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Capítulo
Punto 93
Oración · Punto 93

 Te ves tan miserable que te reconoces indigno
de que Dios te oiga...
Pero, ¿y los méritos
de María?
¿Y las llagas
de tu Señor?
Y... ¿acaso no eres
hijo de Dios?
Además, Él te escucha «quoniam bonus..., quoniam in saeculum misericordia ejus»: porque es bueno, porque su misericordia permanece siempre.
 

Comentario

El punto 93 fue dado a conocer por primera vez en el impreso de Cuenca. Su origen está sin duda en esta anotación de fecha 27-I-1934 [1], la penúltima del Cuaderno VII, nº 1124:

«Me veo tan miserable, que reconozco que no soy digno de que Dios me oiga... Pero, ¿y los méritos de María? ¿y las Llagas de mi Señor? Y... ¿acaso no soy yo hijo de Dios? Además, me oye, quoniam bonus..., quoniam in saeculum misericordia eius».

El tenor literal del texto del Cuaderno pone al desnudo el carácter autobiográfico de esta consideración. El lector se encuentra ante la oración personal de San Josemaría.



[1] Antes, ese mismo día transcribió la consideración que da origen al punto 668.