de cada uno a todos los demás de los nuestros ha de ser el medio, estando alejados, de hacernos vivir intensamente esta unión fraternal nuestra» .

En la base de toda esta comunicación se encontraba el empuje del propio Autor, que ni descansaba ni cejaba. Le escribía a Fernández Vallespín:
«Veintidós cartas he de escribir en este día, si quiero ponerme al corriente en la correspondencia»16b.
Y a Jiménez Vargas:
«Hace días que no sabemos nada de ti. Ya conoces al abuelo... ¡Un poquito de compasión, para él! Aunque no escribas, nosotros lo haremos con frecuencia. ¿Has recibido varias cartas nuestras? Te quiere y te abraza
Mariano»16c.


548* Si sientes la Comunión de los Santos —si la vives—, serás gustosamente hombre penitente. —Y entenderás que la penitencia es «gaudium, etsi laboriosum» —alegría, aunque trabajosa: y te sentirás «aliado» de todas las almas penitentes que han sido, son y serán.


Original sobre una octavilla Bl. La doctrina de siempre en el Autor: «la oración se avalora con el sacrificio» (p/81). La comunión se expresa en la oración de unos por otros y en la mortificación penitente. El punto procede casi con seguridad de esta nota de la predicación de Vitoria-Vergara:
«La mortificación es: gaudium etsi laboriosum; muestra de Amor y de gratitud; ayuda a la hora de la tentación... comunión de los santos con otros penitentes; saber que el Señor escucha más a las almas penitentes» .


«Gaudium, etsi laboriosum». La expresión pudo ser construida por el propio Escrivá a partir del Sacerdos del P. Petit, que manejó, como sabemos durante aquellos EjEsp. Se lee en el tomo III:
«Licet ex sua natura poenitentiae opus sit opus laboriosum, arduum, multas complectens corporis et animae molestias, jucunditate tamen non caret. Poenitenti poenitentia multa parit gaudia» .



549* Tendrás más facilidad para cumplir tu deber al pensar en la ayuda que te prestan tus hermanos y en la que dejas de prestarles, si no eres fiel.


Original sobre una octavilla Re. Mientras el Autor daba el empujón final a la redacción de C, escribió una Carta circular a todos los fieles del Opus Dei, de la que tomó varios párrafos para el libro que estaba terminando. Uno de ellos es éste:
«’Fruto jugoso del entregamiento’ es […] la facilidad que sentiréis, para el cumplimiento de vuestros reglamentos y normas, al pensar en la ayuda que os prestan vuestros hermanos y en la que dejáis de prestarles, si no sois fieles» .


550* «Ideo omnia sustineo propter electos» —todo lo sufro, por los escogidos, «ut et ipsi salutem consequantur» —para que ellos obtengan la salvación, «quae est in Christo Jesu» —que está en Cristo Jesús1.
—¡Buen modo de vivir la Comunión de los Santos!
—Pide al Señor que te dé ese espíritu de San Pablo.


Original sobre una octavilla de la serie Lh. Muy probablemente redactada en Honduras. Hay dos cartas escritas desde la Legación (19 y 30-IV-1937) que manifiestan cómo el Autor asumía este «espíritu de San Pablo» que recomienda. La redacción del punto de C debe ser simultánea a estas cartas. He aquí un párrafo de la segunda de ellas, con el habitual lenguaje figurado para esquivar la censura:
«Querría abrazaros a todos con toda mi alma, como un abuelo pegajoso que soy, para que los golpes, que pudierais recibir, los recibieran las duras espaldas de este escribidor. No es extraño que, teniendo yo tantas deudas personales, me haya permitido salir fiador por todos, en estos tiempos de economía quebrantada. Y espero que se cobrará: ¡con qué alegría, si acepta –que sí–, daré hasta el último centavo!» .

 

 

Cap 24 24 [Msb: 163]. Comunión de los Santos, p/544-550 [7 Msb] C || Cap nuevo
El libro no dice nada sobre ello de manera formal. Ya ha quedado implícito en el cap «La Iglesia», donde se presenta a la Iglesia como Madre. Vid allí, por ej, la alusión al Papa con ocasión de hablar de la romería «videre Petrum» (p/520).
544 Msb ||| sangre] sangre, Msb Txm || Pues] Pues, Msb Txm || Santos para] Santos, para Msb Txm
La escenificación es divertida: escribe el «abuelo», que es el Autor, pero éste a veces se desdobla y pone en boca de su hermano «Josemaría», que está un poco loco, cosas extrañas...
Carta de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei en Valencia, Madrid 14-IV-1937; EF 370414-1.
PredicHond, «La gloria de Dios», 6-IV-1937, pgs 22-23; I.
545 Msb
PredicHond, «La Comunión de los Santos», 8-IV-1937, pg 30; III.
«Noticias», Burgos, marzo 1938; AGP, sec A, leg 3, carp 3; la cursiva es mía. Vid P. CASCIARO, Soñad, 11ª ed, 1999, pg 155.
Carta de Josemaría Escrivá a Bartolomé Rotger, Burgos 5-III-1938; EF 380305-2. ―Bartolomé Rotger Castaño (1915-1980), nacido en Palma de Mallorca, estudiante de Arquitectura, conoció al Autor en 1935, al frecuentar la residencia DYA, de la calle de Ferraz. Durante la guerra mantuvo una frecuente relación epistolar, una vez llegado el Fundador del Opus Dei a Burgos. En enero de 1941, ingresó en los Jerónimos del Parral. A los pocos años, pasó a la Cartuja, siendo ordenado sacerdote en 1946. Fue Prior de la Cartuja de Miraflores de Burgos y, luego, de la de Tiana (Barcelona), donde falleció. Vid com/805.
Carta de Josemaría Escrivá a Alejandro de la Sota, Burgos 5-III-1938; EF 380305-1. ―Alejandro de la Sota Martínez, arquitecto, nació en Pontevedra en 1913 y murió en Madrid en 1996. Conoció al Autor de C en 1935, en la Residencia de Ferraz. Durante la guerra, se intercambiaron frecuente correspondencia, y en alguna ocasión se encontraron en Burgos; finalizada la contienda, mantuvo contacto con el Fundador del Opus Dei en Madrid.
Carta de Josemaría Escrivá a Emiliano Amann, Burgos 5-III-1938; EF 380306-1. El párrafo continúa así: «Por eso, peque, te digo que Jesús y yo te necesitamos: que ni un sólo pensamiento tuyo sea estéril: da a toda tu actividad, interior y exterior, aquella vibración que te enseñaba en Madrid. ¿Te acuerdas? Y de ese modo, ¡cuánto empujaremos la empresa, que tú conoces y amas, que el Señor puso, desde hace diez años, en nuestras manos pecadoras!».
546 Msb
Carta de Joaquín Vega de Seoane a Josemaría Escrivá, 16-III-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp C, exp 3.
EjEsp, Plática «Espíritu de oración», Vitoria 22-VIII-1938; guión nº 102.
Vid Salvador BERNAL, Recuerdo de Álvaro del Portillo, Prelado del Opus Dei, Rialp, 3ª ed, Madrid 1996, pgs 63-65.
547 Msb ||| Otro] Otro, Msb Txm
Carta de Josemaría Escrivá a Juan Jiménez Vargas, 24-II-1938; EF 380224-1.
Carta de Ricardo Fernández Vallespín a José María Albareda, 19-II-1938; AGP, sec N-2, leg 147, carp D, exp 1. Ésta es la carta por la que el Autor sabe lo que dice a Juan Jiménez Vargas en la carta citada en nota anterior.
El Autor de C.
Carta de Eduardo Alastrué a Vicente Rodríguez Casado, Burgos 30-XI-1938; AGP, sec N-2, leg 146, carp D, exp 2.
16b Carta de Josemaría Escrivá a Ricardo Fernández Vallespín, Burgos 6-IV-1938; EF 380406-1.
16c Carta de Josemaría Escrivá a Juan Jiménez Vargas, Burgos 30-III-1938; EF 380330-6.
548 Msb ||| trabajosa: y te Msb Txm C1-C5 C21 ss] trabajosa—, y te C6-C20 || todas las almas Msb add] todos los hombres Msb del
EjEsp, Plática «Espíritu de mortificación y penitencia», Vitoria 24-VIII-1938; guión nº 117. Interlineado a continuación de «gaudium etsi laboriosum», el Autor escribió: «plática del Obispo de Cuenca» (D. Cruz Laplana).
A. PETIT, Sacerdos rite institutus, III, 1938, pg 120.
549 Msb ||| facilidad] facilidad, Msb Txm || deber] deber, Msb Txm
Carta circular de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei, Burgos 9-I-1939; EF 390109-1.
550 Msb |||| 1 2 Tm 2, 10
Carta de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei en Valencia, 30-IV-1937; EF 370430-1.