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Capítulo
Punto 307
Más de vida interior · Punto 307

 Ese modo sobrenatural de proceder es una verdadera táctica militar. —Sostienes
la guerra —las luchas diarias de tu vida interior— en posiciones, que colocas lejos de los muros capitales
de tu fortaleza.
Y el enemigo acude allí: a tu pequeña mortificación,
a tu oración habitual,
a tu trabajo ordenado,
a tu plan de vida:
y es difícil que llegue
a acercarse hasta
los torreones, flacos para el asalto, de tu castillo. —Y si llega, llega sin eficacia.
 

Comentario

Octavilla 11 de la serie escrita en 1937 por San Josemaría, durante su estancia en la Legación de Honduras, en Madrid.

San Josemaría copió este punto del Cuadernito que fue escribiendo durante su estancia en la Legación de Honduras (, hoja 23r, jueves 6-V-1937; Apuntes íntimos, nº 1377). El tenor literal es idéntico, con alguna variante de puntuación [1].

San Josemaría desarrolló este tema en la predicación de ese periodo que pasó en la Legación de Honduras.:

«¿Qué hacer para mantener sumiso al enemigo, para estar seguros frente a los ataques de las tres concupiscencias: la soberbia, la avaricia y la carne? [2] Pues entretengámosle con pequeños combates lejos de los muros capitales de la fortaleza. Presentémosle escaramuzas en pequeños detalles: en la lengua, en la vista, en el trabajo, en el trato con los demás; descendamos al pormenor y cuidemos así de aplastar al enemigo. Seremos cien veces derrotados, pero ¿qué importa?

Cada derrota nos enardecerá para la pelea siguiente. Además, ninguna de estas batallas, si planteamos la lucha en terreno tan distante de la fortaleza central que defiende nuestro corazón, permitirá al adversario atacar sus muros. Y si, por permisión de Dios, en algún momento llegase hasta ahí su embestida, agotado por las continuas y anteriores peleas, sería tan débil que, a pesar de nuestra flaqueza, sería vencido fácilmente» [3].

«No olvidemos tampoco, en esta pelea, lo que pudiéramos llamar punto de vista estratégico. ¿Está planteado el combate en el campo que a nosotros nos conviene? ¿No nos hemos dejado arrastrar a un terreno en el que el enemigo tiene todas las ventajas? ¿No podemos presentar la batalla a nuestro contrario, en un flanco que le obligue a abandonar el frente donde nos ataca, y donde ya nos sentimos agotados?» [4].



[1] San Josemaría añadió en el Cuaderno las siglas: «–O.c.P.a.I.p.M. –R.Ch.V. –D.O.G.». (Leer el comentario al punto 11, que explica el significado de esas siglas)

[2] Cfr 1 Jn 2, 16.

[3] Predicación de San Josemaría durante su estancia en la Legación de Honduras en Madrid, «Confusionismo», 15-V-1937, pg 73; X.

[4] Predicación de San Josemaría durante su estancia en la Legación de Honduras en Madrid, «Militia est vita», 21-VI-1937, pg 122; XIX.