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Capítulo
Punto 760
La voluntad de Dios · Punto 760

 Un razonamiento
que lleva a la paz
y que el Espíritu Santo da hecho
a los que quieren
la Voluntad de Dios: «Dominus regit me, et nihil mihi deerit»
—el Señor me gobierna, nada me faltará.

¿Qué puede inquietar
a un alma
que repita de verdad esas palabras?
 

Comentario

Texto escrito sobre una octavilla Bl, trazos y pluma fuertes. No parece que esta «gaitica» proceda de la consulta del guión 89, donde no aparece la cita del Salmo. Los salmos los tenía en la cabeza y en el corazón brotando de continuo a sus labios, como se refleja en el consejo que da en el p/86. En el año 1931 hizo el propósito de no apuntar más textos de salmos en sus Cuadernos, porque «habría de anotarlos todos» [1]. De éste que comentamos hay esta antigua anotación:

(11-X-1931) «Dominica XX después de Pentecostés, 1931: El Salmo de la confianza: 22, Dominus regit me. –El Salmo del propio conocimiento: 126, Nisi Dominus. –El Salmo de la fortaleza: 26, Dominus illuminatio mea» [2].

La frecuente repetición, en los responsorios de la actual liturgia de la Misa, de este célebre salmo –«El Señor es mi Pastor, nada me falta»–, lo ha hecho muy conocido y queridísimo en el pueblo cristiano.



[1] Texto citado en com/86. Poco antes había escrito en la intimidad de su Cuaderno: «Todos los salmos son hermosos, aunque la hermosura, a veces, no se vea hasta que el Señor abre el sentido» (Cuaderno V, nº 625, 1-III-1932).

[2] Cuaderno IV, nº 317.