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Capítulo
Punto 277
Presencia de Dios · Punto 277

 Me preguntas: ¿por qué esa Cruz de palo? —Y copio de una carta: «Al levantar la vista del microscopio la mirada va a tropezar con la Cruz negra y vacía. Esta Cruz
sin Crucificado
es un símbolo. Tiene una significación que los demás no verán.
Y el que, cansado, estaba a punto de abandonar la tarea, vuelve a acercar los ojos al ocular y sigue trabajando: porque la Cruz solitaria está pidiendo unas espaldas que carguen con ella».

Comentario

Texto escrito por San Josemaría sobre una octavilla blanca. El tema de la Cruz de palo sin Crucifijo era una realidad muy viva en la reflexión espiritual de San Josemaría, como ya se ha visto en el punto 178 y su comentario.

En este punto vuelve de nuevo sobre el tema y toma para ello la ocasión de una carta de Juan Jiménez Vargas, que le había escrito desde el frente de Teruel en el mes mayo de 1938, en plena guerra civil.

Jiménez Vargas se manifiestaba indignado ante la profusión de cruces de palo que iban apareciendo en los lugares más diversos, en memoria de los caídos en las batallas, con frecuencia dentro de un contexto exclusivamente político y con escaso relieve o mensaje espiritual [1].

San Josemaría tomó de esa carta algunas expresiones que le parecieron válidas, sacándolas del contexto en que las situaba Jiménez Vargas, que, después de mostrar su desagrado por la implantación de esas cruces por motivos políticos y dentro de un contexto sin mensaje espiritual, consideraba que quizá podrían tener en el futuro para algunos cristianos, una vez acabada la contienda, "un significado que los otros no verán". Jiménez Vargas escribía así:

«Me imagino la perspectiva el día que acabe la guerra y hasta pienso que conviene fomentarlo. Levanta uno la vista del microscopio y la mirada va a tropezar con una cruz negra y vacía. Es una lápida que la Falange puso en la pared del laboratorio en memoria de los caídos. Pero aquella cruz sin crucificado será un símbolo. Tendrá un significado que los otros no verán.

Y el que, cansado, estaba a punto de abandonar la tarea, vuelve a acercar los ojos al ocular y sigue trabajando, porque la cruz solitaria está pidiendo unas espaldas que carguen con ella.

En una excursión por la montaña los excursionistas tropiezan con un monumento a los que cayeron allí. Y el madero negro les recuerda que hasta el deporte es inseparable de la cruz.

Y en la biblioteca y en las aulas. En la clínica como en el gimnasio. Y en la sala de dibujo y en el campo de deportes. ¡Siempre la cruz de palo hablará a los que sepan entender!».



[1] Carta de Juan Jiménez Vargas a los de Burgos, Masía Hornaque 4-V-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1. Años más tarde San Josemaría escribió:



«No levantes jamás una cruz sólo para recordar que unos han matado a otros. Sería el estandarte del diablo. —La Cruz de Cristo es callar, perdonar y rezar por unos y por otros, para que todos alcancen la paz»


(Via Crucis, 8ª Estación, 3).