Menú
Capítulo
Punto 217
Penitencia · Punto 217

Te quiero feliz
en la tierra.
—No lo serás
si no pierdes
ese miedo al dolor. Porque, mientras «caminamos»,
en el dolor está precisamente
la felicidad.

Comentario

Octavilla redactada por San Josemaría en Burgos, durante el periodo final de redacción de Camino.

En una cuartilla que contiene dos proyectos con el plan de meditaciones para los Ejercicios Espirituales que debía predicar en Vergara a los sacerdotes de la diócesis de Vitoria, septiembre de 1938, hay una plática, en el segundo de ellos, que tiene este título:

«Te quiero feliz en la tierra» [1].

En el cuadernillo 1º de Burgos hay una anotación, que puede ser una de las que escribió en Pamplona en diciembre de 1937, que dice:

«Amor. No estoy solo. Mi gozo y mi paz. Mis ambiciones. Mi felicidad terrena está unida a mi salvación, a mi felicidad eterna: feliz aquí y feliz allí» [2].


San Josemaría en su juventud

Ilustra el contenido de este punto una carta de Juan Jiménez Vargas de octubre del 38:

«... porque El nos querrá felices también aquí –como dice Mariano [3]–, pero es que la felicidad de aquí abajo está en el dolor» [4].

El tema era, efectivamente, algo que habían oído en la predicación de San Josemaría. Jiménez Vargas, en concreto, lo había escuchado al menos en la Legación de Honduras, donde predicaba así:

«Empeñémonos en ver la gloria y la dicha ocultas en el dolor. Si nos comportamos así, en todas nuestras acciones reinará la felicidad: esa felicidad en la Cruz, que es la que yo os deseo a todos. Dolor y amor: ése es nuestro camino. Al amor sólo se va por el dolor; y el que no padece, no conocerá nunca el verdadero amor de Jesucristo» [5].

«Nosotros hemos de caminar felices ya en la tierra. Es Voluntad de Dios que mis hijos logren la felicidad eterna siendo también dichosos aquí abajo. Entre nosotros, si alguno no está habitualmente alegre, no ha cultivado el espíritu de la Obra» [6].

Jiménez Vargas habla de cómo medita en la oración algo que ha escuchado a San Josemaría, o que le ha leído: es perfectamente posible que durante uno de los viajes que hizo a Burgos para estar con San Josemaría, éste le dejara leer la octavilla.

También es posible que la carta de Jiménez Vargas sirviera a San Josemaría como punto de partida para escribir la «gaitica». El tema lo predicó también en los Ejercicios Espirituales de Vitoria-Vergara:

«Felices en la tierra... Dios no tiene el corazón más pequeño que el nuestro» [7].



[1] La cuartilla se encuentra en AGP, sec A, leg 47, carp 1, exp 2. Los dos esquemas tienen el mismo «iter idearum» y el mismo número de meditaciones y pláticas: uno con titulaciones clásicas, el otro –que es el que hemos citado– con títulos dialógicos. La plática de que hablamos se titula, en el esquema primero, «Santa pureza».

[2] Cuadernillo-agenda 1º de Burgos, hoja 4v.

[3]S.

[4] Carta de Juan Jiménez Vargas a Josemaría Escrivá, Muela de Villastar 2-X-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1.

[5] PredicHond, «La tribulación de la guerra», 9-IV-1938, pg 36; IV.

[6] PredicHond, «El que no se haga como un niño no entrará en el Reino de los Cielos», 27-VIII-1937, pg 255; XLII.

[7] EjEsp, Plática «Espíritu de alegría», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 94.