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El plano de tu santidad · Punto 387
El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado |
Comentario
En la secuencia de los Cuadernos de San Josemaría aparecen, primero, los temas «santa intransigencia» y «santa coacción», que son de 1931. El primer texto de «santa desvergüenza», 1-I-1932, es precisamente la falsilla de este punto 387. Aparece, pues, la expresión como el «punto» que con los otros dos hará posible el «plano». San Josemaría anotó los otros cuatro textos sobre el tema de enero a mayo de 1932, siempre en un clima de «vida de infancia» y con un intenso contenido de experiencia espiritual. La redacción de este punto 387 tiene también aspectos biográficos que deben ser reseñados. La primera redacción –la idea, la falsilla, podríamos decir– se encuentra en el Cuaderno V (nº 530) de sus Apuntes íntimos, escrita el día primero de año de 1932 [1]:
Pero cuando San Josemaría preparó el texto para las cuartillas a velógrafo, ya disponía de una redacción muy semejante a la actual, escrita en el dorso de una estampa que se encuentra entre los papeles del Archivo [2]. Representa a Jesús con el discípulo amado y las palabras: «Qui manet in me et ego in eo hic fert fructum multum». Al dorso, como digo, se lee manuscrito de San Josemaría::
Con otra pluma de trazo más delgado, pero igualmente autógrafo, se lee más abajo:
¿Qué quiere decir esta última expresión? Evidentemente, la estampa y/o las palabras del futuro punto de Camino guardan relación con este santo sacerdote, un asturiano de 30 años, capellán del Hospital del Rey, que formó parte del Opus Dei desde el 5 de enero de ese año 32 y que falleció, posiblemente envenenado, seis meses después (16 de julio de ese año) [4] José María Somoano, un joven y santo sacerdote Somoano se incorporó desde el primer momento a la «conferencia» semanal en la que San Josemaría reunía a un grupo de sacerdotes allegados a su ideal apostólico y les iba dando a conocer su espíritu y sus proyectos [5]. Lo interesante es que en su agenda, uno de esos lunes, exactamente el 16 de mayo, Somoano apuntó:
La cosa parece clara. Somoano fue a Madrid a la «conferencia», en la que San Josemaría Josemaría debió desarrollar el tema «El plano de tu santidad», que estaba muy vivo esos meses en sus Cuadernos (es decir, en su vida espiritual) y que sin duda impresionó al sacerdote asturiano, que en el Asilo de Porta Coeli lo anotó en su agenda. La relación con la estampa no es clara. Podría pensarse en que San Josemaría Escrivá se la regaló a Somoano con el punto de Camino ya escrito y después de su muerte la encuentra entre sus papeles y la recupera, haciendo notar la circunstancia: «De José Mª Somoano, 1-VIII-32». Esta doctrina la predicó siempre y es un aspecto importante de la fisonomía espiritual del cristiano que dimana de esa predicación. El tema estaba muy vivo en la época en la que estuvo refugiado en la Legación de Honduras en Madrid, y después, durante su estancia en Burgos. En el guión de una meditación del retiro predicado en Salamanca en enero de 1938 se lee escuetamente:
Por lo demás, la utilización de la calificación de santo o santa para distintas realidades de la vida cristiana no es infrecuente en los autores espirituales: piénsese, por ejemplo, en el «santo abandono», que da título a la conocida obra del cisterciense P. Vital Lehodey (1847-1948), o en la «santa indiferencia» (vid infra com/769). [1] Es el primero de los cuatro puntos que escribió San Josemaría aquel día: 387, 390, 898, 269. [2] AGP, sec A, leg 12, carp 4, exp 4. [3] Los subrayados son de San Josemaría [4] Vid José Miguel Cejas, José María Somoano y los comienzos del Opus Dei, Rialp, Madrid 1995. [5] El 22-II-1932, lunes anterior a San Matías, comenzaron estas «conferencias», según anotó San Josemaría:
(Apuntes íntimos, nº 613). El lunes 11-VII-1932, pocos días antes de la muerte de Somoano, que falleció en la festividad de la Virgen del Carmen, escribía:
[6] El Hospital del Rey estaba en el término municipal de Chamartín de la Rosa, entonces municipio distinto del de Madrid, y muy cerca de Fuencarral. [7] Porta Coeli era el nombre de un Asilo para niños abandonados que se encontraba en la calle García de Paredes, del que Somoano había sido capellán. [8] Retiro espiritual, Plática «Vida sobrenatural», Salamanca 25-I-1938; guión nº 91. |