Punto redactado por San Josemaría en el mes de diciembre de 1938 o en enero de 1939.

En el guión de una meditación de mayo de 1936 sobre la mortificación cristiana, había escrito:

«No penitencia, sin permiso. Sí, siempre, mortificación» [1].

Aparece en este apunte la distinción ascética entre mortificación y penitencia, a la que aludimos en la Introducción al capítulo 6, y que tanta importancia tiene en Camino. San Josemaría como sabemos, la corroboró fuertemente al leer el Decenario de Francisca Javiera del Valle. Vid comentario al punto 223.