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Capítulo
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Punto 765
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Comentario
El Greco, El entierro del Conde de Orgaz, detalle El texto de este punto es el tercero de aquella jornada del 8-X-1932 [1], en los EjEsp de Segovia, en que meditaba la Gloria de Dios y su vocación (vid com/432 y 533); su meditación acababa así: «Jesús, que no soy solo. Jesús, que son muchas almas de apóstoles. Jesús, que es tu Obra. No me dejes... […] me has escogido: ¡confírmame! Que nunca se enturbie este ardentísimo latir de mi corazón: ¡más quiero tu Voluntad, Dios mío, que, no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria!» [2]. El Autor se mueve en el horizonte del «amor puro» a Dios, purificado de todo egoísmo [3]. El «si pudiera ser tal disparate» cumple aquí, desde el punto de vista teológico, la misma función «adversativa» que el recurso a la virtud de la esperanza en los p/668 y 669. |