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Capítulo
Punto 95
Oración · Punto 95

 «In te, Domine, speravi»:
en ti, Señor, esperé. —Y puse, con los medios humanos,
mi oración y mi cruz. —Y mi esperanza
no fue vana,
ni jamás lo será:
«non confundar
in aeternum»!

Comentario

Punto de la serie redactada por San Josemaría en la Legación de Honduras a partir de una de las anotaciones que se conservan (Apuntes intimos, nº 1379) del pequeño Cuaderno que usaba en la Legación. Está en la hoja 23v:

«Sábado – 8-V-37: Los días peores de esta temporada son los que paso en Honduras. –R.Ch.V. –No se me ocurre nada, nada: estoy entontecido. –Creo que pocas veces he sufrido tanto como ahora.In te, Domine, speravi!... Non confundar!... –O, Domine!: tu scis, quia amo te» [1].

En medio de esta situación de sufrimiento y congoja –una verdadera «noche del alma»: vid com/151–, allí, en la misma Legación, predicaba a los suyos antes de celebrar la Eucaristía:

«Le repetiremos el Introito de la Misa: llénese mi boca de tus alabanzas, para que pueda cantar. Alleluya. ¡Y con qué firme esperanza, llena de alegría, añadimos: en Ti, Señor, espero, no sea yo confundido para siempre! ¿Cómo puede haber en nosotros la preocupación, la tristeza? Yo tengo en El la esperanza segura de que pronto estaremos sueltos, para trabajar por su gloria» [2].


[1] La cursiva es del original. R.Ch.V. : abreviatura de «Regnare Christum volumus». Vid com/11.

[2] Predicacion en la Legación de Honduras, «Surge et ambula», 21-V-1937, Viernes de las Témporas de Pentecostés, pg 89; XIII; la cursiva es del original.

ambula», 21-V-1937, Viernes de las Témporas de Pentecostés, pg 89; XIII; la cursiva es del original.