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Lucha interior · Punto 728
Toda nuestra fortaleza es prestada. Ave, maris stella Himno atribuido a Fortunato, obispo de Poitiers (+609) Ave, maris stella, Sumens illud Ave, Solve vincla reis, Monstra te esse matrem, Virgo singuláris, Vitam praesta puram, Sit laus Deo Patri, Salve, del mar Estrella, Salve, del mar Estrella, |
Comentario
Texto del Cuaderno VI, nº 822, fechado en 7-IX-1932 (y precedido del punto 721). Ambos pasaron al velógrafo. El tenor literal del texto es idéntico al de Camino. A continuación de este texto San Josemaría estampó por primera vez en su Cuaderno:
Esta circunstancia invita a pensar que San Josemaría veía esa fortaleza prestada –que es Dios mismo en nosotros: «quia tu es, Deus, fortitudo mea» (Sal 43 [42], 2)– a partir de la Maternidad de María, que es Madre de Dios y Madre nuestra: nuestra fortaleza son los brazos de Jesús y de María. Leer en este sentido el punto 721, escrito ese mismo día y que precede a éste, y el punto 113. La expresión latina es el verso que abre la cuarta estrofa del himno Ave, maris stella, que la Iglesia canta en el oficio de Vísperas en las fiestas de la Santísima Virgen. Ese verso era una de las invocaciones marianas habituales en labios de San Josemaría Escrivá. A partir de esa fecha la encontramos otras cinco veces en Apuntes íntimos (nn. 823, 838, 1077 [1], 1585, 1636). [1] Este día, 13-XI-1933, compone esta hermosa jaculatoria:
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