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Capítulo
Punto 659
Alegría · Punto 659

La alegría que debes tener no es ésa
que podríamos llamar fisiológica,
de animal sano,
sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo
y abandonarte
en los brazos amorosos de nuestro Padre-Dios.

Comentario

Murillo: Muchacha con su dueña

Éste es el tercer punto procedente de la edición de Consideraciones Espirituales que se hizo en Cuenca.

La matriz está en el Cuaderno IV, nº 350, 26-X-1931 [1], en el que San Josemaría nos hace una confidencia personal:

«Generalmente, me da Jesús la Cruz con alegría –cum gaudio et pace–, y Cruz con alegría... no es Cruz. Yo, por mi naturaleza optimista, he tenido habitualmente una alegría, que podríamos llamar fisiológica, de animal sano; no es ésa la alegría a que me refiero, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarse en los brazos amantes del Padre-Dios. Cuando flaquea este abandono, perdida entonces la alegría, siento el peso de la Cruz» [2].

Esta «consideración» es, de alguna manera, la respuesta de San Josemaría a la cuestión existencial de vero gaudio, que hizo célebre San Agustín en el libro VI de las Confesiones: «Interest unde quis gaudeat» [3].

 



[1] Futuros puntos de Camino transcritos ese día: 659, 426, 417, 393.

[2] El texto pertenece al que he llamado nivel b de los Apuntes íntimos. Como vemos, es claro e inequívoco el origen de este punto. Jiménez Vargas, que nos ha brindado datos tan precisos en su Relato del 77, se confunde cuando escribe en la página 15, refiriéndose a este punto 659:

«Las largas temporadas que pasé al lado del Padre en la época roja, me hicieron comprender que el Padre constantemente se esforzaba –y creo que lo conseguía– por conservar la alegría en medio de situaciones en las que la alegría parecía humanamente imposible. Por eso me parece que puse por escrito esta idea, o una cosa muy parecida, en una carta a Burgos, como reconociendo todo aquello, y para que el Padre viese que había aprendido la lección».

Ciertamente la había aprendido, ya que Jiménez Vargas había leído ya ese punto en ¡Consideraciomes Espirituales y antes en las cuartillas a velógrafo!

Bernal, siguiendo a Jiménez Vargas, comete la misma equivocación (S. Bernal, Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, 6ª ed, Rialp, Madrid 1980, pg 247).

[3] Confessiones, lib 6, 6, 10; BAC 11, 4ª ed, 1963, pg 233.