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Punto 556
Devociones · Punto 556
El Vía Crucis. Ojalá te habitúes —Yo te aseguro |
Comentario
Cristo y el alma cristiana, de Velázquez La devoción que lleva a recorrer en espíritu el camino de la Cruz, en cuanto meditación de la Pasión y Muerte del Señor, es tan antigua como el Cristianismo. Desde la primeras generaciones cristianas va tomando forma una práctica meditativa hasta llegar al actual «Via Crucis» de 14 estaciones, que permanece sustancialmente idéntico desde el siglo XVII [1]. San Josemaría llevaba en el alma la devoción al Via-Crucis. En el primer cuadernillo de los que usó en Burgos a manera de agenda apuntó [2], recién llegado a la ciudad (enero de 1938), este recordatorio, para poderlo meditar en cualquier circunstancia:
También se encuentra en el Archivo General de la Prelatura un cuarto de octavilla –para poderlo llevar discretamente en la mano– que escribió por la misma época:
San Josemaría con el tiempo, expresó su contemplación de la Pasión y Muerte del Señor en un comentario de las 14 estaciones del Via Crucis, que se publicó como obra póstuma [5]. [1] El Via Crucis ha sido a lo largo del siglo XX uno de los ejercicios de piedad más familiares a los cristianos: asocia estrechamente el movimiento del cuerpo, de la imaginación y del corazón y se apoya sobre la fe y el amor, que se expansionan en el recorrido de la Cruz. Juan Pablo II. Viacrucis en Roma
[2] Cuadernillo-agenda 1º de Burgos, hoja 4. [3] Al concluir este cuadernito y comenzar el segundo, volvió a copiar (Cuadernillo-agenda 2º de Burgos, hoja 1) las estaciones del Via Crucis. Vid el texto en IntrodGen § 5, 1, b (pgs 64-65). [4] AGP, sec A, leg 50-4, carp 1, exp 14. El papel se encuentra junto a otro, también pequeño con esta oración (autógrafa):
[5] Josemaría escriva de Balaguer, Via Crucis, Rialp, Madrid 1981. Cuenta con numerosas ediciones y traducciones. |