Menú
Capítulo
Punto 417
Amor de Dios · Punto 417

¡No hay más amor
que
el Amor!

Comentario

Ya desde Consideraciones Espirituales este capítulo se abría con este punto, que constituye un verdadero lema para San Josemaría testificado en muchos lugares.

El origen de este punto se encuentra en el Apunte nº 351 del Cuaderno IV de Apuntes íntimos, que San Josemaría fechó el 26-X-1931 [1]:

«En Cristo tenemos todos los ideales: porque es Rey, es Amor, es Dios. –¡No hay más amor que el Amor!».

Vuelve a escribir est¡tas palabras en numerosas ocasiones, tanto en castellano como en latín. Así concluye el Cuaderno de Apuntes íntimos que escribió durante su estancia en la Legación de Honduras (nº 1394, 28-V-1937):

«Non est amor nisi Amor!» [2].

Había escrito en el guión de una meditación, pocos días antes:

«Creamos y esperemos en El y amémosle, con un amor fuerte que haga verdadera en nosotros nuestra afirmación de siempre: non est amor, nisi Amor» [3].

Son especialmente interesantes las dos anotaciones que hizo en el ejemplar que usaba del Decenario al Espíritu Santo, de Francisca Javiera del Valle [4]:

En la primera anotación escribió esta exclamación dentro de esta frase del libro:

«Esto es lo más grande que podemos pedir y desear; por ser El la única cosa digna de ser amada y apetecida» [5].

En la segunda anotación, la puso, después de haber acotado estas frases del Decenario:

«Acuérdate, bondad suma, que el Criador nos dio un corazón para amar y ser amados, y no hallan sino amores falsos, fingidos y rastreros. Demuéstrales este tu amor, puro, casto, desinteresado, fuerte, dulce, afable, consolador, constante, duradero, que se dilata más y más cada día, que ni la muerte les separa...» [6].

José Luis Múzquiz, uno de los tres primeros fieles laicos del Opus Dei que recibieron la ordenación sacerdotal, rememora su primer encuentro con San Josemaría en la Residencia de Ferraz en 1935.


San Josemaría y José Luis Múzquiz

Estuvieron hablando, al comienzo, brevemente, del horizonte apostólico de la profesión.

«Inmediatamente después –escribe Múzquiz– el Padre me dijo: 'No hay más amor que el Amor: los otros son amores pequeños'. Se veía que le salía del fondo del alma, de un alma enamorada de Dios. Los circuitos mentales que yo tenía terminaron entonces de fundirse» [7].

Cuando se encontraba refugiado en la Legación de Honduras de Madrid, en junio de 1937, San Josemaría aconsejaba durante una meditación ponerse «unas anteojeras, como las de los borricos, para no mirar más que el camino».

Y continuaba:

«¡Un camino! Pero, en las lindes, ¡cuántos atractivos!, que, si muchas veces no llevan al descamino, por lo menos retardan y obstaculizan la marcha... Por eso, ¡qué seguro es tener esta idea madre: ¡no hay más amor que el Amor!» [8].

Muchos años después, durante un encuentro de catequesis, en 1972, le preguntaron directamente por el sentido de esta expresión. Una persona le dijo:

-¿Querría explicarnos ese punto de Camino que dice: no hay más amor que el Amor?

San Josemaría contestó:

-Sí, hijo mío, ¡cómo no! Si tú amas a Dios, todos los amores tuyos en la tierra serán estupendos. Pero yo no sé qué quiere de ti Dios Nuestro Señor: a unos, les pide que formen un hogar; a otros, que no lo formen, sino que tengan por hogar el mundo entero, y se sacrifiquen gustosamente por los demás.

De todas maneras, cualquiera que sea el camino tuyo, es un camino de Amor, con mayúscula. Y así, los otros amores no pondrán tristeza en tu alma, sino que la llenarán de alegría [9].

Este punto 417 guarda estrecha relación con punto 171. Leer a este propósito los comentarios a los puntos 426 y 668.

El fondo de la enseñanza espiritual de este punto es agustiniano. Escribía San Agustín:

«¿Qué me dice el oro? Ámame. Pero ¿qué me dice Dios? Usaré de ti, y de tal modo te usaré que no me poseas y me separes de ti. Toda otra cosa que me dice: Ámame, ¡es criatura! Yo amo a mi Creador. Es bueno lo que hizo, pero ¡cuánto mejor es quien lo hizo! Aún no veo la belleza del Creador, sino la ínfima belleza de las criaturas. Pero creo lo que no veo, y creyendo amo, y amando... veo» [10].



[1] Futuros puntos de Camino transcritos ese día: 659, 426, 417, 393.

[2] En el Cuadernillo-agenda 1º de Burgos, hoja 2v escribió: «Non est amor nisi AMOR».

[3] Predicación en la Legación de Honduras en Madrid, «Surge et ambula», 21-V-1937, Viernes de las Témporas de Pentecostés, pg 89-91; XIII.

[4] Vid comentario al punto 57.

[5] Decenario al Espíritu Santo, 1932, pg 88; Patmos 35, pg 98; Logos 52, pg 146.

[6] Ibidem, pg 102; Patmos 35, 112; Logos 52, pg 161.

[7] José Luis Múzquiz, Relato testimonial cronológico, pg 9; AGP, sec A, leg 100-39, carp 1, exp 1. Ese mismo año San Josemaría escribía en una Instrucción a los fieles del Opus Dei:

«¡qué ganas tengo de escribir un librico sobre el Amor!»

(Instrucción, 9-I-1935, nº 135).

[8 ]Predicación en la Legación de Honduras en Madrid, «Afán de almas», 28-VI-1937, pg 160; XXV.

[9] Notas de una tertulia, Madrid 24-X-1972; AGP, sec A, leg 51; también en AGP, sec P, leg 4, 1972, pg 732s.

[10] San agustiN, Sermón 65 A, 4; BAC 441, 1983, pg 251.