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Capítulo
Punto 467
Caridad · Punto 467

Libros.

—Extendí la mano, como un pobrecito
de Cristo, y pedí libros. ¡Libros!,
que son alimento, para la inteligencia católica, apostólica y romana
de muchos jóvenes universitarios.

—Extendí la mano, como un pobrecito
de Cristo... ¡y me llevé cada chasco!

—¿Por qué no entienden, Jesús, la honda caridad cristiana de esa limosna,
más eficaz que dar pan de buen trigo?

Comentario

Leer el comentario al punto 466. El origen concreto de lo que aquí se dice está en el proyecto que concibió San Josemaría en Burgos, de girar una invitación internacional –a Universidades y entidades culturales del extranjero– pidiendo libros para reconstruir la biblioteca de la Residencia de Ferraz, qie había sido dañada por los bombardeos y saqueada.

La «circular» iba avalada con la firma de diversos catedráticos e intelectuales, trabajosamente recabada [1]. José María Albareda y Tomás Alvira, que se movían en estos círculos, fueron la ayuda principal de San Josemaría en el proyecto, que se llevó a cabo con escasísimo resultado [2].

Tanto Francisco Botella como Pedro Casciaro hablan del proyecto en sus memorias. Casciaro escribe:

«Para esto tuvo un buen aliado en Albareda. El Siervo de Dios acudió a diversos intelectuales amigos suyos para que le ayudaran a conseguir libros de estudio, preferentemente extranjeros. Pero, como él mismo dejó escrito, sufrió muchas decepciones [aquí, texto del p/467]. Al principio se preocupaba de dónde íbamos a poner el depósito de los libros que irían llegando; pero los libros no llegaron. Sólo recibimos unos cuantos en italiano, publicados por la Università Cattolica del Sacro Cuore, de Milán» [3].

Francisco Botella por su parte anota:

«Le preocupaba [a San Josemaría] la formación cultural, la necesidad de dar doctrina con una base honda. El primer enemigo es la ignorancia, nos repetía. Hablaba con José María sobre la Universidad y la investigación. Nos decía que estudiásemos mucho [...]. Ahora, sin nada otra vez, pensó en hacer una petición de libros para rehacer la biblioteca de trabajo. Y se pusieron en marcha José María, Tomás Alvira –que no perdía el contacto con el Padre– y otros más. Pero no se consiguió nada. Escribió entonces aquel punto de Camino (p/467)» [4].



[1] Ejemplares de la circular y correspondencia sobre el tema se conservan en AGP, sec A, leg 4, carp 2.

[2] Sobre el tema, leer los comentarios a los puntos 40 y 820. Sobre la vocación universitaria de San Josemaría y su amor a la Universidad, vid el volumen colectivo Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, Eunsa, Pamplona 1993, que incluye los textos y discursos universitarios de Escrivá y un conjunto de estudios sobre su pensamiento acerca de la Universidad. Vid especialmente el «Prólogo» de Álvaro del Portillo; Carmen Castillo, «Un ejemplo de espíritu universitario» (pgs 155-170); Francisco Ponz, «La Universidad al servicio de la persona» (pgs 197-224) y Leonardo Polo, «Universidad y sociedad» (pgs 187-196). El Autor de C sería un promotor de grandes empresas universitarias.

[3] Pedro Casciaro, Relación testimonial, 26-VI-1979, Parte II, cap 2, pg 143.

[4] Francisco Botella, Relatos testimoniales, Madrid 1975-78, cap V, pg 50.