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Capítulo
Punto 86
Oración · Punto 86

 Tu oración debe ser litúrgica.

—Ojalá
te aficiones a recitar
los salmos,
y las oraciones
del misal,
en lugar de oraciones privadas
o particulares.

Comentario

camino 86

Punto redactado en el segundo semestre de 1938. Una dimensión del «movimiento litúrgico» –muy vivido por San Josemaría Escrivá y su entorno–, que en él era un movimiento espontáneo de su espíritu, testificado desde los primeros documentos que se conservan.

Entre los papeles y notas que quedan de los años treinta hay muchos que demuestran la hondura bíblica y litúrgica de su oración. Los salmos, en concreto, llenaban su vida espiritual hasta el extremo que un día escribió en su Cuaderno:

«Ya no anotaré ningún salmo, porque habría de anotarlos todos, ya que en todos no hay más que maravillas, que el alma ve cuando Dios es servido» [1].

Anotar en su Cuaderno palabras del Evangelio podía llevarle a una «unión» que no podía controlar, como le ocurrió aquel mismo día que apuntó lo de los salmos:

«Después de considerar el Evangelio anotado anteriormente, me dio el Señor tal ímpetu, que anduve por la calle alabándole y en hacimiento de gracias por esos Santos Evangelios» [2].

Muchas veces, en efecto, esto era en él algo claramente sobrenatural, evidente don de Dios:

«26 de noviembre de 1931 –Después de la Sta. Misa, hoy, en la acción de gracias y más tarde en la iglesia de los Capuchinos de Medinaceli [3], el Señor me ha inundado de gracias. Se cumplió lo del Salmo 'inebriabuntur ab ubertate domus tuae: et torrente voluptatis tuae potabis eos' [Ps 35, 9]. Lleno de gozo con la Voluntad de Dios, siento que le he dicho con San Pedro [cfr Mt 19, 27]: ecce reliqui omnia et secutus sum te. Y mi corazón se dio cuenta del «centuplum recipies» [cfr Mt 19, 29]... Verdaderamente, he vivido el Evangelio del día» [4].

Cristo de Medinaceli.
Iglesia de los Capuchinos, Madrid

En el tenor literal de este punto puede haber una resonancia de este pasaje de Chautard: «

La oración por excelencia, el canal preferido de la gracia, es la oración litúrgica, la oración de la misma Iglesia, más poderosa que la procedente de personas particulares […] San Alfonso de Ligorio prefería una oración del Breviario a cien oraciones privadas o particulares» [5].

No olvidemos, por otra parte, que mientras escribía Camino en los meses finales de la guerra civil, San Josemaría preparaba otro libro dedicado a inculcar la piedad litúrgica en los fieles: el Devocionario litúrgico [6].



[1] Cuaderno V, nº 681, domingo de Ramos, 3-IV-1932.

[2] Cuaderno V, nº 679, domingo de Ramos, 3-IV-1932. Se conserva un extenso documento autógrafo de San Josemaría titulado Palabras del Nuevo Testamento, repetidas veces meditadas. Se encuentra en AGP, sec J, leg 16, carp 1, exp 3.

[3] Iglesia de Madrid, muy próxima al Palacio de las Cortes y no lejos del Patronato de Santa Isabel, en la que se venera el famoso «Cristo de Medinaceli», al que tienen gran devoción los madrileños.

Muchos madrileños pasan largas horas
esperando su turno para venerar
al Cristo de Medinaceli

 

[4] Cuaderno IV, nº 416. —Se celebraba ese día la fiesta de San Silvestre Abad, Misa Os justi, del Común de abades, cuya lectura evangélica era en efecto Mt 19, 27-29.

[5] J. B. Chautard, El alma de todo apostolado, 1927, pg 193. El subrayado es mío. Sobre Chautard vid com/81 nota 5 y com/961.

[6] Llegó a estar anunciada su publicación como «en prensa». En la contraportada de la edición de Valencia (1939) de Santo Rosario se anunciaban estos dos libros: «Del mismo autor: —Camino (Prólogo del Excmo. Sr. Obispo de Vitoria) —Devociones litúrgicas (Prólogo del Excmo. Sr. Obispo de Tortosa). En prensa». En junio de 1939, desde Vitoria, donde estaba de nuevo predicando Ejercicios Espirituales, pedía a Álvaro del Portillo o a alguno de los que estaban con él en Olot, que hicieran una escapada «para ayudarme a poner en limpio el libro en que estoy trabajando» (Carta de Josemaría Escrivá a Álvaro del Portillo, Vitoria 24-VI-1939; EF 390624-2).