Menú
Capítulos de Camino
Lucha interior

 

Lucha interior

Vid Introd al cap precedente. Este cap, como hemos dicho, es fruto del desdoblamiento del cap «Tribulaciones» de la edición de Cuenca: una parte del contenido –con numerosas adiciones– pasó al cap de C del mismo nombre, y la parte principal –con algunos añadidos– dio lugar al presente cap, que el Autor tituló «Lucha interior». En la redacción va siguiendo el orden de las consideraciones de Cuenca, intercalando en el momento oportuno los puntos nuevos. Hasta el p/712 los materiales son de Cuenca.
Ya no estamos, como en el cap «Tribulaciones», ante las dificultades de fuera. El ámbito temático de esta «Lucha interior» está claramente señalado en el punto primero: «No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz –íntima, insinuante– del hombre viejo» (p/707). Al final del cap, el Autor incluye la serie de puntos sobre la fe-confianza en Dios con la que ya acababa el tema en Cec: «Confía siempre en tu Dios. –Él no pierde batallas» (p/733).
«Lucha interior» consta de veintisiete puntos: dieciséis proceden del antiguo cap «Tribulaciones» de Cec, los otros once fueron añadidos en Burgos.


707* No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz —íntima, insinuante— del hombre viejo1.
Es «el cuerpo de muerte»2, que clama por sus fueros perdidos... Te basta la gracia: sé fiel y vencerás.


Estamos ante una concentrada meditación de textos paulinos (vid apcrít), que sitúa desde el principio el clima del combate interior del cristiano en el horizonte de San Pablo: «Anímate: él también luchaba», había escrito ya el Autor en el p/138. Sobre el tema «hombre viejo», vid p/262, 138 y 207 con sus com. La animosa exhortación final es una síntesis de 2 Co 12, 9 («Te basta mi gracia») y Ap 2, 10: («sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida»).

Este p/707 era el tercero del primitivo cap «Tribulaciones» y procede del Cuaderno VI, nº 879, fechado en 25-XI-1932 . El punto pasó a las cuartillas a velógrafo y después al texto impreso de Cuenca. El tenor literal es prácticamente idéntico al de C .

708* El mundo, el demonio y la carne son unos aventureros que, aprovechándose de la debilidad del salvaje que llevas dentro, quieren que, a cambio del pobre espejuelo de un placer —que nada vale—, les entregues el oro fino y las perlas y los brillantes y rubíes empapados en la sangre viva y redentora de tu Dios, que son el precio1 y el tesoro de tu eternidad.


Texto del Cuaderno VI, nº 904, 9-I-1933 . El tenor literal del texto es idéntico al de C . Es un punto que guarda una íntima relación con el anterior.
Mundo, demonio y carne son, en la catequética tradicional, «los enemigos del alma». Esta «trilogie malfaisante» (André Combes), bien discernida por San Agustín y San Bernardo , entra en la gran catequética del XVI. El Catecismo del Concilio de Trento (1566) habla de esos «enemigos» en relación con el sacramento de la Confirmación: en el que «se nos da el Espíritu y unas nuevas energías con las que podemos resistir y rechazar valientemente a la carne, al mundo y al demonio (carni, mundo, et Satanae), que son nuestros perpetuos enemigos» . La doctrina y la fórmula llega hasta nuestros días . Todo, en realidad, es una glosa y una catequesis sobre la doctrina de San Pablo.


El Autor supone conocida por el lector esta doctrina catequética. Por eso él no habla de los «enemigos del alma», sino de los «aventureros» dispuestos al asalto y del «salvaje que llevas dentro» –algo muy próximo al «cuerpo de muerte» del p/707–, que es al que hay que vencer para que los aventureros no tengan cómplices, como ya decía San Agustín: «No temáis a ningún enemigo exterior: véncete a ti mismo y el mundo está vencido: te vince et mundus est vinctus» .

La imagen que emplea el Autor no está tomada de la naturaleza, sino de la historia: los engañosos trueques entre los conquistadores españoles y los indígenas del Nuevo Mundo: oro por vidrio de color. A este propósito, Ibáñez Langlois ha señalado que la imagen manifiesta, con interna propiedad teológica, una esencial dimensión del pecado: el pecado como estafa .

El punto es una forma vivencial y gráfica de designar esa realidad que permanece «dentro» del hombre justificado en Cristo –personificada en el «salvaje»– y que el Concilio de Trento llama «concupiscencia» o fomes peccati, porque del pecado procede y al pecado incita . Trento dice que permanece en el hombre ad agonem, para el combate por seguir a Cristo. Hay que repetir aquí el «Te basta la gracia» del punto anterior.


709* ¿Oyes? —En otro estado, en otro lugar, en otro grado y oficio harías mucho mayor bien. —¡Para hacer lo que haces no hace falta talento!...
Pues yo te digo: donde te han puesto agradas a Dios..., y eso que venías pensando es claramente sugestión infernal.


Texto del Cuaderno VI, nº 1033, 7-VII-1933 , que circuló primero a velógrafo y luego en el texto impreso. El tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación. En el p/949 se lee: «no olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte». Léase este p/709 en íntima relación p/832 y p/837 y sus com con las referencias allí señaladas.


710* Te apuras y entristeces porque tus Comuniones son frías, llenas de aridez. —Cuando vas al Sacramento, dime: ¿te buscas a ti o buscas a Jesús? —Si te buscas a ti, motivo tienes para entristecerte... Pero si —como debes— buscas a Cristo, ¿quieres señal más segura que la Cruz para saber que le has encontrado?


Texto del Cuaderno VII, nº 1122, 20-I-1934, que pasó directamente al texto impreso de Cuenca . El tenor literal es idéntico al de C , con sólo variantes de puntuación. Léase Surco, 694, que refleja un avance en la experiencia del interlocutor de San Josemaría: «tus comuniones eran muy frías» (la cursiva es mía).


711* Otra caída... y ¡qué caída!... ¿Desesperarte?... No: humillarte y acudir, por María, tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. —Un «miserere» y ¡arriba ese corazón! —A comenzar de nuevo.


Texto del Cuaderno VI, nº 1063, fechado en 17-X-1933 . Pasó directamente al impreso de Cuenca.
«Otra caída y ¡qué caída!... ¿Desesperarte?... No: humillarte y acudir, por María tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. Un «miserere» y ¡arriba ese corazón! Nunc coepi! A comenzar de nuevo».
Este punto debe ponerse en estrecha relación con el p/404, redactado un par de meses después: ambos abordan, de un modo o de otro, el mismo tema y acaban con el mismo grito: «¡a comenzar de nuevo!».

Nótese –vid apcrít– que el Nunc coepi del Cuaderno no pasó al texto impreso . Es una expresión de la Vulgata que estaba frecuentemente en los labios del Autor para animarse y animar a otros a recomenzar, a reestrenar la vida nueva en Cristo, o, como también solía decir, a «hacer de hijo pródigo» .

Transcribo un apunte de Burgos sobre el Nunc coepi, escrito en las vísperas de Pentecostés de 1938:
«Esta noche me quedaré en los Carmelitas, en la vigilia organizada por la Juventud Católica. No sé. Espero mucho, para mi alma, de esa vela.
¡Oh, Jesús, Jesús! ¿Cuándo diré el nunc coepi definitivo?
Volvamos a la tierra: me he dado un buen tute de coser: creo que he echado yo en la sotana más puntadas que el sastre» .
Este p/711, junto con el p/914, son los dos únicos lugares de C en los que se alude expresamente al «Amor Misericordioso», devoción que –como se ha dicho en com/316– se extendía en aquellos años veinte y treinta en España, impulsada por el P. Arintero OP (1860-1928), y con la que el Autor de C conectó muy vivamente en su piedad personal. Vid también com/533, 754 y 813. En sus Cuadernos hay numerosas anotaciones sobre el tema, de las que copiamos estas dos:
«Acerca del Amor Misericordioso diré que es una devoción que me roba el alma» .
«¡Oh, Jesús! Si, siendo ¡como he sido! –pobre de mí–, has hecho lo que has hecho, si yo correspondiera, ¿qué harías? Da pasmo y congoja de Amor y Dolor, ver hasta dónde ha llegado conmigo tu Amor Misericordioso» .
Por otra parte esta experiencia espiritual guardaba en el Autor relación íntima con su camino de infancia espiritual.


712* ¡Muy honda es tu caída! —Comienza los cimientos desde ahí abajo. —Sé humilde. —«Cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies». —No despreciará Dios un corazón contrito y humillado.


Texto del Cuaderno VII, nº 1134, fechado en 11-II-1934 . El tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación. Pasó directamente al texto impreso.

El pensamiento y el consejo del Autor se mueven en el horizonte de la doctrina de San Pablo: «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rm 5, 20), señalando que en el medio se sitúa la humildad que lleva a la contrición. San Josemaría se servía del verso del salmo Miserere para hacer actos de contrición en su vida cotidiana.


713* Tú no vas contra Dios. —Tus caídas son de fragilidad. —Conforme: pero ¡son tan frecuentes esas fragilidades! —no sabes evitarlas— que, si no quieres que te tenga por malo, habré de tenerte por malo y por tonto.


Este punto y el siguiente proceden de las «gaiticas» de Burgos. Escritos ambos sobre octavillas Re, sin interrelación documental conocida y con temática sumamente próxima. En realidad dos maneras de transmitir el mismo mensaje.
Son ambos pasajes –y en cierto sentido el p/716– como «instantáneas» de sendas conversaciones con alguien que «no reacciona» y busca salidas «conformistas». El Autor –el sacerdote– le explica de manera gráfica y contundente cuál es la realidad... para que reaccione. Es un ejemplo clásico del discernimiento de un director espiritual, que sabe cuándo conviene animar o amonestar . En los p/713 y 714 está amonestando. El clima y el mensaje de todo el cap –que se llama así: «Lucha interior»– es animar a todos a tomarse con seriedad el seguimiento de Cristo. La debilidad personal no le preocupaba, si había «lucha» (vid p/724). Por eso, estas amonestaciones tienen en el contexto de C el marco que señala el p/483 (vid): «¡Ánimo! Tú... puedes». Y el «Forti animo esto» que se lee un poco más abajo en el p/715.
El mismo juego de palabras en p/370: «Si no eres malo, y lo pareces, eres tonto». Resonancia literaria de ambos puntos en Surco, 546.

714* Un querer sin querer es el tuyo, mientras no quites decididamente la ocasión. —No te quieras engañar diciéndome que eres débil. Eres... cobarde, que no es lo mismo.


Vid lo dicho para el punto anterior. La expresión «un querer sin querer» era antigua en la pluma y en la predicación del Autor, que en 6-XI-1932 escribía en su Cuaderno (nº 863):
«Domingo – 6-XI-932: Ayer de madrugada murió nuestro hermano Luis Gordon y Picardo. ¡Otro! Nuestra Señora se lo ha llevado también en sábado. […] La Cruz, la Santa Cruz pesa sobre la Obra de Dios. De una parte, mis pecados. De otra, dos que se van de la tierra , otro lejos , otro más lejos (aunque no materialmente), otros con enfermedades y tribulaciones..., y otros que tienen un «querer sin querer»... Fiat, adimpleatur, laudetur et in aeternum superexaltetur, iustissima atque amabilissima Voluntas Dei super omnia. Amen. Amen. O.c.P.a.I.p.M.» .


715* Esa trepidación de tu espíritu, la tentación, que te envuelve, es como una venda sobre los ojos de tu alma.
Estás a oscuras. —No te empeñes en andar solo, porque, solo, caerás. —Ve a tu Director —a tu superior— y él hará que oigas aquellas palabras de Rafael Arcángel a Tobías:
«Forti animo esto, in proximo est ut a Deo cureris» —Ten ánimo, que pronto te curará Dios1. —Sé obediente, y caerán las escamas, caerá la venda de tus ojos2, y Dios te llenará de gracia y de paz.


Texto procedente del impreso de Cuenca. Original en el Cuaderno VII, nº 1108, fechado en 7-I-1934 .
El tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación. En el Cuaderno, en primera redacción se leía «Esas trepidaciones», que fue corregido allí mismo.

716* ¡No sé vencerme!, me escribes con desaliento. —Y te contesto: Pero, ¿acaso has intentado poner los medios?


Texto escrito sobre una octavilla Bl. Escrito en Burgos. La carta a la que se alude no he podido encontrarla. La exhortación a «poner los medios» era habitual en el Autor, como se ve en la carta circular que dirigió, recién llegado a Burgos, a todos los fieles del Opus Dei. Les da instrucciones y consejos, invitándoles a hacer una seria labor de apostolado. Y concluye:
«No me digas que no puedes: dime, mejor, que no pones los medios» .


717* ¡Bienaventuradas malaventuras de la tierra! —Pobreza, lágrimas, odios, injusticia, deshonra... Todo lo podrás en Aquel que te confortará1.


Texto procedente de una anotación de los EjEsp que hizo en 1933 y que no pasó al velógrafo, sino al texto impreso:
«Bienaventuranzas ¡Bienaventuradas malaventuras de la tierra! Pobreza, lágrimas, odios, injusticia, deshonra... Todo lo podré en Aquel, que me confortará. Sin tu ayuda, no sé, Dios mío, ni levantar una paja del suelo» .
En la víspera de Navidad de ese año volverá a anotar en su Cuaderno:
«¡Bienaventuradas malaventuras de la tierra!» .


718* Sufres... y no querrías quejarte. —No importa que te quejes —es la reacción natural de la pobre carne nuestra—, mientras tu voluntad quiere en ti, ahora y siempre, lo que quiera Dios.


Texto copiado el 5-I-1934 en el Cuaderno VII, nº 1099 . Vid apcrít .

Se diría que la consideración se hace meditando la oración de Jesús en el Huerto y su diálogo con el Padre. El quejarse parece apoyado en el «Aparta de mi este cáliz» (Mc 14, 36) y encuentra su legitimidad en la identificación con la Voluntad de Dios. Interesante el interlineado que Josemaría Escrivá introdujo en su propia redacción en el Cuaderno para subrayar esa identificación.


719* Nunca te desesperes. Muerto y corrompido estaba Lázaro: «jam foetet, quatriduanus est enim» —hiede, porque hace cuatro días que está enterrado, dice Marta a Jesús1.
Si oyes la inspiración de Dios y la sigues —«Lazare, veni foras!» —¡Lázaro, sal afuera!2—, volverás a la Vida.


Original sobre una octavilla Bl con grafía gruesa. La redacción pudo venir sugerida por esta anotación:
«Domine, iam foetet, quatriduanus est enim. A pesar de todo es tiempo. Nonne dixi tibi quoniam, si credideris, videbis gloriam Dei? Con gran voz (voce magna clamavit): Lazare, veni foras!» .
El comentario de Ambrosio de Milán subraya también el hedor y la corrupción del pecado: «Si, llamado por Cristo, confesares, se derribarán los muros, se desatarán las cadenas, aunque sea muy fuerte el hedor de la corrupción corporal» .


720* ¡Que cuesta! —Ya lo sé. Pero, ¡adelante!: nadie será premiado —y ¡qué premio!— sino el que pelee con bravura1.


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Bl con grafía gruesa. El punto, como varios otros, parece construido en la etapa final de la redacción releyendo cartas de dirección espiritual escritas a los jóvenes universitarios repartidos por los frentes de guerra. Este punto en concreto está compuesto de dos frases que proceden de dos cartas distintas a la misma persona:
«¡Que cuesta! Ya lo sé. No hay quien no sepa hasta qué punto es duro sajar; cortar, luego; cauterizar, después» .

La segunda frase es de una carta escrita unos días antes:
«¡Desde esta fría meseta castellana, con todo el caluroso afecto de Padre, me tienes siempre junto a ti, haciendo compañía a tu Santo Angel Custodio... ¡Adelante!: nadie será premiado –y ¡qué premio!– sino el que pelee con bravura» .

El Autor trata de llevar a aquellos jóvenes, que están combatiendo una guerra terrena, el sentido y la meta de la pelea sobrenatural que San Pablo vivía e inculcaba a su discípulo Timoteo: «el atleta que compite no recibe la corona si no ha competido siguiendo las reglas del juego» (2 Tm 2, 5). Hay que combatir un buen combate (1 Tm 6, 12) –el buen combate de la fe (2 Tm 4, 7)–, apoyándonos en la potencia de Cristo (Col 1, 29), hasta alcanzar «la corona de justicia que en aquel Día me entregará el Señor, justo Juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su venida» (2 Tm 4, 8). San Agustín había recogido este «clima» del Nuevo Testamento cuando predicaba: «Mientras llega la paz, en la que no tendremos enemigo alguno, lo nuestro es pelear larga, fiel y valientemente, para merecer ser coronados por el Señor Dios» .


721* Si se tambalea tu edificio espiritual, si todo te parece estar en el aire..., apóyate en la confianza filial en Jesús y en María, piedra firme y segura sobre la que debiste edificar desde el principio1.


Texto procedente del Cuaderno VI, nº 822, fechado en 7-IX-1932 , que pasó a las cuartillas a velógrafo y después al texto impreso de Cuenca .
Nótese que en este punto el Autor se sitúa en actitud «filial» respecto a Jesús, en la línea de Juan 13, 33: «Hijitos míos, un poco aún estaré todavía con vosotros…».


722* La prueba esta vez es larga. —Quizá —y sin quizá— no la llevaste bien hasta aquí... porque aún buscabas consuelos humanos. —Y tu Padre-Dios los arrancó de cuajo para que no tengas más asidero que Él.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco y perteneciente a la serie Lh, escrita en la Legación de Honduras. No hay interrelación documental conocida.

La expresión «pobre hijo» –que luego suprime en la redacción definitiva (vid apcrít)– es exclusiva de los puntos redactados en Honduras.


723* ¿Que te da todo igual? —No quieras engañarte. Ahora mismo, si yo te preguntara por personas y por empresas, en las que por Dios metiste tu alma, habrías de contestarme, ¡briosamente!, con el interés de quien habla de cosa propia.
No te da todo igual: es que no eres incansable..., y necesitas más tiempo para ti: tiempo que será también para tus obras, porque, a última hora, tú eres el instrumento.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco y perteneciente a la serie Lh, escrita en la Legación de Honduras. No he encontrado interrelación documental. Pero el texto tiene un paralelo temático con el p/706, también escrito en la Legación.
«No quieras engañarte». El Autor parece usar un giro latino del tipo de «nolite cor apponere» (Sal 62 [61], 11), «nolite locum dare diabolo» (Ef 4, 27). El castellano directo hubiera sido: «no te engañes».


724* Me dices que tienes en tu pecho fuego y agua, frío y calor, pasioncillas y Dios...: una vela encendida a San Miguel, y otra al diablo.
Tranquilízate: mientras quieras luchar no hay dos velas encendidas en tu pecho, sino una, la del Arcángel.


Texto escrito sobre una octavilla Not, en diciembre de 1938, sin duda al releer el guión 119 y tropezarse con este apunte:
«Fuego y agua, frío y calor, pasioncillas y Dios: la clásica vela a San Miguel...» .
Comparando la redacción de este apunte del guión y la del texto de C, nos parece que el «me dices» de C es sencillamente la manera de introducir el estilo dialógico tan característico del libro. Quiero decir que, en este caso y en otros semejantes, posiblemente no hay detrás una concreta persona, sino la construcción en diálogo de la experiencia pastoral del Autor sobre la materia, comenzando por su autoexperiencia.

«Encender una vela a San Miguel y otra al diablo»: es un dicho español que significa «procurar contentar a personas, partidos, etc., opuestos entre sí y estar en buenas relaciones con ellos» . El Autor lo utiliza para indicar la falta de decisión en las cosas de Dios, el querer compaginar la virtud y el vicio41b.


725* El enemigo casi siempre procede así con las almas que le van a resistir: hipócritamente, suavemente: motivos... ¡espirituales!: no llamar la atención... —Y luego, cuando parece no haber remedio (lo hay), descaradamente..., por si logra una desesperación a lo Judas, sin arrepentimiento.


Texto escrito en letra gruesa sobre una octavilla Drv. En el dorso se lee, autógrafo: «Mira…». «Gaitica» redactada, probablemente partiendo de esta anotación:
«Tanquam leo rugiens... Hipócritamente, suavemente. Motivos... ¡espirituales! Prudencia...No llamar la atención... Luego, cuando parece no haber remedio –lo hay–, descarnadamente...» .
Era ésta una experiencia repetidas veces comprobada por San Josemaría. Así lo exponía en una meditación de Honduras:
«El error se rechaza enseguida cuando se nos presenta descaradamente, y al mal se le vence con facilidad cuando nos presenta sin velos su rostro repugnante; pero cuando el error viste ropajes de verdad, y el mal se disfraza con apariencias de bien, ¡con qué facilidad se insinúan en nosotros hasta arrastrarnos fuera de nuestro camino! ¡Cuántos descaminos por haber seguido el impulso del corazón, la indicación de la inteligencia, seducidos y engañados por el enemigo que adoptaba actitudes y proponía planes a primera vista inmejorables!» .

726* Al perder aquellos consuelos humanos te has quedado con una sensación de soledad, como pendiente de un hilillo sobre el vacío de negro abismo. —Y tu clamor, tus gritos de auxilio, parece que no los escucha nadie.
Bien merecido tienes ese desamparo. —Sé humilde, no te busques a ti, ni busques tu comodidad: ama la Cruz —soportarla es poco— y el Señor oirá tu oración. —Y se encalmarán tus sentidos. —Y tu corazón volverá a cerrarse. —Y tendrás paz.


Texto escrito sobre una octavilla Bl de la subserie Ber: escrita con pluma finísima. Por la temática conecta con las vivencias de Honduras, pero no parece que fuera escrita allí, sino en Burgos.
«Ama la Cruz, soportarla es poco». Ya había anotado en 1931, comentando el cuarto misterio doloroso:
«No te resignes con la Cruz. Resignación es palabra poco generosa. Quiere la Cruz. Cuando de verdad la quieras, tu Cruz será... una Cruz, sin Cruz» .
«Y tu corazón volverá a cerrarse»: vid el tema «siete cerrojos» en com/161 y 188.


727* En carne viva. —Así te encuentras. Todo te hace sufrir en las potencias y en los sentidos. Y todo te es tentación...
Sé humilde —insisto—: verás qué pronto te sacan de ese estado: y el dolor se trocará en gozo:1 y la tentación, en segura firmeza.
Pero, mientras, aviva tu fe; llénate de esperanza; y haz continuos actos de Amor, aunque pienses que son sólo de boca.


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco y perteneciente a la serie Lh, escrita en la Legación de Honduras. Es uno de los textos más autenticados de esta serie, pues su redacción original está incluida en la parte que se conserva del Cuaderno que escribía el Autor en la Legación. El pasaje es el nº 1388 de Apínt, que dice así:
«Viernes, 21-V-37: banquete . Carta de Lola Fisac . Queda recomendada a Angel Suyo.

En carne viva. Así te encuentras. Todo te hace sufrir, en las potencias y en los sentidos. Y todo te es tentación... –¡Pobre hijo! Sé humilde. Verás qué pronto te sacan de ese estado: y el dolor se trocará en gozo: y la tentación, en segura firmeza. Pero, mientras, aviva tu fe; llénate de esperanza; y haz continuos actos de Amor, aunque pienses que son sólo de boca. –R.Ch.V.» .

Ese mismo día escribió una larga carta a los de Madrid, de la que son éstos los párrafos iniciales y finales:
«Viernes-21-V-37.
Queridísimos peques: Para que no se me olvide, comienzo rogándoos que deis las gracias, por los pañuelos, a las hijas de Dª Teresa y D. Pedro . Que no las olvido. Siempre he de querer, como cosa propia, a esa familia. […] Envío unas líneas para Lola Fisac. ¡Cuánto agradezco el detalle de Daimiel! Estoy en carne viva: por eso, sin duda, me acuerdo de otros detalles... que son un contraste incomprensible» .

El punto de C, escrito a la vez que estas palabras tan cariñosas para hijos y amigos, trasluce algo de la «noche oscura» –profundo sufrimiento interior junto a una indecible unión con Dios– que embargaba su alma en aquel mes de mayo en el refugio de la Legación. Vid com/151 y leer sobre todo el apunte allí transcrito del Cuaderno de Honduras, nº 1380. He aquí otro texto de aquellos días:
«23-domingo-1937: Oración mía de esta noche pasada, ante el temor de no cumplir la Voluntad de Dios, y ante las preocupaciones que siento por mi salvación: ‘Señor, llévame: desde el otro mundo –desde el purgatorio–, podré hacer más por la Obra y por mis hijos e hijas: Tú promoverás otro instrumento más apto que yo –y más fiel–, para sacar adelante la Obra en la tierra’» .


728* Toda nuestra fortaleza es prestada.


Texto del Cuaderno VI, nº 822, fechado en 7-IX-1932 (y precedido del p/721). Ambos pasaron al velógrafo. El tenor literal del texto es idéntico al de C. A continuación de este texto San Josemaría estampó por primera vez en su Cuaderno:
«Monstra te esse Matrem!».

Esta circunstancia invita a pensar que el Autor veía esa fortaleza prestada –que es Dios mismo en nosotros: «quia tu es, Deus, fortitudo mea» (Sal 43 [42], 2)– a partir de la Maternidad de María, que es Madre de Dios y Madre nuestra: nuestra fortaleza son los brazos de Jesús y de María. Vid p/721, escrito ese mismo día y que precede a éste, y p/113. La expresión latina es el verso que abre la cuarta estrofa del himno Ave, maris stella, que la Iglesia canta en el oficio de Vísperas en las fiestas de la Santísima Virgen. Ese verso era una de las invocaciones marianas habituales en labios de Josemaría Escrivá. A partir de esa fecha la encontramos otras cinco veces en Apínt (nn. 823, 838, 1077 , 1585, 1636).


729* ¡Oh, Dios mío: cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de Ti!


Es un texto de abril de 1932. En las cuartillas a velógrafo y en el impreso el tenor literal del texto es idéntico. En cambio, en el Cuaderno V (nº 699, 15-IV-1932) la invocación es a Jesús y va precedida de este diálogo:
«Jesús: tu borrico cree en ti, te ama y espera. Hazme santo, mi Dios, aunque sea a palos . No quiero ser la rémora de tu Obra. Quiero corresponder, quiero ser generoso... Pero, ¿qué querer es el mío? A mi Madre y, especialmente en estos días, a mi Padre y Señor San José, les hago presente mi condición, mi miseria, mis naturales inclinaciones... que obstaculizan el camino que me lleva a Dios. ¡Oh, Jesús: cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de Ti» .
Pero el año anterior había ya escrito:
«Hoy, en mi oración, me confirmé en el propósito de hacerme santo. Sé que lo lograré: no porque esté seguro de mí, Jesús, sino porque... estoy seguro de Ti» .
El tema y la expresión se repiten, casi simultáneamente, en dos anotaciones posteriores:
«… todo yo me rebelo y me avergüenzo de sólo pensar en mi mala correspondencia pasada y en que puedo volver a la mala vida... pero ¡no volveré!, porque cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de El. Propósito: desconfianza de mí, confianza en El» .
«¡Fortaleza mía! Cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de El» .


730* Si no le dejas, Él no te dejará.


También de 1932, 14 de octubre. Cuaderno VI, nº 841. Ese mismo día transcribió seis futuros puntos de C . El tenor literal del texto es idéntico al del impreso. Pero siete días antes, en Segovia, durante los EjEsp que hizo en la casa de los Carmelitas descalzos, ya había anotado la idea:
«Día cuarto, viernes: El Reino de Jesucristo. ¡Esto es lo mío! Pero no quiero saber ninguna de las muchas razones que tiene, para reinar en mí. Me basta contemplar cómo me ama y cómo le quiero corresponder: sentir que, a pesar de todo, le amo actualmente, hasta verme precisado a decírselo a voces: y que, si yo no le dejo, El no me dejará...» .
Es inevitable poner este punto en relación con el p/999. No sólo por la resonancia literaria, sino ante todo por la interna y teológica relación que se da entre ambas afirmaciones. Esa común teología se hace patente en la transcrita anotación de Segovia. Escrivá contempla el amor que Dios le tiene y, a la vez, la dimensión desfalleciente de su propia libertad, y sabe que puede «dejar» al Señor. Pero el «amor actual» que tiene a Jesucristo hace que no le deje. Es la secuencia de los dos puntos: «Enamórate, y no ‘le’ dejarás» (p/999) – No le dejes y Él no te dejará (p/730).
Este breve aforismo es una síntesis penetrante, que San Josemaría ofrece al lector, de un pasaje del cap 11 del Decreto de Trento sobre la justificación. «Dios –dice el Concilio–, a los que una vez justificó por su gracia 'no los abandona, si antes no es por ellos abandonado'»60b. El Concilio está citando otro lugar no menos célebre de San Agustín, que merece ser transcrito completo:

«Dios, cuando por el Mediador entre Dios y los hombres, el Hombre Cristo Jesús (1 Tim 2, 5), sana espiritualmente algún enfermo o vivifica algún muerto –es decir, cuando justifica al impío– y lo lleva hasta la perfecta salud –es decir, hasta una vida y una justicia perfectas–, no abandona si no es abandonado (non deserit si non deseratur), para que se pueda vivir siempre en la piedad y en la justicia»60c.


731* Espéralo todo de Jesús: tú no tienes nada, no vales nada, no puedes nada. —Él obrará, si en Él te abandonas.


Texto del Cuaderno V, nº 756, fechado en 16-VI-1932. La redacción del Cuaderno es íntima y personal, característica del nivel b de los Apínt. Dice así:
«Todo lo espero de Jesús: yo no tengo nada, no valgo nada, no puedo nada. El obrará. Su borrico tiene –porque se lo han dado– el total, absoluto y completísimo abandono».
El propio Autor, más de treinta años después, hizo esta nueva «recepción» del punto de C:
«Hace ya bastantes años, con un convencimiento que se acrecentaba de día en día, escribí: espéralo todo de Jesús: tú no tienes nada, no vales nada, no puedes nada. El obrará, si en El te abandonas . Ha pasado el tiempo, y aquella convicción mía se ha hecho aún más robusta, más honda. He visto, en muchas vidas, que la esperanza en Dios enciende maravillosas hogueras de amor, con un fuego que mantiene palpitante el corazón, sin desánimos, sin decaimientos, aunque a lo largo del camino se sufra, y a veces se sufra de veras» .


732* ¡Oh, Jesús! —Descanso en Ti.


Texto del Cuaderno V, nº 649, fechado en 11-III-1932 . El tenor literal del texto es idéntico al de C.
En el Cuaderno VI, nº 884, 2-XII-1932, un apunte que refleja la estrechez económica en que vivían, termina con la jaculatoria:
«Dios mío: descanso en Ti».

El día anterior (o tal vez el mismo día) había escrito también esa jaculatoria en su ejemplar del Decenario al Espíritu Santo . Refleja su experiencia de la invitación del Señor: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11, 28).


733* Confía siempre en tu Dios. —Él no pierde batallas.


Texto del Cuaderno VI, nº 1027, fechado en 19-VI-1933 , con diferente redacción:
«Espéralo todo de Dios. El no pierde batallas».
Todo parece indicar que el Autor hace el cambio redaccional –al preparar el impreso de Cuenca–, con el solo objeto de no repetir el «espéralo todo» del p/731.

 

 

Cap 34 34 [Msb: 201]. Lucha interior, p/707-733 [16 de Cec + 11 de Msb] C || Cap nuevo [ex 18. Tribulaciones, cd/269-270.272.274-276’.279.281-288]
707 Apínt Cem32/136 Cec/63.3-Ceb/269 ||| turbes si al] turbes, si, al Cec Txm || sobrenatural] sobrenatural, Cec Txm || Te basta] te basta Cem |||| 1 Rm 6, 6 | 2 Rm 7, 24 | 3 2 Co 12, 9; cfr Ap 2, 10
Ese día copió también en el Cuaderno, precediendo al 707, los p/444 y 445.
En el Cuaderno en vez de «la gracia» decía primero «su gracia» y fue corregido.
708 Apínt Cem33/281 Cec/63.4-Ceb/270 |||| 1 1 P 1, 18-19; 1 Co 6, 20
Escrito a la vez que los futuros p/615 y 22.
En el Cuaderno decía primero «brillantes» y después intercaló el artículo: «los».
De agone christiano, 6 (PL 40, 294); BAC 121, 1955, pg 486.
In Canticum, sermo 1, 9 (PL 183, 788 D); BAC 491, 1987, pg 84s.
Catechismus Romanus, II, 1, 28; ed. P. RODRÍGUEZ, Città del Vaticano/Pamplona 1989, pg 173 lín 451-453. También en el comentario a la quinta petición del Padrenuestro «caro, mundus et satanas» al cristiano «undique oppugnant» (IV, 15, 4; ibidem, pg 624, lín 44).
Los célebres Catecismos de Astete (1576) y Ripalda (1591), en los que aprendieron la doctrina cristiana durante siglos los niños españoles, tienen sendas secciones sobre el tema (Catecismos de Astete y Ripalda, Luis RESINES (ed.), BAC 493, Madrid 1987) Astete: «Los enemigos del alma, de que hemos de huir, son tres: Mundo, Demonio y Carne» (pg 178); Ripalda: «Los enemigos del alma son tres: Mundo, demonio y carne» (pg 363).
San AGUSTÍN, Sermo 57, 9; BAC 441, 1983, pgs 139-140.
Cfr J. M. IBÁÑEZ LANGLOIS, Josemaría Escrivá como escritor, (2002), pg 36.
CONC DE TRENTO, sess V, Decr de peccato originali, DS 1515; Catechismus Romanus, II, 2, 43.
709 Apínt Cem33/329 Cec/64.2-Ceb/272 ||| haces] haces, Cec Txm || eso] eso, Cec Txm || pensando] pensando, Cec Txm
Futuros puntos de C transcritos ese día: 794, 400, 190, 840, 709, 684, 598, 926.
710 Apínt Cem33/329 Cec/64.4-Ceb/274 ||| a ti o] a ti, o Cec Txm || Pero] Pero, Cec Txm || Cruz] Cruz, Cec Txm
En ese día escribió también el p/933.
«motivo tienes para». Anterior redacción, tachada, en el Cuaderno: «haces bien en».
711 Apínt Cec/65.1-Ceb/275 ||| caída…] caída Apínt || María,] María Apínt || A comenzar] Nunc coepi! A comenzar Apínt
Futuros puntos de C transcritos ese día: 105, 711, 954ª.
Es, en cambio, el tema de sendos puntos de Surco y Forja: «’Nunc coepi!’ — ¡ahora comienzo!: es el grito del alma enamorada que, en cada instante, tanto si ha sido fiel como si le ha faltado generosidad, renueva su deseo de servir –¡de amar!– con lealtad enteriza a nuestro Dios» (Surco, 161). «Di despacio, con ánimo sincero: «nunc coepi!» — ¡ahora comienzo! —No te desanimes si, desgraciadamente, no ves en ti la mudanza, efecto de la diestra del Señor...: desde la bajeza tuya, puedes gritar: ¡ayúdame, Jesús mío, porque quiero cumplir tu Voluntad..., tu amabilísima Voluntad!» (Forja, 398).
Sal 77 (76), 11: «et dixi: Nunc coepi, haec mutatio dexterae Excelsi». La Vulgata sigue a la traducción de los LXX. De ambas depende Torres Amat. San Jerónimo y la Neovulgata hacen una lectura diferente, que ha inspirado las traducciones modernas: «et dixi: Hoc vulnus meum, mutatio dexterae Excelsi». La cuestión depende de que la palabra hebrea correspondiente sea leída como hâlal, «comenzar», o hâlâh, «debilitarse, sufrir» (Louis PIROT - Albert CLAMER, La Sainte Bible, Paris 1950, V, pg 421).
«El que hizo el cielo y la tierra es ese Padre entrañable que espera que volvamos a Él continuamente, cada uno como un nuevo y constante hijo pródigo» (Es Cristo que pasa, 91).
«Considera que Dios no pierde batallas. Si te alejas de Él por cualquier motivo, reacciona con la humildad de comenzar y recomenzar; de hacer de hijo pródigo todas las jornadas, incluso repetidamente en las veinticuatro horas del día» (Amigos de Dios, 214).
Cuaderno VIII dpdo, nº 1574, 4-VI-1938.
Cuaderno V, nº 510, 25-XII-1931. Era una devoción suya particular. Unas líneas más abajo escribe: «sé que Dios no quiere en la Obra –y acabo de decirlo– devociones o imágenes privativas […] En esto, como en todo, tengan autonomía los socios, sin detrimento de la unidad de formación».
Notas de EjEsp, Madrid 1935; Apínt, nº 1828.
712 Apínt Cec/65.2-Ceb/276 ||| humiliatum, Deus,] humiliatum Deus Cec |||| 1 Sal 51 (50), 19
Futuros puntos de C transcritos ese día: 712, 619, 945.
713 Msb ||| —no sabes evitarlas— que Msb add] que —no sabes evitarlas— Msb del
Un residente de Ferraz del curso 1935-36 rememora al cabo de los años el talante de Escrivá como director de almas: «Dirigió espiritualmente a los residentes con una inteligencia y un tacto poco comunes. Era muy claro: llamaba «al pan, pan y al vino, vino» en las pláticas frecuentes que nos dirigía, que nunca eran sermones, sino algo familiar, sin retórica ni barroquismo. Ameno y convincente. Gustaba oírle hablar. Siempre pisaba la tierra aun hablando de tejas para arriba» (José María García Segovia, Testimonio, 31-I-1976; AGP, sec A, leg 100-24, carp 3, exp 12). —José María García Segovia (1914-2001) natural de Jaén y sobrino de Josefa Segovia, cofundadora de la Institución Teresiana, estudió la carrera de Leyes y ejerció la judicatura. Fue Alcalde de Jaén. Conoció al Autor en 1935, por ser residente de DYA, en la calle de Ferraz, donde acudió aconsejado por Pedro Poveda (vid IntrodGen § 7, 3 b).
714 Msb ||| engañar] engañar, Msb Txm
El otro era don José María Somoano, sacerdote.
Isidoro Zorzano, que estaba destinado en Málaga.
Sobre esta sigla vid com/11. Sobre «Fiat, adimpleatur...» vid com/691.
715 Apínt Cec/66.3-Ceb/281 ||| cureris» —Ten] cureris»: ten Cec | cureris» —ten Txm |||| 1 Tb 5, 13 | 2 Tb 11, 13-17.
Futuros puntos de C transcritos ese día: 441, 954b 693, 287, 131, 288, 440, 715, 436.
716 Msb ||| Pero,] Pero, hijo: Msb
Carta circular de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei, Burgos 9-I-1938; EF 380109-1.
717 Apínt Cec/65.3-Ceb/276’ |||| 1 Flp 4, 13
Apínt, nº 1716, 25-VI-1933; la cursiva es del original.
Cuaderno VII, nº 1092, 24-XII-1933.
718 Apínt Cec/66.1-Ceb/279 ||| quiere C22 ss] quiera Apínt Cec Txm C1-C21 || en ti,] en ti Apínt
Futuros puntos de C transcritos ese día: 110, 718, 435, 983a, 386, 325, 65, 178, 174, 802, 173.
«en ti ahora y siempre», interlineado en el Cuaderno.
719 Msb ||| Si oyes] praec Lazare, veni foras! —¡Lázaro, sal afuera!— Msb del |||| 1 Jn 11, 39 | 2 Jn 11, 43
EjEsp, Meditación «Lázaro (Joann. XI, 1-53)», Vitoria 23-VIII-1938; guión nº 84.
AMBROSIO DE MILÁN, De poenitentia, lib II, VII, 58; Biblioteca de Patrística 21, Madrid 1993, pg 109s.
720 Msb ||| 1 Cfr 2 Tm 2, 5
Carta de Josemaría Escrivá, Burgos 2-V-1938; EF 380502-7.
Carta de Josemaría Escrivá, Burgos 27-IV-1938; EF 380427-1.
San AGUSTÍN, Sermón 87 A, 2; BAC 441, 1983, pg 417.
721 Apínt Cem32/174 Cec/66.4-Ceb/282 ||| te parece] parece Apínt |||| 1 cfr Mt 7, 24-27
Ese día escribió el p/728.
La fecha del punto tiene este tenor: «Vísperas de la Natividad de Nuestra Señora, 1932».
722 Msb ||| porque] seq , ¡pobre hijo!, Msb del || cuajo para] cuajo, para Msb Txm
723 Msb ||| que por Dios Msb add] que, por Dios, Msb del
724 Msb ||| y otra al diablo Msb add] y otra ...? Msb del | y otra al diablo? Msb add del || luchar] luchar, Msb Txm
EjEsp, Meditación «María de Magdala», Vitoria VIII-1938; guión nº 119.
MOLINER, II, pg 1364; voz «vela2»; remite también a «contemporizar» (vid com/54).
41b En Es Cristo que pasa, 59 será tajante: «Hay que decidirse. No es lícito vivir manteniendo encendidas esas dos velas que, según el dicho popular, todo hombre se procura: una a San Miguel y otra al diablo. Hay que apagar la vela del diablo».
725 Msb ||| así] así, Msb Txm
1 P 5, 8s: «Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario, el diablo, como un león rugiente (tanquam leo rugiens), ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe». Durante siglos ha sido ésta en la liturgia romana la «lectio brevis» en el Oficio de Completas.
EjEsp, Meditación «Dos banderas. Genio militar de San Ignacio», Vitoria 21-VIII-1938; guión nº 83.
PredicHond, «Confusionismo», 15-V-1937, pgs 74-75; X.
726 Msb ||| humanos] humanos, Msb Txm || quedado] quedado, Msb || sensación] praec suprema Msb || auxilio,] auxilio Msb
Santo Rosario, 4º misterio de dolor.
727 Msb ||| sufrir en] sufrir, en Msb Txm || tentación Msb add Txm add] sensación Msb del Txm del || Sé humilde —insisto—: verás] —¡Pobre hijo! Sé humilde. Verás Msb |||| 1 Jn 16, 20
Ese día pudo celebrar la Santa Misa.
Una de las primeras mujeres del Opus Dei, que vivía en Daimiel. Sobre las mujeres en el Opus Dei, vid Conversaciones, 99 y com/980.
R.Ch.V. = Regnare Christum volumus. Sobre esta sigla, vid com/11. —En Surco, 234, el Autor describe otra circunstancia de la vida espiritual en la que «tu dolor se convertirá en gozo».
Se refiere el Autor a la Institución Teresiana, fundada por San Pedro Poveda, a la que tenía un gran cariño (vid supra IntrodGen § 7, nt 20 y com/624 nt 11).
Desde allí la familia Fisac le había hecho llegar algunos alimentos.
Carta de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei en Madrid, Madrid 21-V-1937; EF 370521-2.
Cuaderno de Honduras, nº 1389.
728 Apínt Cem32/106 Cec/67.1-Ceb/283
Este día, 13-XI-1933, compone esta hermosa jaculatoria: «Madre mía: soy tuyo. ‘Monstra te esse Matrem!’» (Apínt, nº 1077).
729 Apínt Cem32/175 Cec/67.2-Ceb/284
La expresión «santo a palos» se diría inspirada en «El médico a palos», título de la traducción que hizo Leandro Fernández Moratín de la comedia de Molière «Le Médecin malgré lui». La expresión prolonga el tema del «borrico» (vid p/420, 606 y 998). —Pocos días después anota en el Cuaderno, nº 710: «28 de abril de 1932: Continúo rezando cada día, con las niñas de Sta. Isabel que preparo para la primera comunión, un avemaría –les digo– por el santo a palos. Veremos».
La cursiva es mía. Este texto del «santo a palos» es la matriz de Forja, 391.
Cuaderno IV, nº 313, 9-X-1931. Este texto será la base de Forja, 320.
EjEsp de 1933, nota del 21 de junio; Apínt, nº 1708.
Glosas marginales al Decenario 1932, pg 93; Patmos 35, pg 102; Logos 52, pg 151; la cursiva es del original.
730 Apínt Cem32/176 Cec/67.3-Ceb/285
Son: 753, 730, 676, 214, 397, 685.
EjEsp Segovia 1932, Apínt, nº 1644, 7-X-1932; la cursiva es del original.
60b Conc de TRENTO, sess VI, Decr de iustificatione, cap 11; DS 1537. Debo esta observación al Bibliotecario de la Facultad de Teología de Granada P. Gabriel Mª Verd, (Carta, Granada 6-IV-2003). El Autor de C debió meditar con detenimiento este cap del decreto de justificación, que está detrás, a la letra, también del p/182 (vid com). Este capítulo es el gozne de la exposición del Catecismo Romano sobre la fe y las obras de la fe. Vid Pedro Rodríguez, «El sentido de los sacramentos según el Catecismo Romano», en Scripta Theologica 9 (1977) 951-984.
60c San AGUSTÍN, De natura et gratia, cap 26, 29; BAC 50, 1971, pgs 753s.
731 Apínt Cem32/177 Cec/67.4-Ceb/286
Consideraciones espirituales, Cuenca 1934, pg 67.
Homilía «La Esperanza del cristiano», pronunciada el 8-VI-1968, sábado de Témporas de Pentecostés; Amigos de Dios, 205.
732 Apínt Cem32/212 Cec/67.5-Ceb/287 |||| 1 cfr Mt 11, 28
Futuros puntos de C transcritos ese día: 419, 732, 279, 221.
Está junto al «Obsequio para este día octavo: la confianza en Dios» (Glosas marginales al Decenario 1932, pg 104; Patmos 35, pg 114; Logos 52, pg 163). Sabemos lo de la fecha porque el día 2 de diciembre copió en la misma página de su Cuaderno un texto del Decenario de la pg 109 [Patmos 35, pg 119; Logos 52, pg 169s]. Iba leyendo, como se refleja en las transcripciones en el Cuaderno, de manera continuada.
733 Apínt Cem33/258 Cec/67.6-Ceb/288 ||| Confía siempre en tu Dios] Espéralo todo de Dios Cem
Futuros puntos de C transcritos ese día: 129, 733.