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El apóstol

 

El Apóstol

Vid Introd al cap precedente («Llamamiento»), que es en buena medida Introd también al presente cap («El Apóstol»), que tiene treinta y un puntos: diecinueve de Cec y doce de nueva redacción.
El Autor, que en el cap 43 ha puesto el acento en la llamada de Dios para ser «apóstol», ahora quiere dibujar la figura de estos «hombres y mujeres de Dios» –que trabajan en esa «empresa apostólica»– con sus características de entrega, sencillez, celo apostólico, oración intensa, amor a la unidad, buscando pasar ocultos, etc., sin tomar nunca pretexto –de su connatural presencia en los afanes de la sociedad civil– para hacer concesiones a la tibieza o a la frivolidad: «Sed hombres y mujeres del mundo –les dice–, pero no seáis hombres o mujeres mundanos» (p/939).


929* ¿La Cruz sobre tu pecho?... —Bien. Pero... la Cruz sobre tus hombros, la Cruz en tu carne, la Cruz en tu inteligencia. —Así vivirás por Cristo, con Cristo y en Cristo: solamente así serás apóstol.


Texto original en el Cuaderno VI, nº 984, fechado en 18-IV-1933 , con redacción idéntica a la de C.
Late en este pensamiento el «Deo omnis gloria» del p/780 y la doxología final del Canon Romano, junto a la vivencia del 7 de agosto del 31: la tractio divina desde la Cruz (vid com/301). El Autor contempla la glorificación de Dios en la Cruz de Cristo y la ve proyectarse históricamente no en exterioridades, sino en la vida del cristiano que acoge la Cruz en la realidad unitaria de su ser –«hombros», «carne», «inteligencia»–, que se convierte así en existencia apostólica, en cauce para la tractio divina .


930* Alma de apóstol: primero, tú. —Ha dicho el Señor, por San Mateo1: «Muchos me dirán en el día del juicio: ¡Señor, Señor!, ¿pues no hemos profetizado en tu nombre y lanzado en tu nombre los demonios y hecho muchos milagros? Entonces yo les protestaré: jamás os he conocido por míos; apartaos de mí, operarios de la maldad».
No suceda —dice San Pablo2— que habiendo predicado a los otros, yo vaya a ser reprobado.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, tinta negra, pluma deficiente. La frase de entrada («Alma de apóstol: primero, tú»), como la redacción anterior tachada (vid apcrít), son de letra posterior, posiblemente agregadas en el acoplamiento definitivo de la «gaitica» en la secuencia del libro. No conozco interrelación documental. Hay, sí, una similitud temática con los p/108 y 961. Vid com y com/81. Pero aquí el Autor no piensa (directamente) en la vida interior del apóstol como fuente de la eficacia en la acción sino como necesaria para su salvación personal.


931* El genio militar de San Ignacio nos presenta al demonio que hace un llamamiento de innumerables diablos y los esparce por estados, provincias, ciudades y lugares, tras de haberles hecho «un sermón», en el que les amonesta para echar hierros y cadenas, no dejando a nadie en particular sin atadura...
Me dijiste que querías ser caudillo: y... ¿para qué sirve un caudillo aherrojado?


Texto escrito sobre una octavilla Bl. Redactada muy probablemente releyendo un guión de predicación que se titula precisamente así: «El genio militar de San Ignacio». He aquí el apunte:
«El demonio... hace llamamiento de innumerables demonios, y los esparce por estados..., provincias..., ciudades..., lugares..., y personas, no dejando a nadie en particular... Considerar el ‘sermón’ que les hace y cómo les amonesta para echar hierros y cadenas» .
El famoso pasaje del libro de los Ejercicios está en la «Meditación de dos banderas, la una de Christo, summo capitán y Señor nuestro; la otra de Lucifer, mortal enemigo» .
Sobre la terminología «caudillo» vid com/16.


932* Mira: los Apóstoles, con todas sus miserias patentes e innegables, eran sinceros, sencillos..., transparentes.
Tú también tienes miserias patentes e innegables. —Ojalá no te falte sencillez.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, letra fina. Su antecedente es sin duda una anotación de los EjEsp que hizo en Pamplona en Navidad de 1937, Cuaderno VIII dpdo, nº 1439, fechado en 22-XII-1937 , que dice así:
«La oración de los apóstoles: con todas sus miserias patentes, sinceros, sencillos... ¡simples! Así yo, Jesús, así yo» .
Al escribir la octavilla para C el Autor prescinde de la palabra «¡simples!», que parecía culminar la consideración. Podría interpretarse mal: una persona simple... No era eso. Cambia la palabra por «transparentes».

933* Cuentan de un alma que, al decir al Señor en la oración «Jesús, te amo», oyó esta respuesta del cielo: «Obras son amores y no buenas razones».
Piensa si acaso tú no mereces también ese cariñoso reproche.


Texto escrito sobre una octavilla de la serie Ah, por tanto redactado después de 20-XII-1938. La redacción de la «gaitica» pudo venir sugerida por el reencuentro con este apunte:
«Manifestaciones del Amor de Dios: –Obras son amores (referir el hecho) […] Afectos ¡Amor con amor se paga! Reparación, celo, perfección en las cosas pequeñas. –Teresa (las dos) y las misiones. –Pensar que conmigo se repite aquella escena (obras son amores...) y que oigo el cariñoso reproche...» .

«Referir el hecho», anotó en el guión. Lo contaba, sin aludir, claro está, a su persona . Aconteció el 16 de febrero de 1932 en la iglesia del Real Patronato de Santa Isabel. Él mismo lo había dejado escrito en la página 50 de su Cuaderno V (1932), que dice así:
«[…] Yo me venía dando cuenta de esto y de que daba largas a ciertos propósitos de emplear mayor interés y tiempo en las prácticas de piedad, pero me tranquilizaba con el pensamiento: más adelante, cuando estés fuerte, cuando se arregle mejor la situación económica de los tuyos... ¡entonces! —Y hoy, después de dar la sagrada Comunión a las monjas, antes de la santa Misa , le dije a Jesús lo que tantas y tantas veces le digo de día y de noche: «Te amo» [Nota a pie: «dije ‘te amo más que éstas’»] . Inmediatamente, entendí sin palabras: «obras son amores y no buenas razones». Al momento vi con claridad lo poco generoso que soy, viniendo a mi memoria muchos detalles, insospechados, a los que no daba importancia, que me hicieron comprender con mucho relieve esa falta de generosidad mía. ¡Oh, Jesús! Ayúdame, para que tu borrico sea ampliamente generoso. ¡Obras, obras! Seguiré diciéndote muchas veces que te amo –¡cuántas te lo he dicho hoy!– pero, con tu gracia, será mi conducta, serán las pequeñeces de cada día, con elocuencia muda, las que clamen delante de ti, mostrándote mi Amor» .

Esta locución sobrenatural quedó grabada para siempre en su alma y lo irá dejando anotado en su Cuaderno:
«Dios mío: ¡cuánto me duele aquel ‘obras son amores y no buenas razones’!» .
«Dios mío, ¡cómo me duele aquel grito tuyo: ‘obras son amores y no buenas razones’! Sin embargo, ¡qué vida de tibieza, la mía! ¡qué miserable soy! ¿Hasta cuándo, Jesús, hasta cuándo! ¡Madre mía, Virgen de los besos, San José –mi Padre y Señor–, Angel Custodio, Madre Teresa!: mirad a este pobre pecador, y ayudadle... ¡que yo cumpla la Voluntad de Dios! –Esa frase, oída al dar la Sda. Comunión a las monjas de Sta. Isabel, en la ventanilla-comulgatorio, debe ser para mí una espuela –¡pobre borrico!– y no lo es: si lo fuera, ¿tendría yo nunca esta intranquilidad tonta de hoy?» .
Tenemos un testimonio emocionante de este lance sobrenatural. El actual Prelado del Opus Dei, Mons. Echevarría, que acompañaba a San Josemaría en la visita que hizo en 1972 a la iglesia del Real Patronato de Santa Isabel, escribe:

«Con emoción indescriptible me dijo, mientras señalaba la reja del lado izquierdo del presbiterio: ‘allí fue –y paladeó cada palabra– lo de obras son amores y no buenas razones’» .
Este punto debe ser puesto en estrecha relación con el p/242 (vid com) y con Forja, 498.
La locución sobrenatural se servía de un refrán de la lengua castellana, tan célebre que dio título a una comedia de Lope de Vega: Obras son amores .


934* El celo es una chifladura divina de apóstol, que te deseo, y tiene estos síntomas: hambre de tratar al Maestro; preocupación constante por las almas; perseverancia, que nada hace desfallecer.


Texto sobre una octavilla Drv. En el dorso se lee el encabezamiento de una carta («Sr. D. Casimiro Morcillo»). Escrito también al final del periodo redaccional, releyendo guiones de meditación. El apunte dice así:
«Manifestaciones del celo apostólico: hambre de tratar al Maestro. Oración, Penitencia, Estudio, no ciencia infusa. Teresa, ora; Ignacio, obra: Preocupación constante (las almas que no conocen a Cristo, las que le desprecian) sin perder la paz (chifladura). Comparar con las aficiones de los mundanos: Perseverancia, que nada hace desfallecer. Crecerse ante los obstáculos» .
Vid p/793, donde se explica «la señal cierta del velo verdadero». Vid también p/796.

935* No te duermas sobre los laureles. —Si, humanamente hablando, esa postura es incómoda y poco gallarda, ¿qué sucederá cuando los laureles —como ahora— no sean tuyos, sino de Dios?


Texto original en el Cuaderno VII, nº 1144, fechado en 3-III-1934 , idéntico a la de C, con sólo variantes de puntuación.
«Dormirse sobre los laureles», es decir, «descuidarse o abandonarse uno en la actividad emprendida, confiando en los éxitos que ha logrado» .


936* Al apostolado vas a someterte, a anonadarte: no a imponer tu criterio personal.


Texto original en el Cuaderno IV, nº 206, fechado en 15-VII-1931. Dice así:
«Quien venga a la Obra de Dios ha de estar persuadido de que viene a someterse, a anonadarse: no a imponer su criterio personal, sino a aceptar una serie de disposiciones divinas, que ya están en curso, y directrices aprobadas, por quien, hasta ahora, puede hacerlo» .


937* Nunca seáis hombres o mujeres de acción larga y oración corta.


Punto procedente del Cuaderno IV, nº 341, texto fechado en 20-X-1931. Dice así:
«Señor, Jesús: que tus hijos no sean hombres de acción larga y oración corta».
«Acción larga y oración corta». Vid la fundamental doctrina de los p/81 y 82: este p/937 es una consecuencia.

938* Procura vivir de tal manera que sepas, voluntariamente, privarte de la comodidad y bienestar que verías mal en los hábitos de otro hombre de Dios.
Mira que eres el grano de trigo del que habla el Evangelio1. —Si no te entierras y mueres, no habrá fruto.


La historia redaccional de este punto es complicada, pero de sumo interés. He anticipado su análisis en IntrodGen III § 7.1.
El primer párrafo procede del Cuaderno IV, nº 322, texto fechado en 12-X-1931 .
«La nota que voy a apuntar es de formación personal, para los sujetos de la Obra de Dios: debemos vivir de tal manera que sepamos, voluntariamente, privarnos de la comodidad y bienestar, que no hubiéramos tenido en nuestra casa».
El segundo párrafo procede del mismo Cuaderno pero está escrito unos días antes: 30-IX-1931 (nº 302):
«Ya se dijo, pero bueno es volverlo a recordar, como lo hacíamos anoche con D. Norberto, que somos los primeros de la Obra de Dios el grano de trigo, de que habla el Evangelio. Si no nos enterramos y morimos, no habrá fruto. Expiación: ésta es la senda que lleva a la Vida».
Como se ve en apcrít el Autor refundió dos puntos del impreso de Cuenca al preparar el texto definitivo en Burgos.


939* Sed hombres y mujeres del mundo, pero no seáis hombres o mujeres mundanos.


Texto original en el Cuaderno III, nº 123, fechado en 9-XII-1930 .
«Estos días pasados he ido anotando unas cosas, que voy a apuntar aquí. –Por todo lo dicho hasta ahora, se ve con claridad que los hombres y mujeres de la Obra de Dios han de ser hombres y mujeres del mundo; nunca hombres y mujeres mundanos».

Con el estilo propio de C, este punto es, en su brevedad, expresivo, casi definitorio, de cómo el Autor entiende en 1930 lo que llamará el Concilio Vaticano II en 1964 la «índole secular» de los fieles corrientes, de los laicos . «Ser del mundo» como afirmación cristiana de las realidades humanas y del orden de la creación, y «ser mundano» como cesión ante la dinámica pecaminosa del «mundo», que no conoce a Dios (Jn 1, 10), y cuyas obras son malas (Jn 7, 7).
Este mensaje teológico llega al lector por la mediación de una tensión entre sinónimos, como ha puesto de manifiesto el lingüista alemán Hans-Martin Gauger :
«En cuanto a la frase de ‘Camino’, me refiero a mi teoría del ‘contexto sinonímico’, que saca a la luz las diferencias entre los sinónimos: aquí es entre ‘del mundo’ y ‘mundano’. Quiero decir que en otros contextos no sale necesariamente esta diferencia, muy importante en este caso para el autor, porque toda la frase depende de la diferencia entre ‘mundano’ y ‘del mundo’. Lo que muestra la sensibilidad lingüística del autor: oponiendo los dos sinónimos hace ver la diferencia, que es, para él, insisto, fundamental; ‘mundano’ no es sólo ‘del mundo’, lo podría ser en otros contextos, como ‘fraternal’ no es sólo ‘del hermano’» .


940 No olvides que la unidad es síntoma de vida: desunirse es putrefacción, señal cierta de ser un cadáver.


Texto procedente del Cuaderno V, nº 460, fechado en 8-XII-1931.
Como ya se dijo, esta consideración estaba repetida tanto en el impreso de Cuenca (Cec36/3) como en C (p/381). Vid com/381, donde se explica cómo en la 6ª edición el Autor preparó para ese punto un texto nuevo, permaneciendo inmodificado este p/940.

La unidad. «El Autor no hace con estas palabras una observación pragmática ordenada al logro de unos resultados concretos. Enuncia más bien un principio capital de su concepción del Cristianismo y el modo de encarnarlo» . Aquí el pensamiento abarca, a mi parecer, desde la unidad total de la Iglesia –somos un solo cuerpo, aunque seamos muchos, porque comemos un único Pan (1 Co 10, 17)– hasta la unidad de las obras apostólicas; lo que exige unidad de corazones, unidad operativa con la cabeza y con los hermanos. El tema se prolonga en el p/955. En todo caso, el propio Autor parece ofrecernos una exégesis de este p/240 en Forja, 631, que dice:
«Persuádete, hijo, de que desunirse, en la Iglesia, es morir».

El nuevo p/381, el incluido en la 6ª edición, también se mueve en esta línea. Vid en apcrít la forma redaccional de Apínt.


941* Obedecer..., camino seguro. —Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad. —Obedecer en tu apostolado..., el único camino: porque, en una obra de Dios, el espíritu ha de ser obedecer o marcharse.


La primera parte del punto (vid apcrít) es posterior en redacción a la segunda y procede del Cuaderno VI, nº 943, 9-III-1933 , que dice:
«Obedecer..., camino seguro. Obedecer ciegamente al Superior..., camino de santidad. Obedecer en la Obra de Dios..., es el único camino».
La segunda parte fue escrita el 1-VI-1932, y dice así:
«Ayer le dije a uno de los nuestros que el espíritu de los socios era obedecer o marcharse» .
De estos textos proceden las dos consideraciones de Cec que se citan en el apcrít y que, refundidas, dan origen al punto de C que comentamos.

«Ciegamente», en el sentido de «con una total confianza» , de «fiarse» –en el sentido bíblico– del director. Para situar bien la afirmación del Autor es interesante tener en cuenta que, en el Cuaderno, nuestro punto forma una unidad con el texto que inmediatamente le precede (que dará lugar al p/259) y dice así:
«¡Todavía los escrúpulos! Habla con sencillez y claridad a tu Director. Obedece... y no empequeñezcas el Corazón amorosísimo del Señor».
A continuación, el punto que comentamos. En ese contexto de «escrúpulos» es donde una indiscutida praxis de la vida espiritual exhorta a una obediencia «ciega» al Director. El Autor no utilizaba en otro contexto la expresión «obediencia ciega», pues podría entenderse como exhortación a un acto de la voluntad prescindiendo de la personal reflexión en orden a obedecer inteligentemente.
Vid cap «Obediencia» en su conjunto, pero especialmente com/617 y 619.


942* Ten presente, hijo mío, que no eres solamente un alma que se une a otras almas para hacer una cosa buena.
Esto es mucho..., pero es poco. —Eres el apóstol que cumple un mandato imperativo de Cristo.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 1076, texto fechado en 6-XI-1933 :
«Hijos míos: no somos unos cuantos que se reúnen a hacer una cosa buena: hemos de ser apóstoles que cumplen un mandato imperativo de Cristo».
A la vez que preparaba la edición de Cuenca escribía una Instrucción, que ya hemos citado varias veces. Allí se encuentra también, casi a la letra, el texto de Cec:
«Por consiguiente, no olvidéis, hijos míos, que no somos almas que se unen a otras almas, para hacer una cosa buena. Esto es mucho… pero es poco. Somos apóstoles que cumplimos un mandato imperativo de Cristo» .

La expresión «mandato imperativo de Cristo», en boca del Autor, designa el carácter de «vocación divina» que tiene la entrega al apostolado de que él habla, con un acento puesto en esa dimensión existencial de correspondencia, exigida por Dios, de la que habla San Pablo: es el «¡ay de mí si no evangelizara!»33b.

En este sentido, limitarse a hacer «una cosa buena», como versión rebajada de la llamada de Dios, es un riesgo que traía siempre en jaque a San Josemaría33c.


943* Que, tratándote, no se pueda exclamar lo que, con bastante razón, gritaba una determinada persona: «Estoy de honrados hasta aquí...» Y se tocaba en lo alto de la cabeza.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 832, texto fechado en 28-IX-1932 . Vid apcrít.
El Autor explica desde esta experiencia suya lo que se suele decir también con esta otra frase muy conocida: «Para aguantar a un santo hace falta otro santo». A veces, personas que pasan por muy cristianas y santas son en realidad, en su trato humano, sencillamente insoportables, hacen antipática la virtud. El mensaje es el que ya dio en el p/657: «La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre».


944* Has de prestar Amor de Dios y celo por las almas a otros, para que éstos a su vez enciendan a muchos más que están en un tercer plano, y cada uno de los últimos a sus compañeros de profesión.
¡Cuántas calorías espirituales necesitas! —Y ¡qué responsabilidad tan grande si te enfrías!, y —no lo quiero pensar— ¡qué crimen tan horroroso si dieras mal ejemplo!


Texto original en el Cuaderno V, nº 520, fechado en 28-XII-1931 , que dice así:

«El socio ha de prestar Amor de Dios y celo por las almas a los terciarios , que le correspondan conforme a nuestra organización, para que éstos a su vez enciendan a los circulistas de las actividades centrífugas , y cada circulista luego a sus compañeros de profesión. ¡Cuántas calorías espirituales necesita el socio! y ¡qué responsabilidad tan enorme para él, si se enfría! y –no lo quiero pensar– ¡qué crimen tan horrendo, si diera mal ejemplo!».
El mensaje y el tenor redaccional de este punto hay que ponerlo en relación con la doctrina del p/831, de posterior redacción.


945* Es mala disposición oír la palabra de Dios con espíritu crítico.


Texto original en Cuaderno VII, nº 1135, fechado en 11-II-1934, con idéntica redacción. Ese día transcribió tres futuros puntos de C .
El Autor subraya la actitud receptiva y confiada del creyente ante la Escritura Santa y derivadamente ante el Magisterio y la predicación oficial de la Iglesia. Oír la palabra de Dios, escucharla en el sentido bíblico, es estar rendido ante el Señor, como el pequeño Samuel: «Habla, Señor, que tu siervo escucha» (1 S 3, 9.10). El «espíritu crítico» –en el sentido que este término ha tomado en el lenguaje ordinario en España: espíritu de crítica, de «buscarle la vuelta» a las afirmaciones– arruina la escucha de la palabra de Dios, pues el oyente se erige así en juez del mensaje. Es lo contrario del discernimiento, que es poner el intelecto en la escucha para captar bien lo que el Señor me quiere decir.
El problema no es «moderno» sino tan antiguo como el Cristianismo. San Juan Crisóstomo lo había descrito en estos términos: «Los fieles no quieren escuchar al predicador con la disposición de ánimo con que se oye a un maestro, sino que en vez de sentirse discípulos, se sienten espectadores, como en los certámenes profanos» .

946* Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios —ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas— habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: habéis de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar, expiar y expiar.


Punto procedente del Cuaderno IV, nº 234, texto fechado en 19-VIII-1931 .
«Los hombres y mujeres de Dios, antes que sabios –ellas no hace falta que lo sean: nos conformamos con que sean discretas–, han de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: han de llevar un hábito invisible, que cubra todos y cada uno de sus sentidos y potencias: orar, orar y orar: expiar, expiar y expiar».
En la terminología de Apínt la expresión «los hombres de Dios» o «los hombres y las mujeres de Dios» es con frecuencia una manera de designar a los fieles del Opus Dei. Cuando esto es así, suele subrayar la expresión, como en este caso. Así pasó el texto al impreso de Cuenca. Al preparar C en Burgos dio con una expresión más amplia y elocuente, que transmite de manera directa el mensaje: «Si queréis entregaros a Dios en el mundo». Vid apcrít.

Por lo demás, este punto hay que ponerlo en estrecha relación con el p/332, que le precede inmediatamente en el Cuaderno. Fue, en efecto, escrito a renglón seguido de transcribir la frase del P. Sánchez, su confesor, que daría origen a ese punto («Al que pueda ser sabio no le perdonamos que no lo sea»; vid com/232). Como se ve por la secuencia de ambos en el Cuaderno, el p/946 tiene carácter de comentario, de reflexión puntualizadora: los hombres y las mujeres de Dios que puedan ser sabios deben serlo, ciertamente. Pero «antes que sabios»... hay algo más importante en su vida. Ese algo es el mensaje del punto: la primacía radical de la vida de la gracia y de la unión con Dios en la oración y en la expiación. Es algo que está por encima de toda ciencia humana.
«Ellas no hace falta que sean sabias». Expresión sumamente pegada a la realidad de la mujer en la época, en la que las jóvenes accedían escasamente a la Universidad. Ante una pregunta sobre el tema en 1972, Mons. Escrivá de Balaguer respondió:

«Cuando yo escribía eso tenía muy presente el ambiente de la universidad en el mundo. No lo cambio, quedará así, pero en este momento os debo una explicación: yo no tuve más que una condiscípula, que era parienta mía, por cierto; era la única que había en la universidad, en la Facultad de Derecho. Y había otra en Medicina […] No se comprendía en aquella época. Yo no he despreciado nunca a la mujer, hubiese sido despreciar a mi madre y a las vuestras y a la Madre de Dios. Yo tengo el concepto más alto de la mujer. Sé que podéis dar la vuelta a todas las criaturas que tenéis alrededor, si sois buenas cristianas y sois alegres, porque talento os lo ha dado muy grande Nuestro Señor. De modo que entiéndelo ahora de otra manera» .


Esa situación fáctica de la mujer en aquella época no era impedimento –en el pensamiento del Autor– para que las mujeres, igual que los hombres, pudieran santificarse en el ejercicio de la tarea humana, profesional y social que de hecho se ofrece en cada circunstancia histórica. Josemaría Escrivá no exigía a las mujeres que pudieran venir a la Obra un empeño inhumano por lograr ser «sabias» en aquellas circunstancias: si lo pueden ser, bien; pero «no hace falta». La dinámica de la sociedad ha llevado a la actual situación de presencia creciente, en todos los ámbitos de la cultura y de la ciencia, de las mujeres y, por tanto, de las mujeres del Opus Dei . Álvaro del Portillo, anotando este pasaje del Cuaderno IV, escribe: «Al leer nuestro Padre estas líneas, conmigo, comentó sonriendo: ‘Que me perdonen mis hijas, ahora que tengo no pocas sabias, esparcidas por el mundo’» .

Es interesante hacer notar que en el año 1932 el Autor tenía planteada, de manera personal, una cuestión semejante. En su Cuaderno anota un esquema de la conversación que quiere tener con su Director espiritual:
«Entre otras cosas, es preciso decidir mi actuación personal. Le diré mi modo de verla y espero que lo apruebe. Dos caminos se presentan: que yo estudie, gane una cátedra y me haga sabio. Todo esto me gustaría y lo veo factible. Segundo: que sacrifique mi ambición, y aun el noble deseo de saber, conformándome con ser discreto, no ignorante. Mi camino es el segundo: Dios me quiere santo, y me quiere para su Obra» .

El Autor de C se plantea, pues, una alternativa semejante a la de este p/946 y elige para sí lo mismo que considera entonces factible para las mujeres: se ve a sí mismo sacrificando su innata tendencia a la cátedra universitaria (sabio) en aras de su vocación a fundar el Opus Dei, conformándose con ser «discreto». La realidad de su vida muestra, por cierto, el alto concepto cultural y humano que tenía de ese ser «discreto» ; especialmente si se trata de mujeres, como explicaba, con humor, al día siguiente del encuentro ya citado:
«Realmente, una mujer discreta es una mujer que tiene discreción. Y poseer discreción es un modo teórico y práctico de tener la sabiduría46b. De modo que yo pienso que las mujeres nacéis siendo sabias. Por eso nos manejáis a los hombres de esa manera tan encantadora» .
Para Josemaría Escrivá la discreción, que en el binomio «sabios – discretos» parece indicar un nivel más «modesto» de «ciencia», es ante todo una rara e importante cualidad, que califica de «virtud de pocos» (p/652), y que es casi otra forma de nombrar a la prudencia, que es la reina de la «sabiduría». Muy certeramente la versión francesa ha captado esto que decimos al traducir en este p/946 el «basta que sean discretas» por «il suffit qu’elles soient prudentes».


947* Te pasmaba que aprobara la falta de «uniformidad» en ese apostolado donde tú trabajas. Y te dije:
Unidad y variedad. —Habéis de ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales especialísimas. —Y, también, tan conformes unos con otros como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo.


Punto procedente del Cuaderno V, nº 503, texto fechado en 24-XII-1931 .
«Otro punto: Unidad y variedad. La conclusión fue: los socios serán tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales y especialísimas: y tan conformes entre sí también como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo. Unidad y variedad serán las notas que calificarán la formación de los socios. D.O.G».
El texto del Cuaderno relata una de aquellas conversaciones de Escrivá con los primeros que se acercaban al Opus Dei, apenas naciente, y les iba exponiendo el espíritu que lo caracterizaba, provocando el diálogo y la adhesión consciente a aquellos principios fundamentales, de forma que podía relatarlo en su Cuaderno como «conclusión». El principio de unidad y variedad, tan característico de la eclesiología patrística y que tendrá en el Concilio Vaticano II una trascendencia tan grande para la autocomprensión de la Iglesia en su relación con el mundo, era un principio fundamental en la espiritualidad del Autor de C: la diversidad de opiniones de los fieles cristianos en todos los terrenos de la cultura junto a la más ferviente unidad en la doctrina de la fe católica.
«Unidad y variedad serán las notas que calificarán nuestra formación». El Autor prescindió en Cec, y derivadamente en C (vid apcrít), de esta última frase del texto de Apínt y de Cem32, que retoma el principio de unidad y variedad en cuanto normativo en la formación de los fieles del Opus Dei.
«Identificarse con Cristo». Esto es la santidad. El Autor ofrece ya aquí, en germen, su doctrina sobre el cristiano «ipse Christus», a la que hemos aludido en com/66. Vid la bibliografía sobre el tema allí citada.


948* Tú, hijo predilecto de Dios, siente y vive la fraternidad, pero sin familiaridades.


Punto procedente del Cuaderno VI, nº 950, texto fechado en 14-III-1933 .
«Vosotros, hijos predilectos de Dios en su Obra, sentid y vivid la fraternidad, pero sin familiaridades».
Es un punto prototípico de la labor redaccional del Autor a partir de las notas de su Cuaderno. Vid apcrít. Al velógrafo va el texto tal cual; al pasar al texto impreso elimina la alusión a «la Obra», pero mantiene el colectivo «vosotros». En C se sitúa ya en el tono característico del libro y de su acción pastoral: el íntimo diálogo de tú a tú.


949* Aspirar a tener cargos en las empresas de apostolado es cosa inútil en esta vida, y para la otra Vida es un peligro.
Si Dios lo quiere, ya te llamarán. —Y entonces deberás aceptar. —Pero no olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte, porque a eso has ido.


Otra experiencia de San Josemaría al frente del Opus Dei, que refleja la experiencia universal de la Iglesia y de sus instituciones y que propone a todos los lectores. Procede, como el anterior, del Cuaderno VI, nº 943, texto fechado –junto con otros doce futuros puntos de C– en 9-III-1933 :
«Aspirar a tener cargos dentro de la O. es cosa inútil en esta vida, y para la otra Vida es un peligro. Si Dios lo quiere, ya te llamarán. Y entonces deberás aceptar. Pero no olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte, porque a eso has venido».
«No olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte». Afirmación que trasciende el contexto inmediato de este p/949 para ser una fórmula sintética de los temas abordados en los p/832, 837 y 926. Vid los com a esos puntos.
Nótese el cambio de «venido» por «ido» que se señala en el apcrít, semejante al de p/592.


950* Si piensas que al trabajar por Cristo los cargos son algo más que cargas, ¡cuántas amarguras te esperan!


El Autor introduce después de esta secuencia de consideraciones del impreso de Cuenca dos puntos de nueva redacción: éste y el siguiente. Ambos tienen texto escrito sobre una octavilla perteneciente a la serie Lh, elaborada en la Legación de Honduras. No hay interrelación documental inmediata. En un guión de 1934 se lee este apunte:
«No hay cargos, pero hay cargas. Siempre voluntarias, y sin que hagan perder el tiempo de estudio» .


951* Hacer cabeza en una obra de apostolado es tanto como estar dispuesto a sufrirlo todo, de todos, con infinita caridad.


Vid lo dicho para el punto anterior. El punto refleja sencillamente la personal experiencia del Autor como Fundador del Opus Dei. Se remonta incluso a sus años de Inspector en el Seminario de Zaragoza, donde tenía un recordatorio de cartón, que había encontrado abandonado, con las palabras de San Pablo referenciadas en apcrít:
«Sobre mi mesa de trabajo me puse este recordatorio: caritas omnia suffert. Quería aprender a hacerlo todo por amor, y enseñarlo con el ejemplo a los seminaristas» .
El que «hace cabeza» tiene que estar dispuesto a esto, llenando su vida de oración y sacrificio por todos los que le están encomendados .
En C, como se ve, se usa con frecuencia la expresión castellana «hacer uno cabeza» en su sentido clásico: «Ser el principal en un negocio o grupo de personas» .


952* En el trabajo apostólico no se ha de perdonar la desobediencia, ni la doblez. —Ten en cuenta que sencillez no es imprudencia, ni indiscreción.


De nuevo un texto de la edición de Cuenca, procedente del Cuaderno V, nº 797, fechado en 28-VII-1932 (y precedido del p/409). Tenor literal:
«En la Obra de Dios no se perdonará la desobediencia, ni la doblez. Téngase en cuenta que sencillez no es imprudencia, ni indiscreción».
Estructura redaccional muy semejante a otros puntos de este cap, como hemos ido haciendo notar.


953* Tienes obligación de pedir y sacrificarte por la persona e intenciones de «quien hace Cabeza» en tu empresa de apostolado. —Si eres remiso en el cumplimiento de este deber, me haces pensar que te falta entusiasmo por tu camino.


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Re, probablemente en relación con la Carta circular que dirigió en enero de 1939 a todos los fieles del Opus Dei :
«’Fruto jugoso del entregamiento’ es el amor y la adhesión a la Cabeza de la Obra, manifestado con oración y mortificaciones diarias por la persona e intenciones de vuestro Padre».
Los que participan con sentido de «unidad» y de «comunión» en una «empresa de apostolado» –desde la Iglesia misma de Jesucristo, como tal, hasta la multiplicidad de sus formas organizativas en el ancho mundo– viven lo que el Autor acaba de decir en el p/951 (vid). Lo que se afirma ahora es una sencilla consecuencia de ese espíritu y es también un clamor para que no caiga «quien hace Cabeza» en el mal ejemplo a que se refiere el p/621. Un poco más adelante, el p/968 repetirá la misma doctrina desde la gozosa experiencia del Autor al verla vivir en la práctica.
«Hacer cabeza» (p/951). «Quien hace Cabeza» (p/953). El primero nombra el oficio, por eso la minúscula; el segundo nombra la persona con su oficio, por eso la mayúscula. Así lo entiendo.


954* Extrema el respeto al superior cuando te consulte y hayas de contradecir sus opiniones. —Y nunca le contradigas delante de quienes le estén sujetos, aunque no lleve razón.


La primera frase (954a) procede del Cuaderno VI, nº 1063, escrito en 17-X-1933 :
«Extrememos el respeto al Superior, cuando nos consulte, y hayamos de contradecir sus opiniones. –D.O.G.» .
La segunda (954b) es del Cuaderno VII, nº 1105, 7-I-1934 :
«Nunca contradigas al Superior delante de sus inferiores, aunque no lleve razón».
En la edición de Cuenca eran las dos frases dos puntos autónomos, pero consecutivos. Vid apcrít.

955* En tu empresa de apostolado no temas a los enemigos de fuera, por grande que sea su poder. —Éste es el enemigo imponente: tu falta de «filiación» y tu falta de «fraternidad».


Texto transcrito en Burgos sobre una octavilla Re, a la vez que va escribiendo la Carta circular citada en com/953. En la carta se lee:
«¿Obstáculos? No me preocupan los obstáculos exteriores: con facilidad los venceremos. No veo más que un obstáculo imponente: vuestra falta de filiación y vuestra falta de fraternidad, si alguna vez se dieran en nuestra familia» .
El desarrollo del tema en esta carta da buena idea de qué obstáculos –qué «enemigos»– son los que no debe temer el cristiano. Vid texto en com al punto siguiente. De un modo o de otro, la tradición cristiana había ido señalando este «doble nivel» de obstáculos a la eficacia apostólica. San Juan Crisóstomo lo expresaba así: «Lo que hay que temer no es que se os maldiga, sino que aparecierais envueltos en la común hipocresía: entonces sí que os habríais vuelto insípidos y seríais pisoteados por la gente» .
«Enemigo imponente». En Txm el Autor recupera el calificativo de la carta circular, probablemente porque «poderoso» ya se usa en el siguiente punto.


956* Entiendo bien que te diviertan los desprecios que te hacen —aunque vengan de enemigos poderosos—, mientras sientas la unión con tu Dios y con tus hermanos de apostolado. —¿A ti, qué?


Texto escrito también en una octavilla Re y –todo parece indicarlo– a renglón seguido del p/955. El nuevo punto se inspira, en efecto, en la continuación de la carta:
«Todo lo demás (escasez, deudas, pobreza, desprecio, calumnia, mentira, desagradecimiento, contradicción de los ‘buenos’, incomprensión y aun persecución de parte de la autoridad) todo, no tiene importancia, cuando se cuenta con Padre y hermanos, unidos plenamente por Cristo, con Cristo y en Cristo. No habrá amarguras, que puedan quitarnos la dulcedumbre de nuestra bendita Caridad» .

El matiz de considerar «divertidos» los desprecios es muy característico del espíritu que vivía el Autor y transmitía a los demás. Ya se ha dicho que Josemaría Escrivá no quería tener enemigos personales, sólo quería tener amigos (vid p/838). La expresión «enemigos poderosos» hay que entenderla a partir de ahí: quiere subrayar la capacidad de perjudicar el proyecto apostólico que, en principio, podrían tener esas personas. Y sin embargo, al Autor le «divierte» el desprecio de esas personas tan importantes. La razón es su total confianza en Dios. Ya en p/478 había prevenido al lector de andar ¡a estas alturas! buscando «los consuelos de los poderosos».
Sobre la «contradicción de los buenos», vid com/695.


957* Con frecuencia comparo la labor de apostolado con una máquina: ruedas dentadas, émbolos, válvulas, tornillos...
Pues, la caridad —tu caridad— es el lubricante.


Texto escrito sobre una octavilla Bl. Efectivamente, esa comparación aparece con frecuencia en su predicación y en otros puntos del libro. Vid, por ej, p/830 y su com. El símil de la caridad como lubricante no lo he encontrado en otros lugares del Autor de C .
958* Deja ese «aire de suficiencia» que aísla de la tuya a las almas que se te acercan. —Escucha. Y habla con sencillez: sólo así crecerá en extensión y fecundidad tu trabajo de apóstol.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, caligrafía, pluma y tinta idénticas a la de los otros p/953, 955 y 956. No conozco interrelación documental.


959* El desprecio y la persecución son benditas pruebas de la predilección divina, pero no hay prueba y señal de predilección más hermosa que ésta: pasar ocultos.


Como último punto del cap sitúa el Autor éste, que escentral en su visión cristiana de la vida o, si se prefiere, en su espiritualidad. Es antiguo. Proviene del Cuaderno V, nº 581, texto de 24-I-1932, día en que también escribió el p/391.

«Otros institutos tienen, como una bendita prueba de la predilección divina, el desprecio, la persecución, etc. La Obra de Dios tendrá esto: pasar oculta».
Ya se ve, por el texto del Cuaderno, el carácter radical que tenía su concepción de la secularidad cristiana –naturalidad, sencillez, ser uno más, pasar oculto, «Deo omnis gloria»...– a la hora de comprender la Obra que Dios le había hecho ver. Sobre el tema «pasar oculto» vid com/647 e Introd a cap 41.

 

 

Al reelaborar el texto, el Autor señaló, sobre su ejemplar de Cec, el contenido textual que debía integrar el nuevo cap «El Apóstol». Para ello numeró del 1 al 25 las veinticinco consideraciones asignadas. Al estudiarlas más despacio, refundió seis de ellas en tres (los actuales p/938, 941 y 954; vid apcrít de estos puntos) y trasladó otras tres (los actuales p/960, 961 y 969) al siguiente cap, que conserva el título original, pero que es todo de Burgos, menos estos tres puntos. Quedaron, pues, para este cap los diecinueve puntos de Cuenca que hoy se leen en él.
929 Apínt Cem33/322 Cec/94.4-Ceb/393
Futuros puntos de C transcritos ese día: 929, 600, 842.
Vid com/301 y estudios citados ibidem nt 8. Vid también com/11 y p/786.
930 Msb ||| Alma de apóstol: primero, tú Msb add] Primero, tu alma Msb add del ||¿pues no Msb add] ¿no Msb del || No suceda Txm add autogr] No vaya a ser Msb Txm del |||| 1 Mt 7, 22-23 | 2 1 Co 9, 27
931 Msb ||| diablos Msb add] demonios Msb del || hierros] praec gr[illos?] Msb del
EjEsp, Meditación «Dos banderas. Genio militar de San Ignacio», Vitoria 21-VIII-1938; guión nº 83.
Ejercicios, 136; BAC 245, 1965, pg 51. El pasaje referente al «mortal enemigo» es éste (Ejercicios, 140-142; ibidem, pgs 52s): «1º puncto. El primer puncto es imaginar así como si se asentase el caudillo de todos los enemigos en aquel gran campo de Babilonia, como en una grande cáthedra de fuego y humo, en figura horrible y espantosa. 2º puncto. El 2º: considerar cómo hace llamamiento de inumerables demonios y cómo los esparce a los unos en tal ciudad y a los otros en otra, y así por todo el mundo, no dexando provincias, lugares, estados, ni personas algunas en particular. 3º puncto. El 3º: considerar el sermón que les hace, y cómo los amonesta para echar redes y cadenas; que primero hayan de tentar de cobdicia de riquezas, como suele, ut in pluribus, para que más fácilmente vengan a vano honor del mundo, y después a crescida soberuia; de manera que el primer escalón sea de riquezas, el 2º de honor, el 3º de soberuia, y destos tres escalones induce a todos los otros vicios».
932 Apínt Msb ||| patentes e innegables Msb add] innegables y patentes Msb del
De las notas anteriores de ese día procede el p/250 y de las posteriores el p/438.
La cursiva es del original. Todo hace pensar que ese punto de C es el que provoca la reacción de Vicente Rodríguez Casado que da origen al p/305. Vid com a este punto.
933 Msb
EjEsp, Meditación «Amor de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 113.
En los EjEsp que predicó a los seminaristas de Valencia en 1940 se refirió a este punto en una de las meditaciones: «Una vez un sacerdote estaba administrando la Sagrada Comunión a un grupo de almas escogidas y, con ese trato razonable del sacerdote con su Dios, su alma, amiga de Jesús, contemplativa, estaba en coloquio con su Redentor. A la vez que pronunciaba las palabras que la Iglesia pone en labios del sacerdote cuando administra la comunión, decía: Jesús, yo te quiero mucho. ¿Más que éstos?, le dijo el Señor, pues, obras son amores. —Hijo mío, que tú y yo le queramos. Pero, obras. Si no mejoramos, si nuestra conducta es como siempre, si no estudias, si no rechazas las tentaciones, si no purificas tu intención, si no piensas en las almas: ¡ay!» (EjEsp, Meditación 5.2, Valencia 7-XI-1940; notas de D. Vicente Moreno; AGP, sec A, leg 100-38, carp 1, exp 18). Como se ve, Moreno no recogió con exactitud el diálogo del Autor con el Señor; sí la idea. Sobre este documento, vid com/704 nt 52.
En el Convento de Santa Isabel, como era lo más normal entonces, las monjas comulgaban fuera de la Misa; concretamente, antes, como dice San Josemaría en el texto y unos días después en su Cuaderno: «Esta mañana, al cerrar el Sagrario después de la Comunión y antes de comenzar la Santa Misa [...]» (Cuaderno V, nº 724, 13-V-1932). Una anotación de unos meses antes, siempre en Santa Isabel: «Le he dicho varias veces a la Tornera que, cuando yo comulgo, como ellas ya han dado gracias porque les administro la sagrada Comunión antes de la Misa, le diga en mi nombre a Jesús cuánto le quiero» (nº 464, 10-XII-1931). Josemaría Escrivá seguía la praxis recibida. Como sabemos él pensaba en este punto muy de otra manera (vid com/536).
Era, en efecto, un pensamiento que le suscitaba de tiempo atrás la contemplación de una comunidad orante: «Cuando veo una comunidad de religiosas orando, le digo a Jesús: no sé lo que te querrán éstas, pero yo te quiero más que todas juntas» (Cuaderno IV, nº 421, 29-XI-1931).
Cuaderno V, nº 606, 16-II-1932. «tu borrico»: el propio Autor; vid sobre el tema com/420, 606 y 998.
Sobre el tema vid VÁZQUEZ DE PRADA, I, pgs 416-418.
Cuaderno VI, nº 912, 20-I-1933. Una nota posterior del Autor añade: «Por ahora hace un año».
Cuaderno VII, nº 1120, 20-I-1934. Dice aquí que las palabras fueron oídas «al dar la comunión». En el relato de 1932 dice «después de dar la sagrada Comunión». El relato que recoge D. Vicente Moreno (EjEsp, Meditación 4.2, Valencia 2 a 9-XI-1940; AGP, sec A, leg 100-38, carp 1, exp 18) muestra cómo las dos versiones que da el Autor en sus Apuntes son la misma: San Josemaría iba repitiendo en su corazón el «te amo más que éstas» después de dar la comunión a cada monja y pronunciar las palabras rituales.
Javier ECHEVARRÍA, Memoria del Beato Josemaría Escrivá, 2000, pg 183; la cursiva es del original.
Félix Lope de VEGA Y CARPIO, Famosa comedia de Obras son amores. En ella se encuentran estas dos formulaciones del refrán en el diálogo entre Felisardo y Laura: «Creedme que estoy corrida, / y no porque me mouió / interés para quereros, / mas porque hablando los dos / en cosas de amor, jamás / obras el vuestro mostró, / que obras, señor, son amores, / que buenas razones no» (Escena 3, lín 711). «Tu le verás en mis obras, / pues como me dizes oy, / está el amor, Laura, en ellas, / que en buenas razones no» (Escena 3, lín 743). El mismo Lope de Vega en el Soliloquio IV, estrofa 3ª, confesando sus pecados, dice: «Yo pensaba que os amaba | no más porque os quería: | quien tales obras hacía | lejos de amaros estaba. || Deciros amores yo, | ¿qué importa en tantos errores? | Obras, Señor, son amores, | que buenas palabras, no» (Félix Lope DE VEGA Y CARPIO, Soliloquios amorosos de un alma a Dios, Sol. VII; Mª Antonia SANZ CUADRADO (ed.), Castilla, Madrid 1948, pg 109). Vid com/477.
934 Msb Srt ||| divina de apóstol Txm add C] divina Msb Srt] || Maestro;] Maestro: Msb Srt || almas;] almas: Msb Srt
EjEsp, Plática «Espíritu apostólico», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 111. Este punto entró en el «sorteo de patronos» de que se habla en com/305. Se conserva el autógrafo, que le tocó a Enrique Espinós (AGP, sec A, leg 54, carp 3, exp 2).
935 Apínt Cec/94.6-Ceb/395
Futuros puntos de C transcritos ese día: 935, 228, 692.
DRAE, 21ª ed, 1992, II, pg 1235, voz «laurel».
936 Apínt Cem32/226 Cec/96.4-Ceb/403 ||| Al apostolado vas] A la Obra de Dios vienes Cem || no a] no, a Cec
En Instrucción, 1-IV-1934, nº 17 ya había utilizado este punto de su Cuaderno: «No olvidéis indicar a esa alma bien dispuesta, que quien venga a la Obra de Dios ha de estar persuadido de que viene a someterse, a anonadarse: no, a imponer su criterio personal. En una palabra: que ha de decidirse a hacerse santo».
937 Apínt Cem32/230 Cec/96.6-Ceb/405
938 Apínt Cem32/225.236a Cec/97.5-Ceb/414 y Cec/96.9-Ceb/408 ||| Procura... de Dios Cec/97.6-Ceb/408 C] Debemos vivir de tal manera que sepamos, voluntariamente, privarnos de la comodidad y bienestar que no hubiéramos tenido en nuestra casa Cem 32/225 || Mira que... fruto C] Somos el grano de trigo de que habla el Evangelio. Si no nos enterramos y morimos, no habrá fruto Cem32/236a Cec/96.9-Ceb/414 |||| 1 Jn 12, 24
A continuación escribió el p/914.
En ese día transcribió el p/210.
939 Apínt Cem32/238 Cec/97.1-Ceb/410 ||| Sed] Los hombres y mujeres de la O. han de ser Cem || pero no seáis] nunca Cem
Futuros puntos de C transcritos ese día: 939, 128, 551.
«Laicis indoles saecularis propria et peculiaris est» (CONC VATICANO II, Const Lumen Gentium, nº 31). Esta «índole secular» fue objeto de una detenida consideración por el Papa Juan Pablo II en la Exhortación postsinodal Christifideles laici, 30-XII-1988, nº 15: «La condición eclesial de los fieles laicos se encuentra radicalmente definida por su novedad cristiana y caracterizada por su índole secular»; AAS 81, 1 (1989) 416 (cursiva en el original). El Autor recoge en Forja, 569, la doctrina –y las fórmulas– de C p/939 para grabarlas, de la manera más personal, en el lector: «Óyeme bien: estar en el mundo y ser del mundo no quiere decir ser mundanos».
Vid Hans-Martin GAUGER, Durchsichtige Wörter. Zur Theorie der Wortbildung, C. Winter, Heidelberg 1971, pg 96. Gauger toma este punto de C, junto al pasaje que allí cita de la famosa «Oraison funèbre» de Bossuet, como prototipos de su teoría del «contexto sinonímico».
Respondía así a una consulta mía. Continúa el ilustre filólogo: «En español se distingue ‘fraternal’ y ‘fraterno’, pero en francés hay sólo ‘fraternel’, con los dos sentidos según el empleo: ‘la chaleur fraternelle’ y ‘la maison fraternelle’, en el último caso el adjetivo designa sólo una relación y no una calidad intrínseca de la casa, que es sencillamente ‘la del hermano’» (Carta de Hans-Martin Gauger a Pedro Rodríguez, Freiburg 27-III-2001).
940 Apínt Cem32/227 Cec/97.2-Ceb/411 ||| No olvides] No olvidemos Cec | No olviden los socios Apínt | [Vid apcrít de p/381]
José MORALES, «Introducción» a Estudios sobre ‘Camino’, 1988, pg 21. Esta «Introducción» en realidad es un penetrante estudio sobre la tensión del hombre hacia la «unidad» de su ser y de su vida, que sólo se encuentra en Dios. «Tema central de ‘Camino’ –escribe Morales– es también la unidad del hombre bajo los efectos saludables de la gracia divina. ‘Camino’ entiende al hombre como lugar vivo de unidad, como persona que ha de buscar siempre la unidad que inicialmente no es y que debe llegar a ser» (ibidem).
941 Apínt Cem32/245 Cem33/332 Cec/100.3-Ceb/428 Cec/101.5-Ceb/436 ||| en tu apostolado …,] en la O. de Dios Cem33/332 || porque, en una obra ... marcharse] En una obra ... marcharse Cec/100.3-Ceb/428 | El espíritu de la O. es obedecer o marcharse Cem32/245
Futuros puntos de C transcritos ese día: 922, 522, 738, 258, 259, 941a, 949, 265, 80, 79, 189, 559, 90.
Cuaderno V, nº 747. Vid también texto citado en com/609 nt 59.
Lo entendió bien el traductor alemán: «mit rückhaltlosem Vertrauen gehorchen», con una confianza sin reservas.
942 Apínt Cec/97.5-Ceb/413 ||| almas] almas, Cec Txm
Futuros puntos de C transcritos ese día: 471, 552, 553, 455, 23, 290, 942.
Instrucción, 19-III-1934, nº 27; la cursiva es del original.
33b «Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio! Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago por mandato, es una misión que se me ha confiado» (1 Co 9, 16s).
33c A propósito de la dura penitencia que hacía y que trataban de impedírsela, hubo de escribir en 1938: «Conste que yo –aunque no tengo en Burgos Director [se confesaba con el P. López Pérez, C.M.F., y con D. Saturnino Martínez, sacerdote secular] – nada he de hacer que suponga abiertamente peligro para la salud: no puedo, sin embargo, perder de vista que no estamos jugando a hacer una cosa buena..., sino que, al cumplir la Voluntad de Dios, es menester que yo sea santo, ¡cueste lo que cueste!,... aunque costara la salud, que no costará» (Carta de Josemaría Escrivá a Juan Jiménez Vargas, Burgos 30-IV-1938; EF 380430-1).
943 Apínt Cem32/234 Cec/98.2-Ceb/417 ||| tratándote] tratándonos Cec | tratando a los nuestros Apínt Cem || honrados hasta aquí...»] honrados hasta aquí»... Apínt Cem
Futuros puntos de C transcritos ese día: 452, 132, 225, 450, 943, 14, 960.
944 Apínt Cem32/239a Cec/98.4-Ceb/419 ||| muchos más] muchos Cem || —Y] —y Cec || grande] grande, Cec Txm | enorme para ti, Cem || enfrías!, Txm] enfrías! Cec || horroroso] horroroso, Txm Cec | horrendo, Cem || [Cem32/239 se prolonga con el texto que pasará a ser C p/852]
Futuros puntos de C transcritos ese día: 920, 268, 5, 944, 186.
Así designaba entonces a los fieles del Opus Dei que después se llamarían Supernumerarios (también hablaba de «tercer grado»: vid supra com/915). En cuestiones terminológicas el Autor echaba mano de lo que podía y de lo que había disponible y de lo que era de alguna manera inteligible para los que le escuchaban. Sobre el tema vid A. de FUENMAYOR, V. GÓMEZ-IGLESIAS, J. L. ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, 1989, passim.
Los que hoy se llaman Cooperadores del Opus Dei. Lo de «actividades centrífugas» era una manera gráfica de explicar la connatural apertura apostólica de los fieles del Opus Dei
y de los Centros de la Prelatura. Después usó poco esta expresión –yo no se la he oído nunca– y hablaba más de «abrirse en abanico», en todas direcciones, como los dedos de la mano.
945 Apínt Cec/99.2-Ceb/422
Son: 712, 619, 945.
San JUAN CRISÓSTOMO, Sobre el sacerdocio, lib V, 1; BAC 169, 1958, pg 717.
946 Apínt Cem32/242 Cec/100.1-Ceb/426 ||| Si queréis entregaros a Dios en el mundo Txm ] Si sois «hombres y mujeres de Dios» Ceb add autogr | Los «hombres y mujeres de Dios» Cec || que sean sabias: basta Txm] que lo sean: nos conformamos con Cec || habéis de ser Txm] han de ser Cec || habéis de llevar] han de llevar Cec || un manto] un hábito Cem || vuestros] sus Cec
Futuros puntos de C transcritos ese día: 367, 332, 946, 398.
Notas de un coloquio con mujeres, Madrid 27-X-1972; AGP, sec A, leg 51.
Cuando escribe estas consideraciones de hecho todavía no pertenecía al Opus Dei ninguna mujer.
Vid en este sentido La mujer en la vida del mundo y de la Iglesia, entrevista realizada al Autor por Pilar Salcedo en 1968, publicada en Telva (Madrid) el 1-II-1968, e incluida en Conversaciones, nn 87-112.
Álvaro del Portillo, nt 254 a Apínt.
Cuaderno V, nº 678, 3-IV-1932; la cursiva es mía.
El Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española, 2ª edición, Madrid 1732, definía así la palabra «discreto»: «Cuerdo, de buen juicio, que sabe ponderar y discernir las cosas, y darle a cada una su lugar».
46b El Autor se mueve en el uso de la palabra que tenían los clásicos españoles, especialmente Cervantes: «la más hermosa y más discreta mujer del mundo...» (CERVANTES, Don Quijote de la Mancha, Parte I, cap 24; pg 268); «el paje era muy discreto y agudo...» (ibidem, Parte II, cap 50; pg 1036). «Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse». Así comienza Cervantes el prólogo del Quijote (ibidem, pg 9). En ese clima se mueven las dos primeras acepciones de «discreción» en la edición 21ª del DRAE (1992): 1ª: «Sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar»; 2ª: «Don de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad».
Notas del citado coloquio con mujeres, Madrid 28-X-1972; AGP, sec A, leg 51.
947 Apínt Cem32/244 Cec/100.2-Ceb/427 ||| [En Txm los dos párrafos de este número tienen una secuencia en orden inverso. El Autor indica con los números 2 y 1 el nuevo orden y escribe al margen: «Comenzar por el párrafo 1. Después el 2». Esta inversión comportaba reelaboración, que describimos] || Te pasmaba... Y te dije Txm add autogr] Esto te dije, cuando te pasmaba que me pareciera bien la falta de «uniformidad», en ese apostolado donde tú trabajas Txm || —Habéis de ser] Seremos Cem || Y, también, tan conformes unos con otros] y tan conformes también unos a otros Cem || con Cristo.] seq Unidad y variedad serán las notas que calificarán nuestra formación. Cem
En el Cuaderno precede a este punto el texto que dará origen al p/394.
948 Apínt Cem33/948 Cec/100.4-Ceb/429 ||| Tú] Vosotros Cec || hijo predilecto] hijos predilectos Cec || Dios] seq en su O. Cem || siente y vive] sentid y vivid Cec
Futuros puntos de C transcritos ese día: 948, 177, 249.
949 Apínt Cem33/261 Cec/101.4-Ceb/435 ||| en las empresas de apostolado] dentro de la O. Cem || has ido] has venido Cec
Son: 922, 522, 738, 258, 259, 941a, 949, 265, 80, 79, 189, 559, 90.
950 Msb ||| que al] que al, Msb Txm || Cristo] Cristo, Msb Txm
Guión 1º de los preparados por el Autor en 1934 para las clases o círculos de San Rafael (AGP, sec A, leg 50-13, carp 4, exp 1). Vid com/474 nt 17.
951 Msb ||| cabeza] cabeza, Msb Txm || apostolado] apostolado, Msb Txm |||| 1 cfr 1 Co 13, 7
Ramón HERRANDO, Los años de seminario de Josemaría Escrivá en Zaragoza (1920-1925). El seminario de S. Francisco de Paula, Rialp, Madrid 2002, pg 185, que remite a las Declaraciones procesales de Álvaro del Portillo (pg 183) y de Javier Echevarría (pg 228) citadas respectivamente en com/557 y com/896.
El Autor sabe que podría no estarlo y actuar como lamenta en el p/621: «¡Qué lástima que quien hace cabeza no te dé ejemplo!...». Es el constante contrapunto de la libertad mal usada.
Vid también p/53, 371, 953 y 968.
DRAE, 15ª ed (1925) y 19ª ed (1970) en la voz «Cabeza».
952 Apínt Cem32/241 Cec/101.6-Ceb/437 ||| En el trabajo apostólico no se ha de perdonar] En la Obra de Dios no se perdonará Cem || apostólico] apostólico, Cec || Ten] Téngase Cec
953 Msb ||| «quien hace Cabeza»] quien hace Cabeza Msb
Burgos 9-I-1939; EF 390109-1.
954 Apínt Cec/102.1.2-Ceb/438.439. ||| Extrema ...cuando te… y hayas] Extrememos ... cuando nos … y hayamos Cec || Y nunca le contradigas] Nunca contradigas al Superior Cec
Futuros puntos de C transcritos ese día: 105, 711, 954a.
Sobre esta sigla, vid com/11.
Futuros puntos de C transcritos ese día: 441, 954b 693, 287, 131, 288, 440, 715, 436.
955 Msb ||| apostolado] apostolado, Msb Txm || imponente Txm] poderoso Msb
Carta circular de Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei, Burgos 9-I-1939; EF 390109-1.
San Juan CRISÓSTOMO, Homilías sobre San Mateo, 15, 7; BAC 141, pg 289.
956 Msb
Carta circular de Josemaría Escrivá a todos los fieles del Opus Dei, Burgos 9-I-1939; EF 390109-1.
957 Msb ||| la labor Txm add autogr] una labor Txm del | una empresa Msb || émbolos] seq tornillos Msb del
San Agustín, en sus Tratados sobre el Evangelio de San Juan, 6, 20 (BAC 139, 1955, pg 190) ya comparaba la caridad y el aceite, pero con una simbología muy diversa: la caridad,
explica Agustín, es como el aceite entre los líquidos que se echan en una vasija: no se la puede sumergir, «necesse est ut ad superna emineat», siempre sube hacia arriba, porque es la más excelente de las virtudes, el camino «supereminente» como dice San Pablo (1 Co 12, 31).
958 Msb ||| suficiencia»] suficiencia», Msb Txm || Escucha. Y Txm] Escucha, y Msb || trabajo Txm] labor Msb
959 Apínt Cem32/246 Cec/102.3-Ceb/440 ||| El desprecio ... ocultos] Otros institutos tienen, como una bendita prueba de predilección divina, el desprecio, la persecución, etc. La Obra de Dios tendrá esto: PASAR OCULTA Cem