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Capítulo
Punto 612
Humildad · Punto 612

Ya puedes desechar esos pensamientos
de orgullo:
eres lo que el pincel
en manos del artista.

—Y nada más.

—Dime para qué sirve un pincel,
si no deja hacer
al pintor.
 

Comentario

Texto escrito sobre otra octavilla Drv, en cuyo dorso se lee: «ad (plat.)». Ya se ve que es el final del título de un guión de plática. Escrita con pluma muy fina –de las que no gustaban al Autor–, casi con toda seguridad en Vitoria, mientras predicaba. En el guión 122 hay esta anotación:

«Los instrumentos: el pincel y el pintor» [1].

Y en la plática «Sumisión» hay este apunte:

«Pincel, en manos del artista ¡Qué bueno es ser instrumentos!» [2].

De una meditación en la Legación de Honduras:

«¿Desde cuándo se queja la cepa –como dicen los labradores– al ser podada por su dueño? ¿Desde cuándo el pincel se lamenta y pide razones de su proceder a la mano que lo maneja? ¿Qué somos nosotros más que instrumento –muy vil, muy indigno– en la mano del Señor, para la ejecución de su Obra?» [3].



[1] EjEsp, Plática «Espíritu de obediencia», Vitoria 19-VIII-1938; guión nº 122.

[2] Plática titulada «Sumisión», sin fecha ni lugar, pero 1938; está, fuera del legajo de guiones, en AGP, sec A, leg 50-13, carp 2, exp 10. Pienso que es el esquema de plática o meditación que predicó en varias ocasiones, durante esa época, a las teresianas.

[3] PredicHond, «Unión y obediencia», 29-VI-1937, pg 164; XXVI.