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Llamamiento

 

Llamamiento

El último cap de Cec («El Apostolado») fue objeto en Burgos de una cuidadosa reelaboración. Era tan extenso como el de «Infancia espiritual», pero no sólo la extensión (cincuenta y una consideraciones), sino el orden interno y la claridad temática pedían una nueva agrupación del material disponible (había treinta nuevos puntos de la redacción de Burgos). El resultado de ese trabajo –que pasó por distintas fases– son tres caps: el primero es éste, que al principio tituló «Llamada» y finalmente «Llamamiento» . Dedicó el segundo a la figura de «El Apóstol» y mantuvo el título original («El Apostolado») para un tercer cap, cuyo contenido es, sin embargo, en su casi totalidad, procedente de Burgos.

Pero el Autor no tuvo claro desde el primer momento el orden de los tres bloques. Se le ve dudar. En cada una de las tres carpetas se pueden observar los números de orden (28, 29 y 30) tachados y vueltos a escribir, con lo que se hace evidente la diversa secuencia que tuvieron, según los momentos redaccionales, los tres caps en que se diversificó el originario y que, en sustancia, es la siguiente. En un primer momento, mantuvo la unidad del cap, como en Cec. La siguiente fase fue dividir el cap en dos: el primero, que se llamaría «Formación» , agruparía los actuales «El Apóstol» y «El Apostolado» y sería el 28; el otro, «Llamamiento» de título, sería el 29. Finalmente, se llega a la actual estructura en tres caps, siendo el primero «Llamamiento» .

Las tres «carpetillas» que contienen los materiales testifican también el intenso laboreo de que hablamos. En las portadas los títulos están escritos a mano y rectificados, los puntos asignados a una, trasladados después a otra, hasta dar con el «ordo» definitivo. Tenemos base para pensar que el Autor se plantea esta redistribución cuando está escribiendo a máquina el manuscrito del libro (Txm). Todo lo cual significaría que abordó la última redistribución de la materia durante el proceso mismo de mecanografiar los textos, una vez ordenados. El material del antiguo cap único («El Apostolado») pasa en su casi totalidad (excepto tres consideraciones) a los dos primeros caps. En éste, «Llamamiento», se agrupan 17 textos de Cuenca y diez nuevos de Burgos. El Autor los ha reunido desde el concepto que utiliza para el título: se trata, no de la vocación en general, sino de la «llamada» de Dios para ser «apóstol»: llamada personal, que invita y compromete a la entrega total en esta o aquella «concreta» empresa apostólica .
El Autor, por tanto, no habla aquí, primariamente, de la vocación a la santidad, sino de la vocación al apostolado: la santidad viene aquí exigida por la totalidad de entrega que se requiere para la acción apostólica. De ahí que la llamada de Dios –a ese hombre, a esa mujer concretos– sea, en el clima de este cap, llamada para ser «apóstol». Por el origen histórico de los puntos –vid infra com a cada uno– se advierte cómo el Autor tiene en la mente el Opus Dei y la experiencia apostólica de sus conversaciones con jóvenes a los que hablaba de la Obra de Dios. En ellas les planteaba la llamada a una plena dedicación a este apostolado, con sus características de santificación en el trabajo profesional y en la acción apostólica consecuente, entendida al modo de los «primeros cristianos» (p/925; vid com/971). Todo el cap transpira una fe y entusiasmo grande ante la inmensa tarea encomendada, «como un mar sin orillas» .


902* ¿Por qué no te entregas a Dios de una vez..., de verdad... ¡ahora!?


El texto de este primer punto es, en la edición de Cuenca, el primero del cap «El Apostolado» y procede del Cuaderno VI, nº 860, fechado en 3-XI-1932. Fue transcrito junto a otros cuatro futuros puntos de C . El tenor literal del texto es idéntico al de C en ambos casos.

903* Si ves claramente tu camino, síguelo. —¿Cómo no desechas la cobardía que te detiene?


Punto procedente del Cuaderno VII, nº 1141, texto fechado en 24-II-1934.


904* «Id, predicad el Evangelio... Yo estaré con vosotros...»1 —Esto ha dicho Jesús... y te lo ha dicho a ti.


Punto procedente de las notas tomadas en los EjEsp de Segovia 1932: Apínt, nº 1674, 11-X-1932 . El original dice así:
«Ite praedicate Evangelium... Et ecce ego vobiscum sum... Esto ha dicho Jesús, y lo ha dicho a cada uno de nosotros... a mí».
El Autor sintetiza de memoria el mandato misionero en Mateo y Marcos, e introduce la palabra «Ite» –«Id», en C–, con la que resume el «euntes in mundum universum» de San Marcos.
Escribe este punto en su cuartilla a modo de conclusión de la lectura de un libro –«el libro que empleo en este retiro»–, del que copia párrafos en sus notas y con el que muestra una gran compenetración espiritual, especialmente con un cap titulado –según nos dice– «La vida de Jesucristo resucitado es modelo de la vida apostólica». No he podido identificar el libro (vid com/182). Pienso que no era de la biblioteca del Convento, donde hacía el retiro , sino que lo había llevado consigo desde Madrid.


905* El fervor patriótico —laudable— lleva a muchos hombres a hacer de su vida un «servicio», una «milicia». —No me olvides que Cristo tiene también «milicias» y gente escogida a su «servicio».


Texto escrito sobre una octavilla Re, sin interrelación documental conocida. Claramente tiene un contexto de época: el «clima» de la guerra civil española y la terminología en boga, que el Autor entrecomilla, y aprovecha para plantear el sentido neotestamentario de esos términos y a Cristo como centro y referencia de toda verdadera entrega.


906* «Et regni ejus non erit finis». —¡Su Reino no tendrá fin!1
¿No te da alegría trabajar por un reinado así?


Original escrito sobre una octavilla Not en torno a Navidad de 1938. «Gaitica» redactada, como tantas de esta época, a partir de los guiones de predicación:
«Cualidades de este Rey, Cristo: [...] eternidad con perpetua firmeza en su imperio celestial, sin que jamás se haya de acabar: et regnum eius non erit finis […] Cristo, Rey eterno, y su reino no tendrá fin. Gozo, agradecimiento» .
Nótese que el error en la frase latina («regnum» en vez de «regni») –que era un interlineado del Autor– ya estaba en el apunte del guión .


907* «Nesciebatis quia in his quae Patris mei sunt oportet me esse?» —¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?
Respuesta de Jesús adolescente. Y respuesta a una madre como su Madre, que hace tres días que va en su busca, creyéndole perdido. —Respuesta que tiene por complemento aquellas palabras de Cristo, que transcribe San Mateo: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí».


Octavilla Drv, cuyo dorso es una media carta dirigida a Eugenio Vallarino, un estudiante de Ingeniería de Caminos, y escrita con letra de Álvaro del Portillo. La otra media cuartilla, con la otra media carta, es el soporte del p/296 y allí consta la fecha y por tanto el límite redaccional de ambos puntos: 4-I-1939. En la predicación de Honduras había tratado el tema:

«¿Cuál es el proceder de Jesús con sus padres? Narra el Evangelio que al verle se admiraron: ‘et videntes admirati sunt. Et dixit mater eius ad illum: Fili, quid fecisti nobis sic? Ecce pater tuus et ego dolentes quærebamus te’ (Lc 2, 48); y le preguntó su Madre: Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo te buscábamos angustiados. Jesús responde: ‘Quid est quod me quærebatis? Nesciebatis quia in his quæ Patris mei sunt, oportet me esse?’ (Lc 2, 49). ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre? ¿Será esto despego? No: es, sencillamente, colocar a la familia en el plano que le corresponde» .

La radicalidad del Evangelio no puede ser obviada, pero el Autor la vivió, y la enseñó a vivir, a la vez que exaltaba los valores del matrimonio y de la familia y la veneración de los hijos a sus padres. El Domingo de Ramos de 1971 predicaba en Roma:
«Verdaderamente es infinita la ternura de Nuestro Señor. Mirad con qué delicadeza trata a sus hijos. Ha hecho del matrimonio un vínculo santo, imagen de la unión de Cristo con su Iglesia (cfr Eph V, 32) un gran sacramento en el que se funda la familia cristiana, que ha de ser, con la gracia de Dios, un ambiente de paz y de concordia, escuela de santidad. Los padres son cooperadores de Dios. De ahí arranca el amable deber de veneración, que corresponde a los hijos. Con razón, el cuarto mandamiento puede llamarse –lo escribí hace tantos años – dulcísimo precepto del decálogo. Si se vive el matrimonio como Dios quiere, santamente, el hogar será un rincón de paz, luminoso y alegre» .
Vid el comentario del Autor al quinto misterio gozoso en su Santo Rosario.


908* Es demasiada simplicidad la tuya cuando juzgas el valor de las empresas de apostolado por lo que de ellas se ve. —Con ese criterio habrías de preferir un quintal de carbón a un puñado de diamantes.


Otro texto escrito en Burgos sobre ficha Drv: otra media cuartilla, en cuyo dorso se leen palabras a máquina que indican que era un comienzo de carta dirigida al Abad de Silos. No consta fecha. Letra de rasgos fuertes y tinta negra. No hay interrelación documental conocida.

909* Ahora, que te entregaste, pídele una vida nueva, un «resello»: para dar firmeza a la autenticidad de tu misión de hombre de Dios.


Texto escrito sobre una octavilla Bl. La «gaitica» procede, con toda probabilidad, de una de las escasas anotaciones que el Autor hizo en su Cuaderno en la época de Burgos: Cuaderno VIII dpdo, nº 1587:
«Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, 14-IX-38. Pedí al Señor, con todas las veras de mi alma, que me dé su gracia para exaltar la Cruz Santa en mis potencias y en mis sentidos... ¡Una vida nueva! Un resello: para dar firmeza a la autenticidad de mi embajada... ¡Josemaría, en la Cruz! –Veremos, veremos. –R.Ch.V.» .
Es interesante notar cómo San Josemaría veía ese «resello» en relación con la Cruz ya desde muchos años antes. En com/442 se ha citado un texto de 14 de noviembre de 1931 del que son estas líneas:
«[…] Y yo, ciego: sin ver, hasta ahora, la predilección del Rey, que, en mi vida entera, reselló mi carne y mi espíritu con el sello real de la Santa Cruz» .


910* Eso —tu ideal, tu vocación— es... una locura. —Y los otros —tus amigos, tus hermanos— unos locos...
¿No has oído este grito alguna vez muy dentro de ti? —Contesta, con decisión, que agradeces a Dios el honor de pertenecer al «manicomio».


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 969, texto fechado en 25-III-1933 . El tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación y las últimas palabras, que son: «el honor de pertenecer a ese manicomio».
En un coloquio en España, 25-XI-1972, preguntaron a Mons. Escrivá sobre este punto: «¿Por qué dice en Camino que la vocación es una locura?». Respondió:
«¿Y te parece que no es una locura? A mí me han llamado loco tantas veces y tenían razón; y los que, alguna vez, me lo siguen llamando, tienen razón. Yo estoy locamente enamorado de mi locura, y tengo razón» .
Sobre el tema «manicomio» vid com/916 y 808 .

911* Me escribes: «el deseo tan grande que todos tenemos de que ‘esto’ marche y se dilate parece que se va a convertir en impaciencia. ¿Cuándo salta, cuándo rompe..., cuándo veremos nuestro al mundo?»
Y añades: «el deseo no será inútil si lo desfogamos en ‘coaccionar’, en importunar al Señor: entonces tendremos un tiempo formidablemente ganado».


Vid com/825, donde se explica también la génesis de este p/911 y del p/968. Se trata de una carta en la que el remitente resume el encuentro que el domingo día 4-XII-1938 habían tenido con el Autor, en el Hotel Sabadell, Álvaro del Portillo y Eduardo Alastrué, que estaban en la Academia de Ingenieros de Fuentes Blancas. He aquí el trozo que nos interesa:
«El deseo tan grande que todos tenemos de que esto marche, se dilate, parece que se va a convertir en impaciencia. Pero, ¿cuándo salta esto, cuándo rompe, cuándo veremos nuestra a la gente? De algo así hablábamos ayer en el Sabadell... [...] Pero, claro, el deseo no será inútil: y si lo desfogamos en coaccionar, en importunar a D. Manuel: entonces tendremos un tiempo formidablemente ganado» .


912* Me explico el sufrimiento tuyo cuando en medio de tu forzosa inactividad consideras la tarea que falta por hacer. —No te cabe el corazón en el planeta, y tiene que amoldarse... a una labor oficial minúscula.
Pero, ¿para cuándo dejamos el «fiat»?...


Texto escrito también sobre una octavilla Bl. Una carta de Juan Jiménez Vargas da origen, de alguna manera, a dos textos de este cap: los p/912 y 928, que están concatenados. Copio el párrafo que está en el trasfondo de este p/912:
«Al considerar esta tarea en la forzosa inactividad que imponen las circunstancias me explico todo el sufrimiento de Mariano . No le cabe el corazón en el planeta y tiene que amoldarse... a Burgos. Pero ¿para cuando dejamos el Fiat?
¿Vamos –a estas alturas– a estropearlo todo buscando consuelitos humanos? (continuará) En este momento se va el cartero. Abrazos» .

Jiménez Vargas, que en su Relato alude al p/928 en relación con esta carta , nada dice respecto al p/912. El Autor, como se ve, da la vuelta a las expresiones de la carta y redacta el punto pensando en tantos que estaban en la misma situación.
«El Fiat». Es, radicalmente, el «fiat mihi...» de Nuestra Señora en la Anunciación (Lc 1, 38) y el «non mea voluntas sed tua fiat» de Jesús en el Huerto (Lc 22, 42). Pero Jiménez Vargas –casi con toda seguridad– está nombrando la oración que el Autor transcribe en el p/691, que era emblemática en la enseñanza de San Josemaría. Vid allí el fundamento de lo que ahora decimos.


913* No lo dudes: tu vocación es la gracia mayor que el Señor ha podido hacerte. —Agradécesela.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 953, fechado en 19-III-1933, con tenor literal idéntico al de C. Ese día transcribió cinco textos , que pasaron a las cuartillas a velógrafo y después a C.
El punto procede, como vemos, de los Apínt; es decir, cuando lo escribe en el Cuaderno, San Josemaría está pensando en el llamamiento al Opus Dei, que entiende como gracia que desarrolla y configura la existencia cristiana en el mundo acuñada en el Bautismo. No tiene que modificar una letra para dirigir ese pensamiento a todos los lectores: cada existencia cristiana es un llamamiento bautismal de Dios que espera ser «reconocido» y «correspondido» en su Amor.


914* ¡Qué pena dan esas muchedumbres —altas y bajas y de en medio— sin ideal! —Causan la impresión de que no saben que tienen alma: son... manada, rebaño..., piara.
Jesús: nosotros, con la ayuda de tu Amor Misericordioso, convertiremos la manada en mesnada, el rebaño en ejército..., y de la piara extraeremos, purificados, a quienes ya no quieran ser inmundos.


Texto procedente del Cuaderno IV, nº 323, fechado en 12-X-1931 y precedido del futuro p/938a. Dice así:

«Me da pena ver esas muchedumbres –altas y bajas y de en medio– sin ideal: dan la impresión de que no saben que tienen alma: son... manada, rebaño... piara. Jesús: nosotros, con la ayuda de tu Amor Misericordioso, convertiremos la manada en mesnada, el rebaño en ejército..., y de la piara extraeremos, purificados, a quienes ya no quieran ser inmundos».
Como en tantos otros puntos, la mirada del Autor a la realidad social en la que vive es una prolongación de su meditación del Evangelio. Le preocupa «la muchedumbre». Ya había dicho en p/32: «No puedes vivir de espaldas a la muchedumbre: es menester que tengas ansias de hacerla feliz». Aquí el Autor ve a la sociedad plegándose ante la presión de modas e ideologías, masificándose, degradándose; y emplea términos fuertes: manada, rebaño, piara. Y surge el «Misereor super turbam» (Mc 8, 2), al que sigue la oración a Jesús y el autoofrecimiento de unos «instrumentos desproporcionados» (vid p/475) para colaborar con Él en una «nueva evangelización».

En ningún momento pensaba el Autor de C que ese grupo de discípulos –el «nosotros» del texto– son mejores que la muchedumbre. Solía decir que somos de la misma «mala pasta» que los demás y si el Señor nos soltase de la mano caeríamos más hondo todavía. San Josemaría se sitúa siempre en el panorama evangélico de la misión: Jesús, y a su lado, «los discípulos» y delante, «la muchedumbre». «Dadles vosotros de comer» (Mt 14, 16)... El Autor hizo en Forja, 901 una relectura explícita de este punto de C:
«Ningún hijo de la Iglesia Santa puede vivir tranquilo, sin experimentar inquietud ante las masas despersonalizadas: rebaño, manada, piara, escribí en alguna ocasión. ¡Cuántas pasiones nobles hay, en su aparente indiferencia! ¡Cuántas posibilidades!
Es necesario servir a todos, imponer las manos a cada uno —“singulis manus imponens” [Lc 4, 40.], como hacía Jesús—, para tornarlos a la vida, para iluminar sus inteligencias y robustecer sus voluntades, ¡para que sean útiles!».
«Amor Misericordioso». Vid com/316, 533, 711 y 813.


915* Las obras de Dios no son palanca, ni peldaño.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 819, texto fechado en 2-IX-1932 (y precedido del p/424).

«La Obra de Dios –sépanlo los de tercer grado– no es palanca, ni peldaño» .
Interesante notar que en las hojas a velógrafo mantuvo la alusión institucional al Opus Dei (vid apcrít). Lo mismo vale para el punto siguiente. Es una señal clara de que esta primera «publicidad» de sus textos personales era todavía para círculos en muy inmediata relación con su acción apostólica.


916* Señor, haznos locos, con esa locura pegadiza que atraiga a muchos a tu apostolado.


Punto procedente del Cuaderno IV, nº 410-411, texto fechado en 23-XI-1931. No es una sentencia trasladada a su Cuaderno, sino un trozo de vida y de oración:
«Ayer, domingo, cuando salí del hospital, me esperaban Adolfo e Isidoro. Me alegró la sorpresa. Como puede decirse que no tengo casa, nos fuimos al Sotanillo . Había mucha gente y el dueño del establecimiento nos hizo pasar a su comedor. Allí charlamos mucho de la Obra de Dios y de cosas espirituales.

Entre otros temas, les hablé de Jesús chiflado, loco por nosotros. Sobre todo en nuestras cartas, hablamos del manicomio, de los locos, refiriéndonos a la Obra y a nosotros . Por eso, quise hacerles ver que el más grande loco que ha habido y habrá es El. ¿Cabe mayor locura que entregarse como El se entrega, y a quienes se entrega? Porque locura hubiera sido quedarse hecho un Niño indefenso; pero, entonces, aun muchos malvados se enternecerían, sin atreverse a maltratarle. Le pareció poco: quiso anonadarse más y darse más. Y se hizo comida, se hizo Pan. ¡Divino Loco! ¿Cómo te tratan los hombres?... ¿Yo mismo?... Jesús, tu locura me roba el corazón. Estás inerme y pequeño, Niño-Dios, para engrandecer a los que te comen . Haznos locos, con esa locura pegadiza que atraiga a muchos a tu Apostolado en la Obra de Dios» .
Vid com/808 y 910 . El texto de este p/916 ha suscitado el interés de los lingüistas .


917* «Nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via?» —¿Acaso nuestro corazón no ardía en nosotros cuando nos hablaba en el camino?1
Estas palabras de los discípulos de Emaús debían salir espontáneas, si eres apóstol, de labios de tus compañeros de profesión, después de encontrarte a ti en el camino de su vida.


Octavilla Bl. Tema constante en la predicación de Josemaría Escrivá. Ya en su Cuaderno de 1932 se expresaba así:
«El Santo Evangelio de la feria II después de la Pascua ¡cuánta aplicación tiene también al especial modo de ser de la Obra de Dios! Jesús habla con Cleofás y su compañero, desentraña la verdadera doctrina haciéndoles comprender la necesidad de su pasión... ‘Nonne haec oportuit pati Christum et ita intrare in gloriam suam?’ (Luc. 24). Y se gana a aquellos hombres, que procuran retenerle: ‘Mane nobiscum, quoniam advesperascit, et inclinata est iam dies’. ‘Et intravit cum illis’. Y se da a conocer en la fracción del Pan. –¡Qué hermoso camino nos muestra el Señor! Eso nos pide y también que quienes nos vean y nos oigan puedan decir aquel comentario ¡tan gráfico! de los discípulos de Emaús: ‘Nonne cor nostrum ardens erat in nobis dum loqueretur in via?...’» .

Y en un documento de 1934 está ya la falsilla de este punto de C:
«Porque sólo así vibraréis con la vibración que el espíritu de la Obra exige, haciendo que se repita muchas veces, por quienes os tratan en el ejercicio de vuestras profesiones y en vuestra actuación social, aquel comentario de Cleofás y de su compañero de Emaús: nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via?; ¿acaso nuestro corazón no ardía en nosotros, cuando nos hablaba en el camino? (Luc XXIV, 32).
En el camino de vuestra vida, ¡cuántos corazones de compañeros vuestros podéis hacer arder!» .


918* Ve al apostolado a darlo todo, y no a buscar nada terreno.


Punto procedente del Cuaderno IV, nº 361, texto fechado en 29-X-1931.
«Los que vengan a la Obra de Dios deben venir a darlo todo, y no a recibir, a buscar nada terreno».
Es otra forma de decir lo que ya dijo en el p/915. Vid más arriba nt 27.


919* Al quererte apóstol, te ha recordado el Señor, para que nunca lo olvides, que eres «hijo de Dios».


Punto procedente del Cuaderno VII, nº 1088 .
«Día 19 de diciembre de 1933: Al traerte a su Obra, te ha recordado el Señor, para que nunca lo olvides, que eres “hijo de Dios”».

Como se ve, el Autor pone en el núcleo de la vocación al Opus Dei –del «llamamiento»– el efecto propio del bautismo: la filiación divina, «recordada» por el Señor en el hecho mismo de la llamada. Al redactar C, el Autor explica cómo toda forma de «llamamiento» implica siempre una renovación de nuestra condición bautismal de hijos de Dios.


920* Cada uno de vosotros ha de procurar ser un apóstol de apóstoles.


Punto procedente del Cuaderno V, nº 519, texto fechado en 28-XII-1931 .
«Cada socio será un apóstol de apóstoles».
Sobre la expresión «apóstol de apóstoles», paralela a la de «instrumento para buscar instrumentos», vid com/811; también 791 y 803.


921* Tú eres sal, alma de apóstol. —«Bonum est sal» —la sal es buena, se lee en el Santo Evangelio, «si autem sal evanuerit»1 —pero si la sal se desvirtúa..., nada vale, ni para la tierra, ni para el estiércol; se arroja fuera como inútil.
Tú eres sal, alma de apóstol. —Pero, si te desvirtúas...


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Re. Redactado probablemente con ocasión de repasar los guiones de Vergara, donde se encuentra este apunte:
«–Bonum est sal (¡pobre sacerdote, si evanuerit!) –Qui habet aures audiendi audiat!» .
Una nueva consideración del texto bíblico en Surco, 342.


922* Hijo mío: si amas tu apostolado, está seguro de que amas a Dios.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 941, texto fechado en 9-III-1933 . Su tenor literal es el siguiente, que el Autor mantuvo en las hojas a velógrafo:
«Hijo mío: si amas la Obra, es señal cierta de que amas a Dios».

923* El día que «sientas» bien tu apostolado, ese apostolado será para ti una coraza donde se embotarán todas las asechanzas de tus enemigos de la tierra y del infierno.


Punto procedente del Cuaderno VII, nº 1114, texto fechado en 19-I-1934 . El tenor literal es idéntico al de C, con sólo variantes de puntuación.
«Tus enemigos de la tierra y del infierno». Una forma de designar a los tradicionales «enemigos del alma»: mundo, demonio y carne. Vid p/434, 708 (com) y 924.


924* Pide siempre tu perseverancia y la de tus compañeros de apostolado, porque nuestro adversario, el demonio, de sobra conoce que sois sus grandes enemigos..., y una caída en vuestras filas ¡cuánto le satisface!


Punto procedente del Cuaderno VII, nº 1117, fechado, como el anterior, en 19-I-1934. Nótese (vid apcrít) que el Autor no modificó la expresión «nuestro adversario».


925* Como los religiosos observantes tienen afán por saber de qué manera vivían los primeros de su orden o congregación, para acomodarse ellos a aquella conducta, así tú —caballero cristiano— procura conocer e imitar la vida de los discípulos de Jesús, que trataron a Pedro y a Pablo y a Juan, y casi fueron testigos de la Muerte y Resurrección del Maestro.


Punto escrito a la vez que los dos anteriores. Está en el Cuaderno VII, nº 1115, 19-I-1934.
Como se ve, el Autor pone como referencia y modelo, para la empresa apostólica que promueve y difunde por el mundo, la vida de los primeros cristianos, de la generación apostólica. Con ellos «conecta» el estilo de vida y de testimonio apostólico que explica a los lectores. La categoría «primeros cristianos» es muy importante en el discurso de Josemaría Escrivá. Considera presente en ellos una tradición que hay que repristinar y proponer hoy a los fieles que viven en las circunstancias ordinarias de la vida en el mundo. Sobre el tema «primeros cristianos» en C vid com/971 y lugares allí señalados. Interesante, en este sentido, la distinción que señala respecto de las órdenes y congregaciones religiosas, perfectamente compatible, como se ve a lo largo del libro, con el aprecio que tenía por la condición religiosa y con su devoción a los grandes santos y santas que salieron del estado religioso. Sobre el concepto de «caballero cristiano», vid p/379, 390 y 683.


926* Me preguntas..., y te contesto: tu perfección está en vivir perfectamente en aquel lugar, oficio y grado en que Dios, por medio de la autoridad, te coloque.


Texto procedente del Cuaderno VI, nº 1034, fechado en 7-VII-1933 . Tenor literal idéntico al de C, con variantes textuales señaladas en apcrít.
La doctrina aquí propuesta es fundamental en relación con lo dicho en el punto anterior. Es el mundo y la dinámica del mundo quien sitúa a los hombres en «lugar, oficio y grado». Allí –y desde dentro– hay que vivir como los «primeros cristianos».
«Por medio de la autoridad». El Autor razona desde la doctrina paulina –toda autoridad viene de Dios (cfr Rom 13, 1-7)– para expresar el carácter providencial y la validez en la economía de la salvación del «lugar» concreto que cada hombre ocupa en el flujo social. Vid com/837 con las referencias bibliográficas. Ambos puntos guardan estrecha relación.
Este punto de C es el último de los que circuló a velógrafo: era la cd/333 en la numeración de aquellas cuartillas.


927* Orad los unos por los otros1. —¿Que aquél flaquea?... —¿Que el otro?...
Seguid orando, sin perder la paz. —¿Que se van? ¿Que se pierden?... ¡El Señor os tiene contados desde la eternidad!


Primero de los cuatro puntos que escribió ese día y que se encuentran en el Cuaderno VI, nº 946 , texto fechado en 10-III-1933. Es evidente que esta consideración surgió meditando la fiesta del día: «Día de los Cuarenta Santos Mártires», así encabeza el texto . El Autor siempre tuvo mucha devoción a los cuarenta mártires de Sebaste, por la expresión profunda de comunión y ayuda mutua en la fe que se prestaban unos a otros con el testimonio de su fidelidad. El punto arranca con el «orate pro invicem» de la carta del Apóstol Santiago.


928* Tienes razón. —Desde la cumbre —me escribes— en todo lo que se divisa —y es un radio de muchos kilómetros—, no se percibe ni una llanura: tras de cada montaña, otra. Si en algún sitio parece suavizarse el paisaje, al levantarse la niebla, aparece una sierra que estaba oculta.
Así es, así tiene que ser el horizonte de tu apostolado: es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos hechos para vosotros... Los haréis, a través de las montañas, al golpe de vuestras pisadas.


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Bl. Se conserva la carta a la que alude el Autor. Era de Juan Jiménez Vargas, que escribía en octubre del 38 desde la Muela de Villastar, un monte de Teruel situado casi en la línea del frente. Vid com/912. He aquí el texto:
«Esta mañana, cuando acababa de comulgar en una de estas cumbres, me fijé en un detalle: en todo lo que se divisa desde aquí, no alcanza la vista –y se abarca un radio de muchos kilómetros– una sola llanura. Una montaña tras otra. Si en algún sitio parece suavizarse el paisaje, al levantarse la niebla, aparece una sierra que estaba oculta. Así es, así tiene que ser el horizonte de la Obra. Hay que atravesar el mundo pero no hay caminos hechos para nosotros. Los haremos a través de las montañas al golpe de nuestra pisada» .

El Prof. Jiménez Vargas en su Relato del 77 lo recordaba muy bien: «Eso lo escribí en una carta a Burgos. Estaba en Teruel y esa cumbre era un pico que me parece que le llamaban Perdigón. Naturalmente, muchos de los nombres que se utilizaban en aquellos momentos, no tenían nada que ver con los auténticos nombres que aparecían en los mapas» .

 

 

Ya dijimos más arriba (com/27) que en aquellos años evitaba, en lo que podía, la palabra «vocación», por la connotación casi exclusiva que entonces tenía de «vocación religiosa» o «vocación sacerdotal». El Autor, en cambio, trataba de presentar, también como expresión plena de la vocación cristiana, otros horizontes de santificación en medio del mundo. Vid com/27 («vocación matrimonial») y 192 («vocación al apostolado») y passim las referencias a «trabajo» y «estudio». De ahí que, para expresar el contenido bíblico, espiritual, originario del término, recurriera a veces a palabras de viejo abolengo castellano, como «llamamiento» –que eligió finalmente como título de este cap 43–, y que no desviaban el pensamiento del lector. Vid referencias bibliográficas en com/27.
El número que corresponde al orden definitivo de cap tiene a su lado, autógrafa, la palabra «vale».
Esto implicaba cambiar de título al cap 16, que ya había sido llamado así. De hecho, la alternativa «Formación» de que hablamos no fue adelante.
Esto es lo que se deduce de las anotaciones del Autor en las pequeñas carpetas de estos caps.
Vid lo que se dijo sobre el tema en la Introd al cap 20 («Los medios»).
Vid Conversaciones, 57; Instrucción, 19-III-1934, nº 16, e Instrucción, 1-IV-1934, nº 88.
902 Apínt Cem32/15 Cec/94.1-Ceb/390
Son: 368, 283, 218, 782, 902. El día 14 de ese mismo mes volvió a copiar en el Cuaderno (nº 869-70) los futuros p/902 y 218 y a continuación escribió: «Creo que estas consideraciones anteriores ya estaban anotadas». Se ve que no rompió la cuartilla en la que las había apuntado.
903 Apínt Cec/94.2-Ceb/391 ||| ¿Cómo] ¿Por qué Apínt
904 Apínt Cem32/223 Cec/94.3-Ceb/392 ||| estaré] seq siempre Cec || Jesús... y] Jesús..., y Cem Cec |||| 1 Mc 16, 15; Mt 28, 19s
En las notas de ese día está también el p/182.
«Acaba de dejarme en mi soledad el P. Narciso. Dios mediante, escribiré poco. También leeré poco: he hecho que el fraile carmelita se llevara tres libros que encontré en la celda. No quiero que intervengan los extraños: Dios y yo. Me voy a la iglesia, al Sagrario, y, en lo sucesivo, evitaré anotar nada que pueda dar a estos apuntes carácter de libro de memorias. Monstra te esse Matrem! Sub tuum praesidium...» (Apínt, nº 1636, 3-X-1932). El P. Narciso de San José era el carmelita encargado de atenderle durante su Retiro espiritual.
905 Msb
906 Msb ||| regni C22 ss] regnum Msb Txm C1-C21 |||| 1 Lc 1, 33
EjEsp, Meditación «Rey temporal», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 105. Es un apunte tomado de L. de LA PUENTE, Meditaciones, Parte II, Meditación fundamental, punto 1º, 3; AP, I, 1950, pg 340. Es éste el «sentimiento» de los santos: «Cuando en el Credo se dice ‘vuestro reino no tiene fin’, casi siempre me es particular regalo. Aláboos, Señor, y bendígoos para siempre; en fin, vuestro reino durará para siempre» (TERESA DE JESÚS, Camino de perfección, c. 22,1 (cód. de Valladolid); BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 328).
Puedo aportar que, leyendo el texto en 1962, advertí personalmente la equivocación [regnum / regni] y la comuniqué al editor. Fue rectificada en la edición siguiente. Vid apcrít.
907 Msb ||| sabíais Msb add] sabías Msb del || palabras de Cristo Msb add] otras palabras suyas Msb del |||| 1 Lc 2, 49 | 2 Mt 10, 37
PredicHond, «El Niño perdido y hallado en el Templo», 8-VII-1937, pgs 196-197; XXXI.
Así, en Instrucción, 31-V-1936, nº 33. Vid también Forja, 21; Conversaciones, 100-101.
Es Cristo que pasa, 78.
908 Msb ||| tuya] tuya, Msb Txm || quintal Msb add] trozo Msb del
909 Msb
Sobre esta sigla, vid com/11; la cursiva es del original. La anotación ofrece la matriz a Forja, 517.
Apínt, nº 389, que será también la base de Forja, 773.
910 Apínt Cem33/910 Cec/95.1-Ceb/396 ||| grito alguna vez] grito, alguna vez, Cec Txm
Futuros puntos de C transcritos ese día: 601, 678, 422, 21, 910, 872.
Notas de una tertulia, Barcelona 25-XI-1972; AGP, sec A, leg 51.
Vid también p/402, 425, 432, 438, 479, 796, 834.
911 Msb
Carta de Eduardo Alastrué a Enrique Alonso-Martínez, Burgos 5-XII-1938; AGP, sec N-2, leg 146, carp D, exp 2.
912 Msb ||| cuando] seq consideras Msb del || una labor Msb add] un cargo Msb del || minúscula] minúsculo Msb del || «fiat»] FIAT Msb |||| 1 Lc 1, 38
Vid en com/928 el párrafo precedente de la carta de Vargas.
El Autor de C.
Carta de Juan Jiménez Vargas a los de Burgos, Muela de Villastar 16-X-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1.
Relato del 77, pg 18.
913 Apínt Cem33/249 Cec/95.2-Ceb/397
Son: 453, 796, 913, 860, 410.
914 Apínt Cem32/29 Cec/95.4-Ceb/399
«con la ayuda». En el Cuaderno escribió primero: «con tu ayuda» y corrigió a continuación, para concretar: «con la ayuda de tu Amor Misericordioso».
915 Apínt Cem32/222 Cec/96.2-Ceb/401 ||| Las obras de Dios no son] La Obra de Dios no es Cem || palanca,] palanca Cec Txm
«... los de tercer grado». Así llamaba entonces a los que hoy son miembros Supernumerarios del Opus Dei. Siempre explicó —con los términos de que podía disponer— que la vocación al Opus Dei es única, la misma para todos: lo que varía es el tipo de circunstancias en que se encuentran al ser llamados por Dios a la Obra: de ahí la distinción entre Numerarios, Agregados y Supernumerarios. Vid sobre el tema P. RODRÍGUEZ – F. OCÁRIZ – J. L. ILLANES, El Opus Dei en la Iglesia, pgs 179-198. Como se ve, desde el origen San Josemaría excluyó de manera radical el que se pudiera venir al Opus Dei para «hacer carrera» en la sociedad. Esta doctrina se remacha en el p/918.
916 Apínt Cem32/228 Cec/96.3-Ceb/402 ||| Señor] Jesús Cem || apostolado] apostolado en la Obra de Dios Cem
«El Sotanillo» era una chocolatería que estaba en la calle de Alcalá, entre la Plaza de la Independencia y la de Cibeles. Cuando todavía no había ningún Centro del Opus Dei, allí iba frecuentemente el Autor de C con los jóvenes universitarios que trataba.
Efectivamente en la correspondencia entre el Autor e Isidoro Zorzano en aquel año 31 se ven con frecuencia esas expresiones. Del Autor a Isidoro: «Sigue pidiendo por los otros, para que vengan al manicomio» (Carta del 19-II-1931; EF 310219-1; cursiva del original). «Tus sufrimientos (que pronto, repito, se convertirán en alegrías) han de ser las primicias de expiación, presentadas a Dios por nuestro manicomio» (Carta del 1-III-1931; EF 310301-1; cursiva del original). De Zorzano al Autor: «Y vosotros, recibid un abrazo de este loco, Isidoro» (Carta del 11-III-1931; IZL, Epistolario, 19). Del Autor a Zorzano: «Mi bendición de sacerdote y de Padre, con un fuerte abrazo, en nombre de todo el manicomio» (Carta del 3-III-1931; EF 310303-1). «Un cariñoso abrazo fraternal de este otro loco, José María» (Carta del 10-XI-1931; EF 311110-1). «Muy querido Isidoro: Comuniqué a nuestros locos tu epístola...» (Carta del 6-V-1931; EF 310506-1).
Este párrafo del Cuaderno IV es también la matriz de Forja, 824 y 825.
La cursiva es mía.
Vid también p/402, 425, 432, 438, 479, 796, 834. El tema de Jesús, loco de Amor por los hombres, está ya en Santa Catalina de Siena (por ej, El diálogo, cap 17; BAC 143, 1955, pg 225; Elevaciones, X; ibidem, pg 588s) y, por supuesto, en Santa Teresita: «Jesús, déjame que te diga, en el exceso de mi gratitud, déjame, sí, que te diga que tu amor llega hasta la locura... ¿Cómo quieres que, ante esa locura, mi corazón no se lance hacia ti? ¿Cómo va a conocer límites mi confianza...? Sí, ya sé que también los santos hicieron locuras por ti, que hicieron obras grandes porque ellos eran águilas...» (Ms/B fol 5v; MEC 5, 1996, pg 267). Jesús, loco de amor en el Sagrario, es característico del Beato Manuel González, el «obispo del Sagrario», al que más tarde conoció y trató entrañablemente el Autor de C.
«Dieser Satz –escribe Gauger– enthält ein schönes Beispiel für die Adjektiv/Sustantivverschiebung: «locos, con esa (nota bene!) locura» (Hans-Martin GAUGER, Untersuchungen zur spanischen und französischen Wortbildung, C. Winter, Heidelberg 1971, pg 69; cfr del mismo autor Durchsichtige Wörter. Zur Theorie der Wortbildung, C. Winter, Heidelberg 1971, pg 83).
917 Msb ||| en nosotros Txm add |||| 1 Lc 24, 32
Cuaderno V, nº 675, 29-III-1932.
Instrucción, 1-IV-1934, nº 3.
918 Apínt Cem32/229 Cec/96.5-Ceb/404 ||| Ve al apostolado] A la Obra de Dios se viene Cem
919 Apínt Cec/96.7-Ceb/406
Futuros puntos de C transcritos ese día: 919, 334, 602.
920 Apínt Cem32/237 Cec/96.8-Ceb/407 ||| vosotros Txm add autogr C] nosotros Cec Txm del || ha de procurar ser] será Cec
Futuros puntos de C transcritos ese día: 920, 268, 5, 944, 186.
921 Msb |||| 1 cfr Mt 5, 13; Lc 14, 34
EjEsp, Plática «Vida sobrenatural y espíritu sacerdotal», Vergara 6-IX-1938; guión nº 82.
922 Apínt Cem33/263 Cec/97.3-Ceb/412 ||| tu apostolado] nuestro apostolado Cec | la O. Cem || está seguro] es señal cierta Cem
Los trece futuros puntos de C transcritos ese día: 922, 522, 738, 258, 259, 941a, 949, 265, 80, 79, 189, 559, 90.
923 Apínt Cec/99.1-Ceb/421
Futuros puntos de C transcritos ese día: 900, 892, 923, 925, 924.
924 Apínt Cec/99.4-Ceb/424 ||| Pide] Hijo, pide Apínt Cec || tu perseverancia] perseverancia Cec || sois] somos Apínt Cec || vuestras] nuestras Apínt Cec
925 Apínt Cec/99.5-Ceb/425 ||| los discípulos] aquellos discípulos Apínt
926 Apínt Cem33/333 Cec/100.5-Ceb/430 ||| Me preguntas..., y te contesto: tu perfección Ceb add autogr Txm] Tu perfección Apínt
Futuros puntos de C transcritos ese día: 794, 400, 190, 840, 709, 684, 598, 926.
927 Apínt Cem33/309 Cec/100.6-Ceb/431 ||| ¡El Señor ... eternidad!] El Señor ... eternidad Apínt Cec || os tiene] nos tiene Apínt Cec |||| 1 St 5, 16
Son: 927, 888, 76, 358.
El 10 de marzo se celebraba, hasta la última reforma litúrgica, la memoria de los «Cuarenta Santos Mártires».
928 Msb ||| una llanura Txm] una sola llanura Msb || niebla] niebla, Msb Txm || es preciso Txm] hay que Msb || mundo. Pero Txm] mundo; pero Msb || hechos] hechos, Msb || vosotros... Los haréis, ... vuestras pisadas Txm] nosotros... Los haremos, ... nuestra pisada Msb
Carta de Juan Jiménez Vargas a los de Burgos, Muela de Villastar 16-X-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1. Gravitaba en los pensamientos del joven alférez que contempla así el paisaje –según comentó alguna vez– el relato que el Fundador les hacía –comparándolo con el camino de la vida espiritual– de la romería que hizo a la Virgen de Sonsoles, en Ávila: la ermita, que veían desde lejos, desaparecía del horizonte, conforme subían y se acercaban. Vid relato en AGP, sec P, leg 1, 1985, pg 497.
Relato del 77, pg 18.