San Juan de Dios

Texto del Cuaderno V de Apuntes íntimos, día de Reyes de 1932. El punto no procede de una «consideración» autónoma, sino de la oración que hizo San Josemaría ese día de la Epifanía del Señor [1], pidiendo regalos a Jesús, con ocasión del regalo que recibió aquella mañana: «una reliquia, con su auténtica, de San Juan de Dios», que le dieron las monjas de Santa Isabel.

Cuenta San Josemaría que después de recibir aquel regalo hizo su oración «postrado de bruces, con la frente en el suelo», pidiendo regalos al Señor. Aquí está el pasaje que nos interesa:

«Y además otro regalo: Amor..., un Amor que me deje limpio. Y otro regalo, aún: Conocimiento propio, para llenarme de humildad. Finalmente, con la reliquia de San Juan de Dios en la mano –mi patrono, con la Ssma. Virgen, durante el año 32 [2]– le dije: quiero amarte más que éste [3], quiero ser más humilde que éste: cuanto más me exalten, Jesús mío, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si tú me dejas» [4].

Aquella oración en postración, con la reliquia de San Juan de Dios en la mano, terminó, como vemos, en una petición a Jesús que es la que da lugar a este punto de Camino.

Leer la segunda frase del punto 595. Por lo demás, aquí comienza el tema central del «propio conocimiento» («saber lo que he sido...»). Leer, a este propósito, los comentarios a los puntos 593 y 609.