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Capítulo
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Punto 210
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Comentario
Pedro de Mena, Magdalena penitente, 1664 San Josemaría pasa de hablar del dolor a hablar de la expiación, de la que ya trató en el punto 82, y que ahora aborda formalmente. El sentido cristiano del dolor es la expiación, como dirá explícitamente en el punto 234, con el que se cierra el capítulo. Consultar, en este sentido, la Introducción al capítulo 6 de Camino. San Josemaría formula su pensamiento en este lacónico texto de una manera densamente cristológica. Cristo es el Camino y la Vida. La manera cristiana de caminar a la Vida es unirse al caminar de Cristo, a la Cruz. Por eso, la senda que allí conduce es expiación: «seguir los pasos del Maestro»(punto 213). Este punto ya estaba en la edición de Cuenca. El texto se forja a partir de una anotación del Cuaderno IV, nº 302, 30-IX-1931 que comprendía también el punto 938b y cuyo contexto es el Opus Dei que está naciendo y la necesidad de que los que Dios llame a esta tarea sepan ser como el grano de trigo que muere:
El punto, en la edición de Cuenca, reproducía, dividido en dos párrafos y con las lógicas variantes, este texto del Cuaderno IV y lo situaba en el cap final del libro (Consideraciones espirituales 96.9):
En Camino, en cambio, los dos párrafos tomarán vida propia: el segundo aparece en esta posición configuradora en los inicios del capítulo «Penitencia»; al primero lo encontramos como segundo párrafo del actual punto 938. Es interesante notar que unos días después escribió en su Cuaderno una fórmula paralela:
Y en una página del Decenario de Francisca Javiera del Valle, ante una descripción en la que la autora hablaba de la Pasión del Señor, olvidado de sí y entregándose por nosotros, anotó San Josemaría en el margen:
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