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Capítulo
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Punto 122
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Comentario
De la impureza San Josemaría pasa a hablar de la pureza. De la bestia al ángel. Esta comparación la utilizó San Josemaría en su predicación en Vergara a sacerdotes, para animarles a la fidelidad a sus compromisos con el ejemplo de laicos que llevan una vida limpia en el mundo:
Vid lo dicho sobre la comparación con el ángel en el comentario al punto 22. Aquí hay que agregar que el «vivir como ángeles» de este punto se mueve en un horizonte diverso: es un modo de nombrar la santa pureza vivida fielmente en el celibato. En este sentido, «la vida angélica» es un tema de vieja tradición espiritual, tratado ya desde la época patrística. Por ejemplo, San Ambrosio de Milán en su célebre De Virginibus: «Castitas etiam angelos fecit. Qui eam servavit angelus est, qui perdidit diabolus» [2]. Después, como terminología, pasa al uso común [3]. Como ya señalamos, la terminología que alude a la «vida angélica», «vivir como ángeles», o similares, muy pronto dejó de ser del gusto de San Josemaría y comenzó a discrepar con intensidad creciente de ese modo recibido de referirse a la santa pureza y al celibato. Yo, personalmente, se lo oí explicar así en una conversación familiar en Roma, año 1957. En 1954 ya lo había comentado en estos términos:
En una meditación predicada en Roma en el año 1962, San Josemaría volvía sobre el tema y se expresaba así:
[1] Ejercicios Espirituales, Plática «Santa Pureza», Vitoria VIII-1938; guión nº 126. [2] San Ambrosio, Sobre las vírgenes, I, 8, 52; Domingo Ramos-Lissón (ed.), Ciudad Nueva («Fuentes patrísticas», 12), Madrid 1999, pg 104. San Bernardo, por su parte, se dirigía a la Santísima Virgen diciendo: «Quae lex […] hortatur in carne non carnaliter vivere, et in terris angelicam ducere vitam?» (De laudibus Virginis Mariae, hom. 3, 7 [PL 183, 74]; BAC 452, 1987, pg 648s). Vid también San Alfonso María de Ligorio, Las glorias de María, III, 6; BAC 78, 1952, pg 915. Sobre toda la cuestión, Karl Suso Frank, ‘Angelikos bios’: Begriffsanalytische und begriffsgeschichtliche Untersuchung zum ‘engelgleichen Leben’ im frühen Mönchtum, Aschendorffsche Verlagsbuchhandlung, Münster 1964. [3] San Juan de la Cruz, por ejemplo, explica cómo a la auténtica mortificación «se le sigue la espiritual limpieza de alma y cuerpo, esto es, de espíritu y sentido, y va teniendo conveniencia angelical con Dios, haciendo a su alma y cuerpo digno templo del Espíritu Santo» (Subida del Monte Carmelo, III, 23, 4; BAC 15, 13ª ed, 1991, pg 442; la cursiva es mía). [4] San Josemaría no se refería directamente a este punto de Camino, sino a este texto del Codex del Opus Dei de 1953, n 158: «diligentissime custodient castitatem, quæ homines angelis facit simillimos», custodien con amor la castidad, que hace a los hombres como ángeles. [5] Notas de una meditación, Roma 15-IV-1954; texto en AGP, sec A, leg 51. [6] Notas de una meditación, Roma 8-III-1962; texto en AGP, sec A, leg 51. Y de nuevo al año siguiente explicaba San Josemaría :
(AGP, sec P leg 18, pg 118). Como se ve el sentido de lo expresado es, casi a la letra, el p/129. Vid com. |