Menú
Capítulo
Punto 456
Caridad · Punto 456

Hacer crítica,
destruir,
no es difícil: el último peón de albañilería sabe hincar
su herramienta
en la piedra noble y bella de una catedral.

—Construir:
ésta es la labor
que requiere maestros.

Comentario

Este texto procede del Cuaderno VII, nº 1092, fechado en 24-XII-1933 [1]. El tenor literal del texto es idéntico al de Camino. Como se ve, en el libro y en el ambiente de la época la acepción más normal de «crítica» es la que vemos en este punto: «destruir».

Es lo que San Josemaría llama en otro punto (el 443) «crítica negativa», que es una variante del «destruir».

Frente a ella se sitúa la «crítica positiva», que es a su vez un aspecto de una tarea «que requiere maestros»: «construir», como se dice en este punto, es decir, trabajar en serio, hacer obra útil y bella que, cuando es necesario, toma la forma de «crítica» ejercitada desde la «pericia» en la materia y con espíritu de servicio, de colaboración, en última instancia de caridad fraterna: «ad aedificationem et non ad destructionem».

Ésta es la crítica que San Josemaría aprecia, porque sin ella no se construye. En la relación interpersonal, la forma eminente –evangélica– de esta crítica constructiva, movida por la caridad, es la «corrección fraterna», en la que se habla cara a cara, a solas con el interesado, y las cosas que debería corregir se le dicen con afecto, sin humillar.

Escribe San Josemaría en el punto 907 de Surco::

«[…] Y no me caigas tú en la murmuración, por un mal entendido derecho de réplica. Si has de hablar, sírvete de la corrección fraterna, como aconseja el Evangelio».

Bien entendido que ese hablar es muchas veces una importante responsabilidad cristiana:

«No descuides la práctica de la corrección fraterna, muestra clara de la virtud sobrenatural de la caridad. Cuesta; más cómodo es inhibirse; ¡más cómodo!, pero no es sobrenatural.

–Y de estas omisiones darás cuenta a Dios» [2].



[1] A continuación ese mismo día transcribió el futuro punto 247.

[2] Forja, 146. Vid también 147, 566 y 641 y Amigos de Dios, 20, 69 y 175.