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Capítulo
Punto 777
La voluntad de Dios · Punto 777

 Tu propia voluntad,
tu propio juicio:
eso es
lo que te inquieta.

Comentario

Texto escrito sobre una octavilla Bl, trazos fuertes. El Autor sigue redactando «gaiticas» desde el guión sobre Voluntad de Dios:

«La propia voluntad: quita el mérito de las acciones: necesidad de despegarse de la propia voluntad: ella es la que nos inquieta» [1].

Un texto de Sulamitis, que sabemos que el Autor conocía, tiene un pensamiento semejante: «Lo que generalmente os turba es el apego a la propia voluntad, a un bien particular que en aquel momento os parece necesario» [2].

«Tu propia voluntad, tu propio juicio», en cuanto dominados por el egoísmo y enfrentados, se entiende, a la voluntad y al juicio de Dios. La tarea del cristiano es precisamente conformar la propia voluntad y el propio juicio (la propia conciencia, contra la que no puede ir) con el juicio y el querer de Dios, en la línea de lo que se dice expresamente en el siguiente punto: ¡Piensa! (vid también p/782).



[1] EjEsp, Plática «La Voluntad de Dios», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 89.

[2] P. M. Sulamitis, A los Católicos Españoles, Publicaciones del Amor Misericordioso, Imprenta de Calatrava, 2ª ed, Salamanca 1931, 16 pgs. En pg 15 se encuentra la oración «por la Iglesia y por la Patria» que el Beato Josemaría, en circunstancias dramáticas, leyó en el Patronato de Enfermos el 13-V-1931. Así lo cuenta el propio Autor en el Cuaderno IV, nº 221, 10-VIII-1931. «Desde que, en aquel día funesto, al oír por teléfono que estaba ardiendo la iglesia de la Flor [la iglesia de la casa profesa de los Jesuitas], fui corriendo a nuestra iglesia del Patronato, cerré las puertas de la calle, subí al presbiterio... resbalé, cayendo cuan largo soy –me dolió unos días el golpe–, anuncié a los fieles el triste suceso y leí con voz emocionada las Preces del Amor Misericordioso, por la Iglesia y por la Patria; desde entonces, todos los días después del rosario, rezo esas oraciones, convencido de que orar es el único camino de atajar todos estos males que padecemos».