Menú
|
Capítulo
|
Punto 86
|
Comentario
Punto redactado en el segundo semestre de 1938. Una dimensión del «movimiento litúrgico» –muy vivido por San Josemaría Escrivá y su entorno–, que en él era un movimiento espontáneo de su espíritu, testificado desde los primeros documentos que se conservan. Entre los papeles y notas que quedan de los años treinta hay muchos que demuestran la hondura bíblica y litúrgica de su oración. Los salmos, en concreto, llenaban su vida espiritual hasta el extremo que un día escribió en su Cuaderno:
Anotar en su Cuaderno palabras del Evangelio podía llevarle a una «unión» que no podía controlar, como le ocurrió aquel mismo día que apuntó lo de los salmos:
Muchas veces, en efecto, esto era en él algo claramente sobrenatural, evidente don de Dios:
En el tenor literal de este punto puede haber una resonancia de este pasaje de Chautard: «
No olvidemos, por otra parte, que mientras escribía Camino en los meses finales de la guerra civil, San Josemaría preparaba otro libro dedicado a inculcar la piedad litúrgica en los fieles: el Devocionario litúrgico [6]. [1] Cuaderno V, nº 681, domingo de Ramos, 3-IV-1932. [2] Cuaderno V, nº 679, domingo de Ramos, 3-IV-1932. Se conserva un extenso documento autógrafo de San Josemaría titulado Palabras del Nuevo Testamento, repetidas veces meditadas. Se encuentra en AGP, sec J, leg 16, carp 1, exp 3. [3] Iglesia de Madrid, muy próxima al Palacio de las Cortes y no lejos del Patronato de Santa Isabel, en la que se venera el famoso «Cristo de Medinaceli», al que tienen gran devoción los madrileños. Muchos madrileños pasan largas horas [4] Cuaderno IV, nº 416. —Se celebraba ese día la fiesta de San Silvestre Abad, Misa Os justi, del Común de abades, cuya lectura evangélica era en efecto Mt 19, 27-29. [5] J. B. Chautard, El alma de todo apostolado, 1927, pg 193. El subrayado es mío. Sobre Chautard vid com/81 nota 5 y com/961. [6] Llegó a estar anunciada su publicación como «en prensa». En la contraportada de la edición de Valencia (1939) de Santo Rosario se anunciaban estos dos libros: «Del mismo autor: —Camino (Prólogo del Excmo. Sr. Obispo de Vitoria) —Devociones litúrgicas (Prólogo del Excmo. Sr. Obispo de Tortosa). En prensa». En junio de 1939, desde Vitoria, donde estaba de nuevo predicando Ejercicios Espirituales, pedía a Álvaro del Portillo o a alguno de los que estaban con él en Olot, que hicieran una escapada «para ayudarme a poner en limpio el libro en que estoy trabajando» (Carta de Josemaría Escrivá a Álvaro del Portillo, Vitoria 24-VI-1939; EF 390624-2). |