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Capítulo
Punto 837
Táctica · Punto 837

 ¡Galopar, galopar!... ¡Hacer, hacer!...
Fiebre,
locura de moverse... Maravillosos edificios materiales...
Espiritualmente:
tablas de cajón, percalinas, cartones repintados... ¡galopar!, ¡hacer! —Y mucha gente corriendo:
ir y venir.
Es que trabajan
con vistas al momento de ahora: «están» siempre «en presente». —Tú... has de ver
las cosas con ojos
de eternidad, «teniendo en presente»
el final y el pasado...
Quietud. —Paz. —Vida intensa dentro de ti.
Sin galopar, sin la locura de cambiar
de sitio, desde el lugar que en la vida
te corresponde, como una poderosa máquina de electricidad espiritual, ¡a cuántos darás luz y energía!..., sin perder tu vigor
y tu luz.
 


Comentario

Degas, Caballos de carerra

Texto del Cuaderno VI, nº 876, fechado por San Josemaría el 24-XI-1932 [1]. El tenor literal es idéntico al de Camino, con sólo variantes de puntuación.

El pasaje de Apuntes íntimos ya había inspirado este párrafo de la Instrucción que escribió San Josemaría en abril del 34:

«No sacamos a nadie de su sitio. Cada uno de vosotros continúa en el lugar y en la posición social que en el mundo le corresponde. Y, desde allí, sin la locura de cambiar de ambiente, ¡a cuántos daréis luz y energía!..., sin perder vuestra energía y vuestra luz: por la fe y por la gracia de Jesucristo, in qua stamus et gloriamur in spe gloriae filiorum Dei, en la que nos sentimos firmes esperando la gloria de los hijos de Dios (Rom. V, 2)» [2].

«... sin la locura de cambiar de sitio, desde el lugar que en la vida te corresponde...». Es un concepto fundamental de la doctrina de San Josemaría sobre la santificación del trabajo y de las situaciones ordinarias de la vida. Sobre este aspecto, leer el comentario al punto 926.

«A mi juicio –escribe Alfredo García Suárez– quiere indicarse con esta expresión el sinsentido de imaginar que la eficacia cristiana y eclesial sólo puede alcanzarse fuera de la situación providencial que tiene el creyente en el mundo, o bien dentro de esa situación, pero instrumentalizando su naturaleza y alcance originales» [3].

El texto de la Instrucción de la que procede este punto –«no sacamos a nadie de su sitio»– señala de manera tajante que el Opus Dei no interfiere en la vida profesional y cívica de sus miembros y que la adscripción al Opus Dei de un cristiano no le exige «salir» del dinamismo de la vida en la sociedad civil [4]. En relación a esto, leer el punto 965 y el comentario al punto 832.



[1] Futuros puntos de Camino transcritos ese día: 66, 74, 4, 735, 421, 837, 816, 474.

[2] Instrucción, 1-IV-1934, nº 23.

[3] Alfredo GarcIa SUArez, «Existencia secular cristiana», en Scripta Theologica 2 (1970) 152, reproducido en Alfredo GarCIa SUArez, Eclesiología, Catequesis, Espiritualidad, Eunsa («Biblioteca de Teología», 23), Pamplona 1998, pg 662.

[4] «La invitación a no cambiar de sitio, no sólo no significa permanencia estática y conformista en la vida, sino que es exhortación al hombre de la calle para que no abandone el mundo por motivos religiosos, para que esté en su sitio: es decir, para que asuma con alegría cristiana y creadora el dinamismo profesional, social, familiar y político de la situación en que se encuentra» (Pedro RodRIguez, «Sobre la espiritualidad del trabajo», en Nuestro Tiempo 35 [1971] 359-388, cita en pg 379).