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Capítulos de Camino
Discreción

 

Discreción

No procede este cap, como los anteriores, del desglose del cap de Cec sobre las virtudes. Ya tenía entidad y autonomía propia en la edición de Cuenca, donde estaba situado hacia el final del libro, en el contexto del apostolado y el proselitismo. Ahora el Autor lo cambia de sitio: es de las pocas operaciones de este tipo que realiza al retomar el libro en Burgos, lo cual indica una expresa reconsideración de su sentido. Ahora, a mi parecer, quiere dejar bien claro que la discreción se inscribe en ese concreto bloque de virtudes del hombre cristiano corriente, laico, secular, que está dibujando. No es sólo una virtud necesaria para la «táctica» apostólica del cristiano , sino que es, en todos los ámbitos de la vida, «sencillamente, naturalidad», como dice el primer punto agregado en Burgos (p/641). La discreción, «compañera» del trabajo de los cristianos en el mundo, refleja el misterio de la Encarnación, del abajamiento de Dios, de la vida oculta de Cristo, con María y José en Nazareth, y tiene como finalidad el «Deo omnis gloria»: vid p/641 y com. La discreción-naturalidad guarda una muy especial relación a la Santísima Virgen, como el Autor ya hizo notar en el p/499, que es como una introducción anticipada a este cap.
En Cec el cap era brevísimo: cuatro puntos, a los que se añaden catorce nuevos en Burgos. La temática había madurado. Los dos primeros puntos de Cec son también los dos primeros del cap de C y ambos se mueven en un horizonte previo, introductorio a lo que el Autor va a designar propiamente como «discreción», que aparece en el p/641. El p/639 dice relación a la caridad y el p/640 a la obligación de guardar el secreto.


639* De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces.


Uno de los dos puntos de C más antiguos: Cuaderno II, nº 15, día 13-III-1930 . Por alguna razón, Josemaría Escrivá se sintió movido a clamar:

«¡¡¡Señor!!! ¡Señor! Dame que aprenda a callar (porque de callar no me he arrepentido nunca, de hablar muchas veces)» .
Bajo este aspecto lo que le movía era, entre otras cosas, no faltar ni de lejos a la caridad (vid cap «Caridad», p/443). Una nota personal en este último campo:
«Esta mañana, cuando iba a confesarme, me paró en la calle una determinada persona, a quien tengo por discreta. Sacó ella a relucir determinado asunto y, sin faltar a la verdad, dije cosas de una tercera persona, que mejor eran para calladas... Fui al confesonario y me acusé de eso, que me ha dejado muy mal gusto de boca. ¡Qué valor tiene el silencio! Por la calle, después, encomendé a aquella persona, objeto de nuestra plática. Aún ha salido ganando. Y yo también, porque tendré más cuidado en lo sucesivo» .


640* ¿Cómo te atreves a encarecer que te guarden el secreto..., si esta advertencia es la señal de que no has sabido guardarlo tú?


Éste es el segundo punto del cap de Cuenca. Texto procedente del Cuaderno VII, nº 1085, 14-XII-1933. El tenor literal del texto es idéntico al de C. Ese mismo día transcribió ocho puntos de C .
Esta irresponsabilidad que no sabe guardar el secreto es la que crea el ambiente de «secreteo», que el Autor descalificará en el punto siguiente como la caricatura de la discreción.


641* Discreción no es misterio, ni secreteo. —Es, sencillamente, naturalidad.


Es sin duda el punto central sobre la materia. Original sobre una octavilla Bl. Podría haber sido escrita ya en Honduras. En todo caso, la doctrina aquí contenida la predicó detenidamente en el refugio de la Legación (1937):
«Aún nos ofrece una lección el sillar: la lección de su silencio. Nuestra discreción ha de extremarse hasta imitarle perfectamente. […] ¿Qué le importan a nadie nuestras interioridades? Esto no es secretear, no es ocultar ningún misterio. Es sencillamente no descubrir la intimidad de nuestra familia –de nuestra familia sobrenatural– delante de quien no tiene por qué conocerla» .

En 1938 encontramos la formulación del p/641, ya acuñada, en la Nota que Escrivá envió desde Burgos al Vicario General de Madrid, con el que mantenía estrecho contacto desde los comienzos del Opus Dei, explicándole algunos aspectos de su espíritu:
«MEDIOS: la vida interior, y la formación intelectual; más una discreción, que nunca es misterio ni secreteo, sino naturalidad» .
Una muy parecida expresión, en la carta circular que dirige a los fieles del Opus Dei a principios de 1939:
«Hay entregamiento [...] cuando la discreción –ni misterio, ni secreteo– es compañera de nuestro trabajo» .
Lo que es y lo que no es la «discreción». La «fórmula» de este punto y, en general, los rasgos de esa discreción que el Autor va dibujando en este breve cap, constituyen una importante dimensión de la concepción que tiene de la «existencia secular cristiana» . La discreción no se sitúa sólo en el ámbito ascético de la «fecundidad del silencio» (p/639), sino ante todo en el horizonte de la vida de cristianos corrientes, de ciudadanos iguales a los demás, que se esfuerzan por santificar su trabajo y testimoniar de manera inequívoca su fe católica, pero sin «publicidad» y tratando de vivir secularmente una «vida escondida con Cristo en Dios» (cfr Col 3, 3). «Discreción», considerada en su sustancia, se constituye así en una categoría teológica dentro del pensamiento de Josemaría Escrivá . Por otra parte, es patente que en la redacción de este punto gravita ya la murmuración y la extrañeza que provocaba el estilo de vida cristiana que predicaba el Autor de C. En un «mundo católico» que ponía el acento en signos externos –insignias, banderas, hábitos, de partidos políticos confesionales–, se decía que aquello era «misterio», «secreteo». Escrivá lo niega. Afirma que es sencillamente naturalidad. En este sentido, cuando escribe C todavía quedaba mucho camino por recorrer... .

La afirmación de la importancia teológica del concepto de discreción en el pensamiento del Autor es compatible con que él mismo, «pro bono pacis», decidiera –por otra parte, en plena fidelidad a lo que dice en este punto de C– retirar la palabra «discreción» de su lenguaje. De 1966 es una carta de Mons. Escrivá al Consiliario del Opus Dei en España en la que dice:
«Leí tu carta del 9, y me divertí un rato con el concepto errado de la discreción, que tienen unos y otros.
Unos, que no acaban de «coger» que somos «iguales» a los demás ciudadanos –no somos «como» ellos, sino iguales–, piensan que hacemos un fingimiento, que no existe, porque no llevamos un cartelón en la espalda o un Cristo en bandolera. Otros discurren lo mismo que hace cuarenta años, cuando la discreción –que no podía ser más indiscreta– nos llevaba a tener siempre encima el peso de la gestación de la Obra, como una madre guarda en el seno su criatura: ¿dónde estaba el secreto, si aquello era un secreto a voces?
¿Y ahora? No quiero ni oír hablar de discreción: es mejor decir y hacer las cosas con naturalidad, lejos del modo de pensar de unos y de otros. La comedia no nos va; con naturalidad hemos vivido y viviremos siempre, porque así es nuestro espíritu: sincero y genuino» .
Yo personalmente recuerdo habérselo oído comentar, con su «chispa» habitual y ante un grupo de fieles del Opus Dei al final de los años sesenta. El tema era cómo explicar la secularidad cristiana, que tiene en la discreción, como hemos visto, una de sus dimensiones teológicas. Concluía: «como muchas veces os faltan ‘explicaderas’ y a los otros ‘entendederas’, lo mejor es no hablar de ‘discreción’ y decir sencillamente ‘naturalidad’».


642* Discreción es... delicadeza. —¿No sientes una inquietud, un malestar íntimo, cuando los asuntos —nobles y corrientes— de tu familia salen del calor del hogar a la indiferencia o a la curiosidad de la plaza pública?


Texto escrito tal vez en Honduras, sobre una octavilla también con dorso en blanco.
Parece una continuación redaccional del punto anterior. El Autor está «definiendo» la discreción. Discreción es «naturalidad», discreción es «delicadeza»... En todo caso, este nuevo punto parece tener como fondo la continuación del pasaje de la predicación en Honduras antes citado:
«¿Qué le importan a nadie nuestras interioridades? Esto no es secretear, no es ocultar ningún misterio. Es sencillamente no descubrir la intimidad de nuestra familia –de nuestra familia sobrenatural– delante de quien no tiene por qué conocerla. ¿Por qué han de saltar a la calle, a los ojos de todos, esos detalles que sólo nosotros podemos estimar? Nuestra discreción consiste en no exponer a la luz pública las cosas de familia, y ha de vivirse sin levantar curiosidad alguna» .

El fondo es experiencia y criterio del Autor muy anteriores. Discreción es naturalidad. Ahora, discreción es delicadeza. Otro rasgo, procedente de la comprensión de la Iglesia como Familia de Dios. La analogía de la familia cristiana como «iglesia doméstica» es muy importante para comprender el horizonte del apostolado de Josemaría Escrivá: entendía el Opus Dei naciente en el seno de la Iglesia como una pequeña familia, llena de respeto a las demás instituciones, pero con su «intimidad». El desarrollo institucional del Opus Dei, desde aquellos inicios hasta el actual momento (Prelatura personal, expansión apostólica, etc.), comporta necesariamente una eclesialidad jurídica y una dimensión pública de la acción apostólica y pastoral, pero la discreción de que aquí se habla, como categoría espiritual y teológica, pertenece al núcleo permanente de la existencia secular cristiana.


643* No pongas fácilmente de manifiesto la intimidad de tu apostolado: ¿no ves que el mundo está lleno de egoístas incomprensiones?


Éste y el siguiente son los otros dos puntos procedentes del cap de Cec. Texto del Cuaderno VII, nº 1085, fechado en 14-XII-1933 . Fue directamente al texto impreso sin circular antes a velógrafo. El tenor literal del texto es idéntico al de C. La intimidad del apostolado, la intimidad de la familia: son magnitudes equivalentes para el Autor.


644* Calla: No olvides que tu ideal es como una lucecica recién encendida. —Puede bastar un soplo para apagarla en tu corazón.


Texto del Cuaderno VI, nº 1080, transcrito en 30-XI-1933 . La primera frase tiene en el original esta forma interrogativa:
«Calla. ¿No ves que tu ideal es como una lucecica recién encendida?».
En un documento dirigido a los fieles del Opus Dei, San Josemaría retomaba casi a la letra este punto y el anterior:
«No pongáis fácilmente de manifiesto la intimidad de vuestro apostolado, y aconsejad a los nuevos que callen: porque su ideal es como una lucecica recién encendida..., y puede bastar un soplo para apagarla en su corazón» .
Una idea semejante se encuentra en el sermón de San Carlos Borromeo que se lee en el Breviario actual el día de su fiesta:
«Si ya ha prendido en ti algún brote del fuego del amor divino, no quieras manifestarlo de pronto al exterior; guárdate de lanzarlo a los vientos. Mantén cerrado el horno, para que ni se enfríe ni pierda calor» .
«Lucecica». Los aragonesismos eran frecuentes en el lenguaje coloquial del Autor.


645* ¡Qué fecundo es el silencio! —Todas las energías que me pierdes, con tus faltas de discreción, son energías que restas a la eficacia de tu trabajo.
—Sé discreto.


Comienza ahora la serie final de puntos posteriores al impreso de Cuenca. Texto escrito sobre una octavilla Bl, subserie Ber. Pudo ser redactado en Vergara, cuando agregó a un guión de Vitoria este apunte:
«Silencio: fecundidad del silencio» .
Tal vez como fondo está este pasaje de Tobías (11, 12): «Bueno es mantener oculto el secreto del Rey».


646* Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones.


Texto escrito sobre una octavilla Bl . En su Cuaderno de Pamplona/Burgos, nº 1463, 2-I-1938, encontramos esta anotación, que refleja una experiencia personal que puede estar en la base del punto de C. Estando en Pamplona en Navidad de 1937, el Obispo Mons. Olaechea, que le hospedaba, había demostrado interés en que hablara de sus proyectos apostólicos con otro sacerdote, llegado también recientemente a la zona nacional. San Josemaría, aunque no le parecía persona adecuada, cumplió con lo que le proponía el Sr. Obispo. Anotó en su Cuaderno:
«Estuve en la casa de ejercicios de Burlada. Charlé de largo con el Sr. Bonet . Me quedó el mal sabor de boca que me queda siempre que hablo de la intimidad de la Obra con personas ajenas. Pero... parecía cosa forzada».
Vid com/639 y 650.


647* No pretendas que te «comprendan». —Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. No conozco interrelación documental.
«Pasar oculto» es un ideal en la vida del Autor de C («ocultarse y desaparecer»: vid Introd al cap 41), que se inspira en su meditación de la «vida oculta» de Cristo y en el pasaje de San Juan hablando de Jesús, que subió a la fiesta «non manifeste sed quasi in occulto» (Jn 7, 10). «Pasar oculto» fundamenta la «discreción» del cristiano: «Deo omnis gloria». Punto que hay que poner en íntima relación con p/848, ambos de la época de Burgos. Vid también p/11, 185, 780, 842 y cap «La Gloria de Dios».


648* Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol —¡a cuántos se les va «la fuerza» por la boca!— y te evitarás muchos peligros de vanagloria.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. Lo mismo que el p/646, este punto entró en el «sorteo» de que se habla en com/305 . No conozco interrelación documental. Lo que movía al Autor a «callar» en el campo apostólico era «ocultarse y desaparecer» (vid com/647): dejar la iniciativa al Señor, que Él manifieste sus obras a través de la correspondencia a la gracia de los que llama. Y, como consecuencia, eficacia.

Escrivá estaba convencido de lo que siglos antes había dejado escrito escrito San Juan Crisóstomo: que «el hablar sin hacer no sólo no trae provecho alguno, sino más bien daño y condenación a quien tan negligentemente ordena su vida» . El dicho castellano que utiliza es elocuente: «írsele a uno la fuerza por la boca», es decir, hablar demasiado y no obrar consecuentemente .


649* ¡Siempre el espectáculo! —Me pides fotografías, gráficos, estadísticas.
—No te envío ese material, porque —me parece muy respetable la opinión contraria— creería luego que hacía una labor con vistas a encaramarme en la tierra..., y donde quiero encaramarme es en el cielo.


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Re. No conozco interrelación documental.


650* Hay mucha gente —santa— que no entiende tu camino. —No te empeñes en hacérselo comprender: perderás el tiempo y darás lugar a indiscreciones.


Texto escrito en Pamplona sobre una octavilla Bl. En el cuadernillo primero hay un borrador de esta «gaitica» (sin fecha, pero escrito antes de 5-I-1938, en que sale de Pamplona para Burgos). Dice:
«Hay mucha gente buena –santa– que no entiende tu camino. –No te empeñes en hacérselo comprender: perderás el tiempo y darás ocasión a indiscreciones» .
Así como el texto citado en com/646 pasó al Cuaderno de Apínt, esta anotación de la agenda, escrita de manera casi caligráfica, allí se quedó24b. Pienso, no obstante, que ambos apuntes dependen de la misma experiencia.

651* «No se puede ser raíz y copa, sino siendo savia, espíritu, cosa que va por dentro».


—El amigo tuyo que escribió esas palabras sabía que eras noblemente ambicioso. —Y te enseñó el camino: la discreción, el sacrificio, ¡ir por dentro!
Texto escrito sobre una octavilla Bl, de trazo tenue y delgado, perteneciente a la subserie Ber.
«El amigo tuyo...» Me inclino a pensar que en este caso no es una forma literaria de esconderse el Autor, sino la citación real de una correspondencia epistolar que, sin embargo, no he podido encontrar.


652* Discreción, virtud de pocos. —¿Quién calumnió a la mujer diciendo que la discreción no es virtud de mujeres?
—¡Cuántos hombres, bien barbados, tienen que aprender!


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco, en principio perteneciente a la serie Lh. Podría estar ya escrita en Honduras. No conozco interrelación documental. Vid com/946 in fine.


653* ¡Qué ejemplo de discreción nos da la Madre de Dios! Ni a San José comunica el misterio1.
—Pide a la Señora la discreción que te falta.


Texto escrito sobre una octavilla Bl con pluma de rasgos fuertes. En la meditación 90 se lee este apunte:
«Discreción. Nadie se entera: José» .
Juan Jiménez Vargas, en un escrito de 1938 (sin fecha, pero posterior a mayo), hace una alusión al tema: «La Virgen, modelo de discreción, ni a San José cuenta el misterio, que parecía natural que supiese al mismo tiempo que Ella» .

En Honduras el Autor predicó sobre la virtud de la discreción en la Sagrada Familia. Hablando de Jesús:
«Ha llegado solamente a los doce años nuestro Maestro, ¡y cómo procede! ¡Qué maravillosa discreción la suya! A nadie comunica, ni a sus padres, su plan para cumplir la Voluntad de Dios» .


654* Ha afilado tu lengua el despecho. ¡Calla!


Texto escrito con trazos fuertes en Burgos sobre una octavilla Bl. No conozco interrelación documental, pero sí se advierte la resonancia de un tema muy del Autor. Vuelve en efecto a proponer aquí una exigencia humana y sobrenatural de viejo abolengo que ya expuso en el p/10 (vid com y nt 26), ahora a propósito de la «discreción». La temática reaparece un poco más abajo: p/656.


655* Nunca te habré ponderado con bastante encarecimiento la importancia de la discreción.
—Si no es el filo de tu arma de combate, te diré que es la empuñadura.


Texto escrito sobre una octavilla de la serie Lh. Podría, por tanto, estar escrita ya en Honduras. El Autor se sirve, como en otras ocasiones, de la imagen paulina del combate, con sus armas y utensilios, tan del gusto por otra parte de los clásicos españoles. El apcrít informa de una variante de interés para lo que venimos diciendo: la discreción es –en la redacción original– la empuñadura de «nuestra» arma de combate. El Autor redacta la «gaitica» como un criterio para la autocomprensión del Opus Dei. Al preparar Txm introduce una pequeña modificación redaccional para ofrecerla a la generalidad de los lectores: «tu» arma de combate. Señalo esta variante porque refuerza el carácter espiritual de la categoría «discreción» en el pensamiento del Autor.

656* Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. —Y esto, aunque estés justísimamente airado.
—Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras.


Texto escrito sobre la octavilla 3 de la serie Lhz. Escrita en Honduras, como sabemos. No hay otros textos de la Legación con los que se interrelacione este punto. Vid com/654 y 610.

 

 

Cap 30 30 [Msb: 184]. Discreción, p/639-656 [4 de Cec + 14 de Msb] C || 23. Discreción, cd/323-326 Cec
En Cec este cap estaba situado entre los caps «Proselitismo» y «Táctica». Vid Introd al cap 40.
639 Apínt Cem32/199 Cec/77.1-Ceb/323
Recuérdese que el Cuaderno I no se conserva (fue destruido por el Autor). El texto más antiguo de los actualmente documentados es el p/772.
Vid com/88.
Apínt, nº 666. Cuaderno V, 17-III-1932.
640 Apínt Cec/77.2-Ceb/324
Son: 496, 492, 640, 643, 819, 404, 405, 899.
641 Msb
PredicHond, «Sillares», 27-VII-1937, pg 237; XXXVIII; la cursiva es del original.
Nota del Autor dirigida a don Francisco Morán, Vicario General de Madrid, Burgos 4-IV-1938; EF 380404-1.
Circular de 9-I-1939; EF 390109-1.
Vid Alfredo GARCÍA SUÁREZ, «Existencia secular cristiana», en Scripta Theologica 2 (1970) 145-164, y en Alfredo GARCÍA SUÁREZ, Eclesiología, Catequesis, Espiritualidad, Eunsa («Biblioteca de Teología», 23), Pamplona 1998, pgs 643-674. Con esta expresión designa García Suárez la concepción que el Autor de C tiene de la vida cristiana en el mundo.
Vid un apunte sobre «el apostolado de los laicos, actividad ‘eclesial’, pero no ‘eclesiástica’: la ‘discreción’ del cristiano», en P. RODRÍGUEZ, Vocación, trabajo, contemplación, 1986, pgs 116-118. El tema es intuido también desde otros horizontes pastorales y teológicos. Jacques Maritain en la Europa de los años treinta hablaba de la «discreción de la nueva Cristiandad» (Humanisme intégral. Problèmes temporels et spirituels d’une nouvelle chrétienté, Aubier, Paris 1936) y Joseph Ratzinger en los cincuenta explica «la santa discreción» de la misión de la Iglesia (Die christliche Brüderlichkeit, Kösel-Verlag, München 1960; La Fraternidad cristiana, Taurus, Madrid 1962, pg 106).
Sobre el tema vid A. de FUENMAYOR, V. GÓMEZ-IGLESIAS, J. L. ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, 1989, donde el tema «discreción» va siendo estudiado al compás de la evolución de las formas jurídicas del Opus Dei. Vid pgs 62-64, 105, 110-112, 187s y 269-273.
Carta de Josemaría Escrivá a Florencio Sánchez Bella, Roma 21-XI-1966; EF 661121-2.
642 Msb
PredicHond, «Sillares», 27-VII-1937, pg 237; XXXVIII.
643 Apínt Cec/77.3-Ceb/325
Futuros puntos de C transcritos ese día: 496, 492, 640, 643, 819, 404, 405, 899.
644 Apínt Cec/77.4-Ceb/326
Futuros puntos de C transcritos ese día: 192, 227, 10b, 289, 644, 691, 896.
Instrucción, 1-IV-1934, nº 41; la cursiva es del original.
«Si divini amoris igniculus aliquis in te accensus iam est, noli illum statim prodere, noli in ventum exponere; occlusum tene tibi clibanum ne frigescat et calorem amittat» (Sermo Sancti Caroli in ultimo Synodo habito, en Acta Ecclesiae mediolanensis, Mediolani 1599, pgs 1177s; citado Liturgia horarum, IV, editio typica, Romae 1975, pg 1255).
645 Msb
EjEsp, Meditación «La Encarnación del Señor», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 90.
646 Srt Msb ||| discreto] discreto, Msb Srt Txm || boca] boca, Msb Srt Txm || sufrir] sufrir, Msb Srt Txm
El Autor utilizó este punto para el «sorteo» de que se habla en com/305. La ficha autógrafa, que le tocó a Rafael Calvo Serer, se conserva en AGP, sec A, leg 54, carp 3, exp 2.
Alberto Bonet, sacerdote catalán, fundador de la Federación de Jóvenes Cristianos. Al pasar a zona nacional tuvo serias dificultades, pues fue acusado de catalanista. Acogido por don Marcelino Olaechea, se convirtió después en un eficaz colaborador del Cardenal Gomá. Trabajó en Acción Católica y fue nombrado canónigo de Barcelona. Vid Gonzalo REDONDO, Historia de la Iglesia en España, 1936-1939, II, Rialp, Madrid 1993, pg 258 nt 58.
647 Msb
648 Srt Msb ||| callas] callas, Msb Srt Txm || «la fuerza» Txm] la fuerza Srt Msb
Se conserva la ficha autógrafa (vid supra nt 19), que le tocó a Juan Jiménez Vargas.
San JUAN CRISÓSTOMO, Sobre la compunción, Discurso I, 5; BAC 169, 1958, pg 578.
DRAE, ed 1992, voz «Boca».
649 Msb
650 Pp Srt Msb ||| gente Srt Msb Txm] gente buena Pp || lugar Txm] ocasión Pp Srt Msb
Hoja 2v del Cuadernillo-agenda 1º de Pamplona/Burgos; la cursiva es mía.
24b Pero también, como los p/646 y 648, sirvió al Autor para el «sorteo» de que se habla en com/305. Se conserva la ficha manuscrita (vid supra nt 19), que le tocó a Ricardo Fernández Vallespín.
651 Msb ||| tuyo] tuyo, Msb Txm || palabras] palabras, Msb Txm
652 Msb ||| mujer] mujer, Msb Txm
653 Msb |||| 1 cfr Mt 1, 18-24
EjEsp, Meditación «La Encarnación del Señor», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 90.
Pg 8 de escrito referenciado en com/361 nt 4. En su Relato del 77, pg 15, Jiménez Vargas escribe: «El día de San José de 1937 –cuando el Padre estaba ya en la Legación de Honduras– yo estaba en la cama con una “fiebre artificial”, para que los de la FAI no me obligasen a ir al frente, Isidoro y alguno más vinieron por la tarde a verme. Hicimos la oración y
recuerdo perfectamente que salió un comentario de este tipo, que después lo he identificado en este punto de Camino». En el Diario de Isidoro Zorzano correspondiente a ese 19 de marzo se relata la visita que hicieron a Jiménez Vargas y en él aparece incorporada una cuartilla de puño y letra de Vargas a modo de guión de la charla que les dio desde la cama. En ella se habla de San José pero no se alude a este tema. Quizá Vargas funde en su recuerdo las dos ocasiones.
PredicHond, «El Niño perdido y hallado en el Templo», 8-VII-1937, pg 191; XXXI.
654 Msb
655 Msb ||| ponderado] ponderado, Msb Txm || encarecimiento] encarecimiento, Msb Txm || tu arma] nuestra arma Msb
656 Msb ||| siempre] siempre, Msb Txm