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Capítulo
Punto 784
La gloria de Dios · Punto 784

 Da «toda»
la gloria a Dios.
—«Exprime»
con tu voluntad,
ayudado por la gracia, cada una de tus acciones,
para que en ellas
no quede nada
que huela
a humana soberbia,
a complacencia
de tu «yo».

Comentario

Es éste uno de los seis puntos de Camino [1], procedentes del impreso de Cuenca –y antes, de las cuartillas a velógrafo de 1932–, que no he podido identificar en los Cuadernos de Apuntes íntimos de San Josemaría.

Como ya he dicho en otras ocasiones, mi hipótesis es que estaban escritos en el Cuaderno I, que San Josemaría destruyó años después. Se remonta, pues, su texto atrás de 1930: puede ser de 1929, recogiendo y expresando la luz fundacional del 2 de octubre de 1928.

«Toda». «Exprime». El entrecomillado subraya la radicalidad del fin: «Deo omnis gloria». Nada, objetivamente, que no sea para la gloria de Dios: cada acción humana; ni subjetivamente: la totalidad de esa acción, «exprimiéndola» desde la libertad del sujeto sostenida por la gracia.

A mayor abundamiento, San Josemaría rechaza de manera categórica todo lo que sea servirse del Evangelio o de la Iglesia para fines personales [2].



[1] Esos puntos de Camino son: 81, 115, 284, 657, 658, 784.

[2] Arrancando de Flp 2, 6-7, San Josemaría predicaba años después: «El cristiano sabe así que es para Dios toda la gloria; y que no puede utilizar como instrumento de intereses y de ambiciones humanas la sublimidad y la grandeza del Evangelio» (Es Cristo que pasa, 62).