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Punto 484
Los medios · Punto 484
Sé instrumento: Como en lo material: ¿quién se atreverá a decir que es menos útil el serrucho |
Comentario
Rembrandt, Lección de anatomía. Detalle Este punto de Camino se encuentra en clara relación con este texto de la meditación que San Josemaría predicó a un grupo de miembros de la Asociación Nacional de Propagandistas el día de San Pedro en Burgos, 1938 (leer el comentario al punto 104):
El tema del cristiano, «instrumento» en las manos de Dios, es continuo en Camino –leer los puntos 475 y 477– y, en general, en la palabra de San Josemaría, que predicaba, por ejemplo, durante los meses que pasó refugiado en la Legación de Honduras:
En la predicación que hizo al clero de Vitoria, como ya había hecho antes en su predicación a los Propagandistas, el tema continúa:
Mientras el libro entraba en la imprenta, San Josemaría enviaba esta nota de dirección espiritual a Lola Fisac, una joven del Opus Dei que se encontraba en Daimiel:
En 1966, un redactor de Le Figaro, preguntaba a San Josemaría sobre el sentido de la afirmación contenida en este punto: «Tu deber es ser instrumento». En Conversaciones, 36 se lee esta respuesta:
[1] Plática «Pedro y Pablo, instrumentos», predicada a los Propagandistas, Burgos 29-VI-1938; guión nº 81. [2] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, «Instrumentos de Jesucristo», 4-VII-1937, pg 180; XXIX. [3] Ejercicios Espirituales, Plática «Espíritu de obediencia», Vitoria 19-VIII-1938; guión nº 122. [4] Nota de San Josemaría a Lola Fisac, Madrid 19-VI-1939; EF 390619-1. —María Dolores Fisac Serna (1907), nació en Daimiel (Ciudad Real). Conoció a San Josemaría por carta en 1937, por ser la intermediaria en la correspondencia que se cruzaban el Fundador del Opus Dei, refugiado en la Legación de Honduras, con su hermano Miguel, que estaba escondido en Daimiel. Se incorporó entonces al Opus Dei. Al acabar la guerra conoció personalmente a San Josemaría, cuando éste se presentó en Daimiel para saludar a la familia y agradecer la ayuda prestada durante la guerra. [5] Entrevista realizada por Jacques Guillemé-Brûlon y publicada en Le Figaro (París), el 16-V-1966. Texto en Conversaciones, 36. |