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Capítulo
Punto 134
Santa Pureza · Punto 134

 Aunque la carne se vista de seda...
—Te diré, cuando
te vea vacilar
ante la tentación,
que oculta su impureza con pretextos de arte, de ciencia...,
¡de caridad!
Te diré, con palabras de un viejo refrán español: aunque la carne
se vista de seda,
carne se queda.
 

Comentario

Otro texto de Burgos en el que San Josemaría rememora cosas ya escritas en el citado documento:

«Otras veces la concupiscencia, vistiendo con coloridos de delicadeza, de poesía y hasta de espiritualidad […]

Aunque la carne se vista de seda, carne se queda. Ni ellos mismos se engañan: erraverunt a fide –les diré con el Apóstol– et inseruerunt se doloribus multis [...]: os habéis desviado de la fe, y os habéis sujetado a multitud de dolores […] (I Tim VI, 10-12)» [1].

El refrán es: «Aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Documentado en castellano desde el siglo XVII. Tirso de Molina lo emplea en dos ocasiones con esta formulación:

«Aunque se vista de seda,
l
a mona, mona se queda» [2].

San Josemaría tenía un notable dominio del refranero español, del que hacía abundante uso ascético.



[1] Ibidem, n 288s.

[2] «Aunque se vista de seda / la mona, mona se queda, / y assi essa buena persona / es mona de hipocresias, / y se quedarà por tal, / y vos por vn animal, / si creeys sus monerias» (Marta la piadosa, acto 2º, escena 6ª). Cfr J. M. Iribarren, El porqué de los dichos, 10ª ed, 1997, pg 311.