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Corazón · Punto 152
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Comentario
Octavilla de la serie escrita San Josemaría en la Legación de Honduras en Madrid, durante la guerra civil española. El fondo de la expresión «dar gusto a Dios» [1] y, sobre todo, el «clima» del punto son paulinos:
Pero «dar gusto a Dios», en su sentido familiar y coloquial, es expresión «moderna» en espiritualidad. La usaba ya San Alfonso María de Ligorio [2] y, antes, en la mística española, Alonso de Madrid [3]. Se encuentra con frecuencia en el Decenario de Francisca Javiera del Valle [4]. «Dar gusto a Dios» se inscribe en el horizonte de la «vida de infancia» que vivió y predicó San Josemaría, aun antes de conocer los escritos de Santa Teresa de Lisieux [5], de la que es muy característica esta expresión. Dios llevó siempre a San Josemaría por este camino, pero de manera muy intensa en los años 1931-32 y en la Legación de Honduras de Madrid. Algunos pasajes de los Cuadernos de esos años lo reflejan (en todos la cursiva es mía):
Unos días después del pasaje que acabo de citar, escribía:
Y en noviembre de ese mismo año:
En 1938, en la predicación de Vitoria se encuentra este apunte:
En síntesis: el clima paulino y la vida de infancia dan, en efecto, el temple a este punto. Vid punto 182. [1] Que también aparece en el punto 182, procedente de Consideraciones Espirituales (Cuenca, 1934). Vid también p/669, redactado en Burgos. [2] Escribe San Alfonso:
(Fray Alonso de Madrid, Arte para servir a Dios, 1521, I, Notable 2; Neblí 25, 1960, pgs 43s). [4] «Hasta el respirar sea por su amor y por darle gusto y contento en todo» (Decenario al Espíritu Santo, Día 2º, Instrucción; Patmos 35, pg 55; Logos 52, pg 97. Vid también Advª 3ª, Obseq. 4º y 7º; Patmos 35, pg 29, 78, 105; Logos 52, pg 68s, 121, 153). [5] Vid la Introduccion al capítulo 42: «Vida de Infancia». [6] Apuntes íntimos, nº 177. La cursiva de Santa es de San Josemaría, la otra es mía. «Merceditas» es Mercedes Reyna O’Farrill, Dama Apostólica del Sagrado Corazón. Nació en La Habana el 11-IX-1889, de antigua familia profundamente cristiana, que se trasladó a Madrid a raíz de la pérdida de Cuba. En 1925, por consejo de San José María Rubio S.J, Mercedes se unió al grupo de señoras que preparaban la futura Congregación de Damas Apostólicas del Sagrado Corazón, fundada por Luz Rodríguez-Casanova, y que llevaban el Patronato de Enfermos. Tomó el hábito la víspera de Navidad de 1928 y entregó su alma al Señor un mes después, 23-I-1929, en olor de santidad. Patronato de Enfermos San Josemaría Escrivá, capellán entonces del Patronato, que la conoció profundamente en vida y la atendió en el lecho de muerte, le tuvo una gran devoción personal. Él preparó los textos que figuran en la estampa para la devoción privada. Sobre Mercedes Reyna, leer los puntos 402, 662, 852, 862 y la Introducción al capítulo 41; VAzquez de Prada, I, pgs 313-315 y 419 nota 215; y, sobre todo, Asunción MuÑoz GonzAlez, «Testimonio», en Testimonios sobre el Fundador del Opus Dei, 1994, pgs 371-378. [7] Apuntes íntimos, nº 185, 25-III-1931; la cursiva es mía. [8] Apuntes íntimos, nº 380, 4-XI-1931; la cursiva es mía. [9], Apuntes íntimos, nº 399, 18-XI-1931; la cursiva es mía. [10] Ejercicios Espirituales, Meditación «Tres binarios», Vitoria 22-VIII-1938; guión nº 103; la cursiva es mía. |