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Capítulo
Punto 172
Mortificación · Punto 172

 Si no eres mortificado nunca serás alma de oración.

camino 172

Comentario

Isabel Guerra

El punto primero del capítulo Mortificación procede del Cuaderno VI, nº 906, de donde pasó al segundo cuadernillo a velógrafo. Es de fecha 19-I-1933 [1]. Tenor literal idéntico, con diferencias de puntuación.

Se conserva –es algo muy excepcional– la «cuartilla» en la que San Josemaría escribió este punto de Camino, que abriría el capítulo «Mortificación» [2]. Allí está, tal como pasaría al Cuaderno, el futuro punto de Camino.

San Josemaría se refiere a la «continua mortificación» de la que habla en el punto 223: su experiencia personal y pastoral, no sólo la doctrina espiritual [3], le dice que sin ella no hay vida contemplativa (alma de oración). Vid el comentario al punto 180.



[1] a continuación escribió el punto 16.

[2] La «cuartilla» (AGP, sec A, leg 50-13, carp 2, exp 5) es la mitad del resguardo de haber pagado San Josemaría la matrícula en la asignatura de «Filosofía del Derecho» del Doctorado en la Universidad Central, que lleva fecha «agosto 1927». En ella se contienen, entre otras cosas, el texto de este punto de Camino y otras tres «catalinas» que se encuentran, bajo la fecha 19-I-1933, en el Cuaderno VI de Apuntes íntimos, nn 906 y 907.

El dorso del resguardo, que tiene arriba escrito el futuro punto de Camino, lo utilizó después para escribir en él un breve guión de una plática dirigida a chicas. Pienso que ésta es la razón de que guardara el papel –los guiones de charlas y meditaciones los guardaba– y no lo rompiera, como solía hacer con la «cuartilla» que llevaba en el bolsillo una vez que había pasado las notas a su Cuaderno.

—Las anotaciones que preceden a esta nota en el Cuaderno tienen fecha de 9 de enero. Las que comentamos comienzan así:

«Día 19 de enero de 1933: Tengo muchas catalinas sin copiar. Por fuerza, perderán frescura, intimidad, al anotarlas ahora» (Cuaderno VI, nº 906). A continuación transcribe el punto de Camino y dos versículos de un salmo y comienza a relatar –con redacción hecha directamente sobre el Cuaderno– las cosas que tiene anotadas con una o dos palabras en la «cuartilla».

Ese día se debió servir de otra «cuartilla», pues hay más «catalinas» que no proceden del resguardo.

[3] «La causa por que le es necesario al alma, para llegar a la divina unión de Dios, pasar esta noche oscura de mortificación de apetitos y negación de los gustos en todas las cosas, es porque todas las afecciones que tiene en las criaturas son delante de Dios puras tinieblas, de las cuales estando el alma vestida, no tiene capacidad para ser ilustrada y poseída de la pura y sencilla luz de Dios, si primero no las desecha de sí, porque no pueden convenir la luz con las tinieblas» (San Juan de la Cruz, Subida, lib I, cap 4, 1; BAC 15, 13ª ed, 1991, pg 263).